Ribera (el tercer grupo hospitalario con más facturación de nuestro país) inició su actividad este mismo 2023 en territorio luso. Desde principios de año se encarga de la gestión del Hospital Público de Cascais, que cuenta con una plantilla de 1.700 personas y cubre una población de, al menos, 330.000 personas. 

La idea ahora es impulsar esta actividad en el país vecino, cuyas autoridades están interesadas en abrir nuevos canales con el sector de la sanidad privada para abrir fórmulas de colaboración público-privada. 

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Con este fin, según ha podido saber EL ESPAÑOL-Invertia, Ribera Salud ya ha celebrado varios contactos con la Administración pública portuguesa, preocupada por el incremento de las listas de espera en su sanidad y la crisis por la que pasa su Atención Primaria. 

La idea lusa es que la sanidad privada tenga más gestión en las unidades locales de salud, que es una fórmula organizacional similar a la de la Comunidad Valenciana, que abarca tanto centros de salud como hospitales de un mismo territorio. Ribera Salud, precisamente, tiene mucha experiencia en este modelo.

No privados

Además, la compañía ya ha expresado su intención a las autoridades lusas de operar sólo bajo modelos de colaboración público-privada. Es decir, no existe la intención de funcionar con centros sanitarios movidos por actividad privada 100%. Y esto ha gustado en la Administración pública lusa. 

Lo cierto es que la situación es paradójica. Ribera Salud sufrió la reversión de lo que se conoció como 'modelo Alzira' (financiación pública, propiedad pública, control público y prestación privada), que duró casi dos décadas, en el área de salud de la Rivera de la mano del PSOE (concretamente Ximo Puig), cuando llegó a la Generalitat Valenciana. 

El primer ministro de Portugal, António Costa, y el presidente de España, Pedro Sánchez. Europa Press

Ahora, es el Gobierno socialista de António Costa el que dialoga con la propia Ribera Salud para aplicar un modelo de colaboración público-privada muy similar en su sistema sanitario. 

Más allá de si esto supone la resurrección del modelo Alzira, fuentes del sector sanitario indican que las necesidades lusas suponen una oportunidad de negocio para la sanidad privada de nuestro país debido a la carencia de grandes operadores en Portugal. 

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Un sector que, además, pasa por un momento de crecimiento debido a un importante incremento de la demanda, algo que se contrasta con el detalle de que el seguro de salud creció un 7% anual en 2022, por ejemplo. Ante esta situación, compañías como Quirón, Vithas y HM Hospitales han anunciado futuras aperturas de hospitales y centros en los próximos meses. Y no descartan compras si surgen "oportunidades de mercado". 

A ellos se suman otras empresas, con un tamaño medio, como Hospiten, que abrirá su primer hospital universitario en Madrid en 2026. Según los datos del IDIS, el mercado hospitalario privado está en los 12.400 millones de euros, un 3,3% más que en 2019 (primer año prepandemia). 

Sin embargo, las primas que pagan las aseguradoras no están acompañando los incrementos de costes de los materiales y de los salarios de los propios profesionales sanitarios que está afrontando la sanidad privada. Esto está generando una suerte de tira y afloja de negociaciones en el sector.