La dimisión de Juan Pérez Tornero y el nombramiento de la presidenta interina Elena Sánchez es ocasión para discutir la utilidad de TVE ¿Cuánto recibe de las Administraciones? ¿Nos conviene?
Hay países con TV públicas y otros que no, por razones diversas e históricas. Unas son respetables y respetadas; otras sospechosas de ser aparatos de propaganda del régimen o Gobierno de turno. Estados Unidos no tiene una televisión nacional. La BBC inglesa goza de respetabilidad. De las de China, Cuba, Rusia… mejor no hablar.
Una TV pública puede ser buena o mala, según su uso y coste. Aunque podría no existir. En una democracia resultaría extraño un periódico de titularidad estatal. En España desapareció el "periódico del los sindicatos verticales franquistas", El Pueblo (vespertino). Nadie le echó de menos. Sería un anacronismo haberlo mantenido ¿Por qué mantener una tele pública?
Una TV pública puede ser buena o mala, según su uso y coste.
La RTVE pública fue instrumento del franquismo. Tampoco existía la infraestructura necesaria para la existencia de TV privadas. Por contra, la radio pública siempre convivió con emisoras privadas.
Así que RTVE es invento franquista, lo reconozcan o no: los gobernantes, los gestores de RTVE y los ideólogos de la expansión de lo público.
Lo malo es que su esencia no ha cambiado. Cuando un partido llega al poder en España, considera a RTVE como "su canal" para explicar sus políticas.
Juan Pérez Tornero en su carta de dimisión explicó las presiones para que fuera menos “neutral”. De manera que, a pesar de la ley de RTVE, la tradición pesa. No en los profesionales del medio, sino en quienes ostentan el poder político.
[La carta de despedida dePérez Tornero de RTVE]
Dicen que PSOE y Podemos acusaron a Pérez Tornero de proteger al PP. No sé sí es cierto, pero podría ser posible porque las encuestas les son desfavorables. Como he leído en algún medio, antes que en su autocrítica, culpan al mensajero. Según este Gobierno, RTVE no "vende bien su mensaje". Sin pensar que puede que sea el mensaje el que no “vende”.
Ahora el Gobierno ha modificado los estatutos de RTVE para que Elena Sánchez pueda manejarla con amplios poderes (no olvidar que fue propuesta como consejera por el PSOE).
No hay que engañarse. Si el Gobierno fuera de otro color tendría la misma tentación.
Por tanto: independientemente de la ley que lo regula y el Gobierno que lo financia, el riego es tratar RTVE como correa de transmisión política. Por eso, para mí: no es muy útil. Además, cuesta dinero.
En los Presupuestos Generales del Estado la asignación a RTVE para 2021 era de 473 millones de euros. Para 2022, 443 millones, pero la deuda subirá hasta casi 588 millones de euros (61,5% de aumento sobre junio del año anterior). En 2023, sube más.
En la web de RTVE un apartado en sus cuentas habla de las subvenciones que recibe. Entre Hacienda y otros entes estatales en 2020 recibió 381,6 millones de euros. En 2021 eran 622,8 (¡casi el doble!) y, probablemente en 2022 seguirán subiendo. No digamos en 2023, año electoral. El PSOE y Podemos están nerviosos engrasando la maquinaria electoral y cuentan con RTVE.
De los costes de RTVE, casi el 40% corresponde a gastos de personal. Aún así, parece que es más barata que otras similares como la francesa, la italiana o la inglesa.
Los datos de audiencia también ponen en duda su utilidad porque, año tras año, disminuyen. Antes de la dimisión de Pérez Tornero su share era del 8,8%. Bajísimo.
Los datos de audiencia también ponen en duda su utilidad porque, año tras año, disminuyen
Por otra parte, RTVE me parece útil para emitir acontecimientos de interés general. Aunque también se podría contratar estas emisiones con una o varias televisiones privadas con menos coste. En los demás temas, a pesar de que no tiene publicidad (salvo cuando la disfraza de patrocinio), hace competencia, un tanto dopada, a las cadenas privadas.
El Gobierno la podría privatizar o convertirla en una BBC española.
Pero nuestros políticos no tienen la flema de los del Reino Unido. Por eso a pesar de la ley, los directivos de RTVE tienen que andar con pies de plomo para evitar molestar al Gobierno y tienden a plegarse a sus líneas de propaganda (eso sí ¡Institucional!).
Espero que, después de este artículo, me inviten a 'tertulias pagadas' en RTVE para demostrar su neutralidad ¿A que no?
*** J. R. Pin es profesor del IESE.