“You're a fake, baby, no rhyme or reason 'cause in your mind It's lying season” Jimmy Jam ¡, Terry Lewis.
Es vergonzoso que el Gobierno se dedique a la propaganda diciendo que hay récord de empleo y de crecimiento cuando los datos son tan pobres. El Gobierno de Sánchez ha despilfarrado el mayor estímulo monetario y fiscal de la democracia, disparado el empleo público pagado con deuda y deja a España como país campeón de paro, de pobreza y de aumento de presión fiscal en la eurozona.
El palmarés es vergonzoso. Durante los años del Gobierno de Sánchez el número de empleados públicos se ha disparado en 600.000 nuevos, financiados con más deuda y más impuestos a todos. Esos 600.000 nuevos funcionarios maquillan unas cifras de empleo absolutamente atroces. Como muestran los datos de la contabilidad nacional del INE, las horas trabajadas por ocupado en el último dato disponible están muy por debajo de los niveles de 2019 y de 2008.
El “récord de empleo” viene maquillado por el récord de pluriempleo y el empleo público. Efectivamente, el dato de afiliaciones no es equivalente al de trabajadores. El propio ministerio lo explica en su nota metodológica: “El número de afiliados no se corresponde necesariamente con el número de trabajadores, sino que se trata de relaciones laborales o situaciones que generan la obligación de estar afiliado, es decir, una misma persona se contabiliza en las estadísticas tantas veces como situaciones de afiliación tenga”.
Si se ha disparado el pluriempleo, que supone un 7,9% de la ocupación acumulada en los últimos cinco años, y supone 809.009 afiliaciones según el anuario del Ministerio de Trabajo, y se ha disparado el empleo público financiado con deuda en más de 600.000 personas, no hay récord de empleo alguno, solo maquillaje estadístico.
El “récord de empleo” viene maquillado por el récord de pluriempleo y el empleo público
Es fascinante. El paro efectivo, incluyendo demandantes de empleo considerados “ocupados” era de 3,2 millones de personas en mayo de 2019 y es de 3,2 millones de personas en mayo de 2024. El número total de desempleados (“personas que no trabajan o que no están ocupadas”) registrados en los Servicios Públicos de Empleo en junio de 2024 se sitúa en 3.328.548.
El problema de la deuda es evidente. Los pasivos totales de las administraciones públicas, según el Banco de España, se han disparado hasta los 2,068 billones de euros. La deuda pública ha aumentado en 400.000 millones hasta los 1,6 billones de euros, según el protocolo de déficit excesivo. La deuda pública con Sánchez ha pasado del 97% sobre PIB a 109% (según el protocolo de déficit excesivo) y eso que la ratio se modera por el efecto de la inflación en el denominador.
La deuda de la Seguridad Social se ha disparado solo en un año un 9,4% hasta los 116.000 millones de euros, que significa que se ha triplicado casi desde la llegada de Sánchez.
¿Y el PIB? Siempre nos hablan de los datos del PIB sin tener en cuenta que se ha despilfarrado el mayor estímulo fiscal y monetario de la historia además de los fondos Next Generation. Si sumamos los 100.000 millones de euros de fondos europeos, los 400.000 millones de euros de nueva deuda que vienen con 300.000 millones de euros de estímulo monetario del Banco Central Europeo, nos damos cuenta de que el PIB muestra que España no crece, la endeudan.
El aumento del PIB real viene inflado por deuda pública y los fondos que llegan de Europa. Por ello el INE refleja que la inversión sigue por debajo de los niveles de 2019, el consumo de las familias estancado con respecto a 2019 y, a pesar de un aporte modesto del sector exterior, lo que se ha disparado de manera brutal ha sido el gasto público. El PIB real de España apenas ha aumentado tras ajustar por la entrada de fondos europeos y, si lo ajustamos por acumulación de deuda, el PIB real ha empeorado.
El aumento del PIB real viene inflado por deuda pública y los fondos que llegan de Europa
No es, por lo tanto, sorpresa que España haya alcanzado récord de la eurozona en riesgo de pobreza y exclusión, superando a Italia y Grecia que estaban peor que nosotros en 2018. No es una casualidad que el PIB per cápita refleje estancamiento y que se sitúe en el puesto 20 de los países de la Unión Europea en desempeño 2019-2023. No es casualidad que España sea el país con la mayor tasa de paro de la Unión Europea, ya superando a Grecia, y el país con el peor dato de holgura laboral (paro e infraempleo) de todos los países comparables.
Tampoco es casualidad que España se haya empobrecido con respecto a la media europea y se encuentre, en renta per cápita ajustada por poder adquisitivo, a once puestos de la media de la UE cuando estaba a ocho puntos, según Eurostat, antes de la llegada de Sánchez.
La excusa que escuchamos constantemente es que España va como un tiro porque “están los restaurantes y hoteles llenos”. Efectivamente, todos los malos datos antes mencionados son evidentes a pesar de un maravilloso récord de turismo que está ayudando a España a navegar la peor gestión política de la economía en décadas. Si no llega a ser por ese récord de turismo los datos serían todavía peores, y no olvidemos que el Gobierno se dedicó durante años a atacar al turismo.
Maquillar los datos económicos y disfrazarlos con deuda y empleo público es la estrategia que siguió el PASOK, el Partido Socialista de Grecia, con el resultado que todos conocemos. Lo que es una vergüenza es que el Gobierno se entregue a la propaganda cuando los datos solo reflejan el despilfarro del mayor estímulo fiscal y monetario de la historia, de los fondos europeos y del repunte del turismo, dejando a todos empobrecidos y expoliados.