Marcelino de Andrés, el cura arrestado por el presunto abuso a una menor alumna del colegio Highlands School El Encinar.

Marcelino de Andrés, el cura arrestado por el presunto abuso a una menor alumna del colegio Highlands School El Encinar. Highlands School El Encinar

Sociedad

La presencia del cura Marcelino en el colegio de La Moraleja no gustaba a nadie: ocho familias sacaron a sus hijos en 2023

Una profesora del centro que llevaba a sus hijos al Colegio Highlands El Encinar les advirtió hace dos años de que "no se acercaran al padre Marcelino".

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Una de las profesoras de Colegio Highlands El Encinar de La Moraleja, que además llevaba a sus hijos a este centro, confesó que les pedía a sus hijos que no se acercaran al padre Marcelino. Así se lo dijo a una de las madres que ha presentado una denuncia por agresión sexual contra dicho cura. Ahora, la Policía investiga a este religioso por 5 delitos de agresión sexual a cinco niñas de 6 años de primero de primaria.

Según el sumario del caso, al que ha accedido Madrid Total, una de las madres cuenta a los agentes de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional que "hace dos veranos" surgieron las sospechas en el entorno escolar sobre la vinculación del padre Marcelino con Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo y envuelto en escándalos de abusos sexuales reconocidos a, al menos, 60 menores.

Además, tal y como aparece en el atestado y como reconocen fuentes de Regnum Christi, el movimiento eclesial del que forman parte los Legionarios de Cristo, cuando Marcelino ingresó en el Colegio Highlands El Encinar en La Moraleja, hubo quejas de varias familias por el hecho de que alguien tan cercano a un pederasta se ocupara de los alumnos de primaria.

De hecho, las quejas se reiteraron al año de estar el padre Marcelino en el centro y, al ver que el colegio no le retiraba, al menos ocho familias decidieron sacar a sus hijos del Colegio Highlands El Encinar en La Moraleja. Según el atestado policial, al que ha tenido acceso en exclusiva EL ESPAÑOL, en uno de los testimonios recabados por los agentes de las Unidades de Familia y Atención a la Mujer (UFAM), se describen las quejas de varias familias.

En un encuentro de las madres de las niñas, una de ellas se puso nerviosa al relatar que cuando recogió a su hija de un campamento de verano, esta no se quiso despedir del padre Marcelino. Después estuvo rara y no quiso regresar a ningún evento similar, ni quedarse a dormir fuera de casa.

"Que no se acerquen a él"

Esa misma parte de la denuncia deja constancia de que hace dos veranos surgieron toda clase de sospechas en el entorno escolar. La madre que declara ante la Policía les cuenta a los agentes una conversación que tuvo con una profesora de Primaria, que llevaba muchos años trabajando en el centro y cuyos hijos estudian en el Highlands El Encinar. Cuando la madre le preguntó a la maestra, esta le respondió: "Yo a mis hijos les tengo dicho que no se acerquen al padre Marcelino".

En otro de los testimonios recabados por la UFAM, otro de los padres describe un episodio de hace años en una visita a Lourdes de distintas familias del colegio con sus hijos. "Al parecer", señala el atestado policial, "algo sucedió ahí", ya que a raíz de ello "varias familias abandonaron el centro educativo".

Posteriormente, se tuvo conocimiento de que el párroco Marcelino había sido expulsado de otro centro escolar. El sacerdote se defendió del mismo modo que ahora ante la juez instructora de la causa que le investiga por presunta agresión sexual a cinco niñas de 6 años: diciendo que eso "era parte de su pasado" y que su cercanía a Marcial Maciel le perseguía "como un estigma".

Los padres de los estudiantes se quejaron entonces al colegio, para averiguar si era seguro que esta persona pasara tiempo con menores de edad. "Desde el centro", señala el atestado de la UFAM, "contestaron que solo se trataban de 'bulos' hacia el padre Marcelino, que ya habían iniciado una investigación y todo era correcto".

Todos los testimonios de los padres de las niñas resultan similares. Muchas de ellas modificaron su comportamiento. Los padres describen en algunas de ellas cuadros de estrés postraumático, bloqueos mentales, pesadillas y cambios radicales de humor, algo habitual entre las víctimas de violencia sexual. Otra de las menores llega a señalar que quiere regresar a infantil, y no cursar más primaria. Incluso una de ellas empezó a experimentar claustrofobia al entrar en baños públicos, que es donde el sacerdote presuntamente las agredió sexualmente.

Cabe recordar que, tal y como publicó EL ESPAÑOL en exclusiva, Marcelino fue apartado del Highlands Los Fresnos de Boadilla en agosto de 2015, tras las quejas de los padres que expresaron su descontento tras conocer su pasado y su vinculación con el pederasta.

De este modo, el profesorado y gran parte de los padres conocían la vinculación de Marcelino con el pederasta Maciel cuando se incorporó al colegio de la Moraleja en septiembre de 2022. Tras las cinco denuncias, presentadas a principios de marzo, Jesús María Delgado, director del centro, tuvo reuniones con los progenitores que llevan a los hijos al colegio y admitió que fue "una torpeza" haber traído al sacerdote de vuelta.

A pesar de reconocer el error y pedir perdón a las familias, desde la dirección del Highlands El Encinar consideran que no habían incurrido en negligencia alguna, ya que no existían denuncias previas contra el padre Marcelino.

El lugar "secreto"

En el informe policial, otro de los testimonios describe cómo se produjo el hallazgo del lugar en el que se reunían las niñas "en secreto". Varios padres, que colaboran con el centro y conocen bien los recovecos del colegio, lo describen: se trata de una ubicación en el "patio de abajo", cerca de una estatua que hay de una virgen en esa zona del recinto.

Pasando la virgen hay unos contenedores. Un viernes al mes, las niñas se escondían en este lugar, sin que los padres alcanzasen a comprender cómo lo conocían. Al lado del edificio de recepción hay una virgen debajo de un árbol, y siguiendo todo ese camino se llega a una zona que las niñas llaman "patio de abajo".

Siguiendo ese patio, al fondo y a la derecha, es donde algunos padres las encontraron en varias ocasiones. Próximo a ese enclave está la zona de los baños. La persona que ofrece este testimonio le dice a la Policía Nacional que en ocasiones ha ido al lugar con las niñas, y estas han mostrado su rechazo a entrar en el interior.

Los agentes de la UFAM, según ha podido conocer este diario, ya han acudido al colegio a revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad, para averiguar si en alguna de ellas se aprecia cómo el sacerdote se llevaba a las niñas a las zonas donde, presuntamente, cometía las agresiones sexuales sobre ellas.

Al mismo tiempo, la titular del Juzgado de Instrucción nº7 de Madrid ha librado un oficio a UFAM, para que vuelquen y analicen el contenido de los dispositivos intervenidos en la entrada y registro en la habitación del sacerdote: de ella se llevaron un ordenador portátil, discos duros, tarjetas, pendrives y un teléfono móvil. La magistrada quiere comprobar si en ellos aparecen "indicios racionales" de las agresiones sexuales presuntamente cometidas por parte del investigado.