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Las mejores imágenes de la Feria Amparo García

Málaga

La Feria de Málaga que quiere la oposición: más casetas en el Centro y "malagueñizar" la fiesta

  • Desde el PSOE defienden que el Casco histórico y el Real han ido a "velocidad distinta".
  • Unidas Podemos critica que la "falta de afluencia" en la ciudad se debe a que "no se ha potenciado".
24 agosto, 2022 03:11

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La Feria de Málaga del 2022 ya forma parte del pasado. Sin embargo, el debate existente sobre el modelo que debe regir esta fiesta se proyecta en el futuro más inmediato. ¿Qué papel debe tener el Centro? ¿Y el Real? ¿Cómo se gestiona la dualidad entre las casetas tradicionales y las grandes marcas del ocio nocturno que durante unos días se trasladan al Cortijo de Torres? ¿Qué pasa con los horarios?

Son cuestiones sobre las que la oposición urge encontrar respuesta. Desde el grupo municipal socialista plantean la necesidad de desarrollar un plan de rescate de la Feria del Centro. La tesis que defienden desde el PSOE es clara: la fiesta, en el Real, ha ido a una velocidad distinta que en el Casco antiguo. La responsabilidad de este problema también tiene nombre propio: “El alcalde ha echado balones fuera”, afirma el portavoz de la formación en el Consistorio, Daniel Pérez.

En el diagnóstico realizado por el líder de la oposición se aprecia una crítica a la “despersonalización” de la fiesta en la almendra histórica, “perdiendo parte del encanto”: “No existen casetas en el Centro, y eso es responsabilidad municipal”, afirma en referencia a los establecimientos que otrora montaban medios de comunicación o marcas locales. Esto conlleva que el público “opte por desplazarse” al Cortijo de Torres. 

El síntoma más evidente es la diferencia en la facturación registrada por los hosteleros en comparación a la Feria de 2019: “Algo está pasando. El Ayuntamiento ha ido dejándola languidecer y la imagen no es la mejor. Sobre todo de cara a los turistas que son los que se quedan”. 

La pregunta, en ese sentido, es clara: ¿estamos a tiempo de revertir la situación? “O se corrige o puede acabarse aquí. Aún hay tiempo, pero para eso hay que cambiar el modelo”. Esta transformación pasa por plantear “actividades atractivas”, que inciten al malagueño a quedarse: “Si se ha contraprogramado con el Cortijo, la gente, de forma natural, se marcha”. 

Cuestionado por la dificultad que supone mantener la marcha con una hora de cierre fijada a las seis de la tarde, Pérez sostiene que es solo un parámetro, pero que hay que valorar la actuación en su conjunto. El debate, por tanto, debe afectar a las casetas, actividades folclóricas o el espacio: “Si la situación que hay ahora no va por buenos derroteros…”, reflexiona. “De nada vale ampliar el horario si no tienes un concierto que invite a mantener la fiesta”, con un número de urinarios acorde a la demanda. 

¿Qué pasa entonces con los vecinos del Centro, que ya ven con reticencias la fiesta actual? Aboga porque participen en el debate, sosteniendo que ellos prefieren una mejor imagen de la feria que proyectar a los turistas (que visitan más el Centro que el Real), ya que si esa impresión mejora, se evita la “degradación”.

Unidas Podemos

Algunos de los puntos conflictivos que han sido motivo de controversia ya fueron expuestos por la oposición durante las semanas previas. “Se preveía bastante afluencia; incluso presentamos una moción con un plan de movilidad en referencia a los autobuses”, asegura la portavoz de Unidas Podemos, Remedios Ramos, en referencia a los tiempos de espera para acceder al transporte público. 

Algo similar a lo sucedido con las VTC, que han “desembarcado en Málaga” haciendo una competencia “desleal a los taxistas”: “No se han ampliado las líneas de la EMT ni se ha regulado esto último”, subraya. 

Concentrando su visión en la cuestión modelística, defiende que el “macrobotellón” de la explanada de la juventud tiene que estar igual de vigilado que el resto de casetas, especialmente para evitar que se venda alcohol a menores por parte de “vendedores ambulantes que van con los carritos”: “No queremos ser coercitivos, pero que se vigile la entrada porque el tema de menores es fundamental”.

El Centro sigue siendo el eje gravitatorio de este debate político: “Apostamos por el descanso de los vecinos, pero nos gustaría una Feria en la que tuviera cabida todo el mundo”, argumenta. La idea que destaca es que, aunque aumente la presencia en el Real, no se puede perder la esencia de estas fiestas. Eso sí, con matices: “No me refiero a la imagen de los últimos años, con macrobotellón y descamisados, que dio la puntilla”.

El objetivo es recuperar la “Feria tradicional”, apostando por integrar a la familia: “En esta última edición casi no podían entrar en las casetas si iban con menores. Habrá que diseñar un modelo en el que quepamos todos”.

La cuestión del Casco histórico pasaría por un plan de incentivos, especialmente a lo que actuaciones respecta: “No ha habido afluencia porque no se ha potenciado. Las pandas de verdiales han intervenido porque han venido. El Centro siempre ha atraído a turistas nacionales e internacionales y tenemos que ofrecerles nuestra cultura, pero sin molestar a los vecinos”.

Aunque confiesa que todavía no han entrado a analizar si habría que alargar más o menos la duración de la fiesta en este entorno, sí que sostiene que la propuesta pasa por malagueñizar: “Hay que huir de lo que se ha convertido. Se han mantenido peñas y casetas históricas, pero hay un volumen enorme que son discotecas, con sus porteros. Eso no lo vemos con buenos ojos”.

Remedios Ramos aboga por un proyecto en el que se pueda disfrutar del folclore y de “Rosalía”: “No queremos volver a los 50; lo que queremos es estar a la altura de la feria del sur del sur, sin perder la esencia”.  

Atracciones, puntos violetas y animales

En cuanto a los puntos críticos, recogen tres aspectos fundamentales sobre los que construir una alternativa. Plantean la necesidad de que los caballos, “signo de identidad de la ciudad”, gocen de mayor tiempo de descanso y mejora de sus condiciones: “Debe cumplirse la ordenanza”. 

Asimismo, apuesta por un convenio del Ayuntamiento con los feriantes para que el precio de las atracciones sea más barato. Este acuerdo “podría materializarse en una hora feliz”, con cacharritos a menor coste. 

Finalmente, pese a que el Consistorio “ha hecho buena campaña”, hacen falta más puntos violetas y un mayor cuidado para evitar situaciones como las que se vivieron en la caseta del Sindicato Estudiantil, en la que los allí presentes tuvieron que sufrir “amenazas de un grupo de nazis”, explica.