Imagen de archivo de Jimera de Líbar.

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Málaga

Un pueblo de Málaga de solo 400 vecinos quiere controlar el tráfico con videovigilancia

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Un minúsculo pueblo de la provincia de Málaga, que apenas cuenta con 400 vecinos, ha tomado la decisión de controlar el tráfico de sus vías con cámaras de videovigilancia. Este es el ambicioso proyecto que acaba de activar el Ayuntamiento de Jimera de Líbar, localidad escondida en la Serranía de Ronda, a poco menos de dos horas en coche de la capital de la Costa del Sol.

Atendiendo al pliego de condiciones que rige este contrato, la intención del municipio es la de disponer de 11 cámaras, así como de todo el sistema necesario para su funcionamiento.

El valor de partida de la licitación es de 37.272 euros (sin IVA), siendo el plazo de realización del servicio de 30 días a contar desde la formalización del mismo. Las empresas interesadas tienen hasta el 6 de diciembre próximo para presentar sus ofertas.

Constituye el objeto del presente contrato el suministro e instalación de sistema de videovigilancia de las vías públicas para el control del tráfico en Jimera de Líbar y la formación de técnico para la utilización de dicho sistema.

Además del dispositivo general, que incluye, 2 unidades disco duro, 5 router 4G y 165 metros de cable UTP para exterior, la empresa adjudicataria deberá asumir el mantenimiento de las instalaciones durante un año.

Orígenes de Jimera

Según recoge la web de la Diputación provincial de Málaga, los datos más antiguos de la localidad se remontan al siglo XVII. Sin embargo, como forma de asentamiento, datan de edades mucho más remotas. 

En la finca conocida como El Tesoro, distante unos 4 kilómetros de la población, se han encontrado vestigios de cerámica y restos de un poblado, así como su necrópolis, en la que había una sepultura con joyas y otros utensilios que debieron constituir el ajuar del difunto allí enterrado. 

Estas formas de enterramiento eran propias del pueblo fenicio, siendo después utilizadas por los indígenas con los que convivió dicho pueblo. También se han encontrado hachas de piedra, ánforas de barro y otros restos de la cultura del Bronce.

De la dominación árabe, tan sólo queda una torre, adosada a la iglesia parroquial de la Virgen de la Salud, que se supone fue el alminar de la mezquita. Su nombre árabe fue Inz-Almaraz, que se cambió por Ximera de Líbar después de la conquista cristiana, nombre que aparece en una piedra de la fuente pública y fechada en 1789. 

Este municipio se considera como el pionero en turismo rural, actividad que comenzó allá por los años 50 del pasado siglo, cuando el antiguo Hotel Bellavista acogía para el descanso a gentes de Tánger, Ceuta y Tetuán.