¿Qué demonios pasa con la declaración de La Farola de Málaga como Bien de Interés Cultural?
El Ministerio de Cultura sigue sin concluir el trámite para otorgar la máxima protección al faro de Málaga casi 11 meses después de su apertura.
14 noviembre, 2022 05:00Noticias relacionadas
La Farola, edificio icónico por excelencia en la historia reciente de Málaga, sigue sin ser formal y oficialmente Bien de Interés Cultural (BIC). Y ello pese a que transcurren ya casi 11 meses desde que el Ministerio de Cultura activó el expediente para otorgar al faro de la capital de la Costa del Sol la máxima protección arquitectónica.
Ante el requerimiento de información realizada por EL ESPAÑOL de Málaga, el departamento, dirigido por el ministro Miquel Iceta, emite una respuesta tan lacónica como concreta: "No hay novedades".
En la contestación, desde el ministerio ni siquiera se precisa el estado en el que se encuentra el análisis de las alegaciones presentadas por diferentes organismos, entre otros la Junta de Andalucía y Puertos del Estado.
Mientras que el Gobierno andaluz se limitó a reclamar que la protección afectase exclusivamente a La Farola y su entorno directo, en una línea semejante al posicionamiento del Ayuntamiento malagueño, Puertos del Estado trazó una línea mucho más severa, reclamando el archivo del expediente.
El movimiento realizado por Cultura fue interpretado por muchos como una segunda acción por parte del ministerio para entorpecer e impedir el proyecto del hotel de 116 metros de altura planteado junto al dique de levante, en el recinto portuario.
De hecho, la puesta en marcha de la propuesta de La Farola como BIC se produjo ocho meses después de que el mismo departamento abriese un expediente ante la sospecha de que la construcción del hotel podía afectar negativamente al patrimonio histórico de la ciudad.
Pese a las razones inicialmente expresadas por Cultura, como la "existencia de indicios suficientes de expoliación" en caso de que se desarrollase la bautizada como Torre del Puerto, alterando "de manera irreversible el paisaje histórico" de la urbe, el expediente fue finalmente archivado y enterrado.
Queda por ver si el camino que toma Cultura con la declaración como BIC de La Farola es semejante o si, por el contrario, concluye el procedimiento de manera positiva. En ese supuesto, uno de los interrogantes es si esta designación como Bien de Interés Cultural puede alterar la hoja de ruta trazada con la torre.
Detalles de la declaración del BIC
La resolución, dictada el pasado 17 de diciembre por la Dirección General de Bellas Artes, subraya que más allá de la delimitación física inmediata al nuevo BIC, "es imprescindible el respeto por el entorno visual del faro". Para justificar esta precisión, Cultura citaba la Ley de Patrimonio Histórico Español, "que prohíbe toda construcción que altere el carácter de los monumentos declarados Bien de Interés Cultural o perturbe su contemplación".
Una primera norma a la que suma la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, que señala "que el entorno de los bienes inscritos como de interés cultural estará formado por aquellos inmuebles y espacios cuya alteración pudiera afectar a los valores propios del bien de que se trate, a su contemplación, apreciación o estudio, pudiendo estar constituido tanto por los inmuebles colindantes inmediatos, como por los no colindantes o alejados".
Este hecho obliga a que cualquier actuación que se realice en La Farola tenga que ser sometida a la autorización prevista en la Ley. "La delimitación del entorno de la Farola, por lo tanto, debe entenderse desde un punto de vista holístico, cara a evitar la desaparición, no solo física, sino también conceptual del bien como elemento emblemático y representativo, debida a intervenciones invasivas en el paisaje", se apostilla en la resolución.
Sentadas las bases, surge la pregunta clave: ¿Altera la percepción que se tiene actualmente de La Farola la construcción de una torre de 116 metros a menos de 700 metros de distancia? Por el momento, pese a que transcurren ya más de 10 meses, seguimos sin tener una respuesta clara.
Origen del faro
Para encontrar el origen de La Farola, que ya cuenta más de dos siglos de historia, hay que remontarse al brigadier de la armada, ingeniero naval y director del Puerto de Málaga, Joaquín Mª Pery y Guzmán. Fue quién presentó en las Cortes un proyecto de construcción de una torre "para colocar sobre ella una luz que sirviese de guía a los navegantes". La misma fue aprobada el 15 de junio de 1816. Los trabajos finalizaron el 16 de noviembre de 1817.
El edificio debía sustentar en alto una linterna giratoria, sobre la punta o morro de Levante, y había de tener 120 pies de altitud. El aparato óptico tenía 21 platillos de reverberos distribuidos en tres caras que giraban en un periodo de 1' de duración. Los 20'' primeros eran de una luz muy viva y los restantes de oscuridad.
A partir de esa primera solución, se buscaron distintas soluciones técnicas para actualizar su mecanismo de encendido. Y se vio necesario que el personal vinculado al faro viviese allí. Es por ello por lo que el ingeniero de Caminos Ángel Mayo redactó un proyecto en 1853. La Farola se compone de una torre que cuenta con 21,64 metros de altura, y 9,80 metros de diámetro máximo.
La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando destaca que el faro cuenta con una digna e interesante entrada original que responde al gusto tardo neoclásico, muy característico de la época fernandina, con sendas inscripciones que recogen los datos básicos de esta singular obra.
Sobre la puerta se lee: "REINANDO FERNANDO/ VII EL AMADO / Se hizo esta obra, y quanto hay en/ ella está excutado con materias y/por artífices Españoles. Año de 1816" [se superpone el número 7 sobre el 6]; mientras que en el friso y dentro de la molduración se dice: "Esta obra fue proyectada y dirigida por el / Brigadier de la Armada Director del Puerto / de Málaga D. Joaquín M. Pery y de Guzman".
A la torre se añadió un volumen paralelepípedo de planta cuadrada de 15 metros de lado, que alberga las viviendas de los empleados y que presenta zócalo de sillería y acabado de revoco blanco con entrecalles. La cubierta plana es transitable, con acceso desde la torre del faro, protegida por un peto revocado de blanco, y piedra en remate horizontal y en pilares de esquina terminados en bola.
La declaración como BIC de La Farola no afecta solo a la construcción. En la resolución se habla también de objetos de naturaleza técnica relacionados con la actividad del faro: vidrios artesanales de lana de roca, balizas de acetileno, basamento de la óptica y la linterna, lámparas eléctricas, regulador de acetileno, piezas de relojería, cuadros eléctricos antiguos de gran valor didáctico…
"Objetos, en definitiva, de gran interés científico-técnico que deben quedar asociados al inmueble en la declaración de Bien de Interés Cultural, y que deben ser objeto de inventario", se precisa.