Usuarios de la Asociación Párkinson Málaga durante terapia ocupacional.

Usuarios de la Asociación Párkinson Málaga durante terapia ocupacional. S.J.

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El difícil día a día de los enfermos de párkinson en Málaga: "Es mucho más que un temblor"

Este jueves 11 de abril se celebra el Día Mundial del Párkinson, y se pone en valor el papel de asociaciones que se encargan de personas que la padecen.

11 abril, 2024 05:00

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Como cada 11 de abril, se celebra el Día Mundial del Párkinson, una enfermedad que para mucha gente es solo un temblor, pero "es mucho más que eso". De los 120-150 mil casos que hay en España —es la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor incidencia, por detrás del alzhéimer—, unos seis mil son en Málaga. Para ayudar a combatirla existen organizaciones como la Asociación Párkinson Málaga.

Ubicada en el número dos de la calle Virgen de la Candelaria, esta asociación sin ánimo de lucro ofrece numerosas actividades, tanto grupales como individuales: manualidades, teatro, música, terapia ocupacional, logopedia, fisioterapia, psicología, Tai Chi, terapia acuática y terapia psicológica.

Los martes empiezan a las 10:00 de la mañana con terapia ocupacional. Hay alguno que todavía sigue con la resaca futbolera del fin de semana. "El Athletic Club ganó la Copa del Rey este fin de semana. Qué buenos son los hermanos Williams, son rapidísimos", afirma Jorge, uno de los usuarios.

Pero cuando Natalia, la monitora, dice que empiecen a hacer los ejercicios de muñeca, nadie rechista. Hoy, en terapia ocupacional, que es media hora, toca un libro de caligrafía en el que tienen que hacer ejercicios con ambas manos, la dominante y la no dominante. Para los cuidadores de los usuarios, a los que prestan especial atención, hay ejercicios de motricidad y de capacidad cognitiva.

Uno de los usuarios realizando las actividades del libro de caligrafía.

Uno de los usuarios realizando las actividades del libro de caligrafía. S.J.

En las actividades grupales están mezclados usuarios de todas las edades y sin importar cómo de avanzado tienen el párkinson. "Cada vez se diagnostica a personas más jóvenes. No se ha demostrado que sea genético, ni que sea por el estrés, ni por factores medioambientales", dice Natalia.

Todos están muy emocionados, porque a finales de este mes hay un teatro, con el nombre'‘Bar Párkinson', con el objetivo de dar a conocer la enfermedad. Natalia explica que "no es solo un temblor", "Tiene síntomas motores, afecta cognitivamente y a la percepción de las distancias, provoca pérdida de apetito…", añade.

Pepe, que hace de camarero del bar, narra que el teatro solo tiene beneficios. "Nos ayuda mucho a memorizar y a expresar nuestros sentimientos. Es todo un reto para nosotros. En el estreno todo salió bien, esperemos que ahora también". Pablo, por su parte, que interpreta al alcalde del pueblo, cuenta que el teatro le ha venido muy bien y que se lo pasa genial.

Tras terapia ocupacional, llega Teresa, la logopeda, que les pone ejercicios para construir frases, buscar números entre letras, señalar figuras y rellenar huecos, que "son muy buenos para mejorar la capacidad cognitiva". Para acabar la mañana toca fisioterapia, y como hace bueno, todos saben que hay que irse al patio exterior. Los lunes, entre otras actividades, tienen manualidades, donde decoran tejas, jarrones, colorean mandalas y pintan.

Este fin de semana, además, tiene lugar en Mollina el segundo encuentro de asociaciones, que son seis, de párkinson de la provincia. En esta especie de convivencia, como la define Natalia, se realizan actividades diferentes, de manera digital, y una gymkana, petanca y un concurso de disfraces, entre otros.

Otro de los usuarios, que fue policía y hace de eso en el teatro, saca unas esposas un tanto rocambolescas de su mochila.

—¡Mira lo que he comprado para el teatro, Natalia!—, exclama.

—Son unas esposas muy macabras, ¿no?—, responde Natalia.

—Es que me voy a disfrazar de fantasma en el concurso de Mollina—, explica.

"Unos días te levantas hecho un trapo, y otros un poco mejor, pero hay que tirar hacia delante. Yo fui camarero en El Corte Inglés, y verme así me deprime, pero hay que seguir, no queda otra", relata Pablo.

Para ellos, la Asociación es su lugar seguro, su zona de confort. "Venir a aquí nos ayuda mucho. Yo le cuento mis problemas a él, él me los cuenta a mí… Nos ayudamos los unos a los otros", añade.

Porque el párkinson "no es solo un temblor", es mucho más que eso. Son días mejores, otros peores. Pero, ante todo, como dice Pablo, y con la ayuda de organizaciones como la Asociación Párkinson Málaga, "hay que seguir hacia delante".