Pierre Leclercq es el director global de Diseño de Citroën desde 2018. Su papel dentro de la firma del Grupo Stellantis está en un momento muy interesante, ya que la imagen de los coches del doble chevrón está sufriendo un cambio de 180 grados.

Si bien el directivo asegura que la herencia de los modelos más míticos de la casa nunca se va a perder, es importante tener en cuenta el prototipo Citroën Oli para entender las nuevas líneas de diseño. Estas se pueden apreciar en los recién llegados Citroën C3 y Citroën C3 Aicross, de la misma manera que las veremos en los futuros vehículos de la marca.

En EL ESPAÑOL hemos tenido la oportunidad de tener una conversación con el diseñador. Así se ha desarrollado:

Los chinos siempre beben de las fuentes del diseño europeo, pero, ¿cómo influye ahora el mercado chino en el diseño europeo?

Trabajé en China cuatro años. Allí estaban muy influenciados por todas las marcas. Hoy en día se ven algunas empezando a hacer su propio diseño para nosotros. Creo que donde los chinos están por delante es en el diseño UX porque viven con ello todos los días. Si quieren enviarte dos euros, te lo enviarán a través de la aplicación WeChat.

Sobre el diseño, no vemos algo único en la industria del automóvil chino. Ellos hacen un buen diseño, pero no nos sorprenden todavía con una nueva identidad.

¿Cómo se adapta el diseño de un coche tan económico como puede ser el del Citroën C3?

En un interior, lo que cuesta mucho dinero son las pantallas, la tecnología, los asientos… esas grandes piezas del interior. En un Citroën C3 tienes dos niveles: el primero es poner tu teléfono y eso es todo. Tienes una tecnología muy básica para la pantalla. Y lo que los ingenieros querían hacer era algo extremadamente aburrido con esas tecnologías que realmente no quieres ver delante de ti. Lo que queremos hacer es que lo ordinario parezca extraordinario, pero con sistemas baratos.

Los faros, las luces traseras... ¿Cuántos circuitos electrónicos tenemos en los faros? Trabajamos mano a mano con el proveedor para asegurarnos de que encontramos soluciones que nos dan una fuerte identidad, pero con una ventaja de precio.

También pasa con todas las piezas negras de alto brillo de alrededor del coche, algo totalmente nuevo para Citroën. No son pintura, sino un plástico específico. Se inyecta en negro de alto brillo, pero nunca se pinta. Esto se utiliza en las barras del techo, la parte delantera, la parte trasera y muchas piezas en el interior.

¿Cómo influye a la hora de diseñar un coche que pueda ser tanto de gasolina como eléctrico?

Nuestra marca tiene plataformas multienergía. El Citroën C3 puede ser tanto de gasolina como eléctrico, pero lo desarrollas como un coche cero emisiones aunque luego haya que ponerle un motor térmico. Entonces, tienes menos libertad, pero creo que, especialmente hoy en día, es bastante inteligente que la marca siga este camino.

¿Qué ha aprendido del Citroën Ami que se pueda aplicar al resto de la familia de modelos?

La parte delantera y la trasera es exactamente la misma, al igual que las puertas, lo que reduce la cantidad de piezas. Esto es más complicado de hacer en un coche como un Citroën C3, porque la geometría nunca permitiría poner exactamente la misma puerta.

Pero esto hizo abrir el espíritu del equipo de diseño. Después de pasar por el Ami, entendieron lo importante que era cubrir esa parte del mercado. Están tratando de encontrar soluciones que son siempre de negocios y orientado a los costes. Y eso es genial.

¿Cree que en breve veremos el uso de materiales más sostenibles para el interior de los vehículos?

Hoy en día no tienes elección, tienes que usarlos. Es importante para nosotros contar con el mayor porcentaje de materiales sostenibles en el coche. Antes no lo era, pero las prioridades han cambiado mucho en cinco años. En cinco años o incluso menos.

Actualmente, los SUV y los crossover están presentes en todas las categorías, pero quizá en el futuro necesitemos coches más ligeros y aerodinámicos, ¿cree que entonces que habrá una revolución del diseño en busca de nuevas siluetas?

Sí, es necesario. Hay que hacerlo. Las cifras que tenemos que alcanzar en términos de emisiones de CO2 son muy bajas. La belleza del grupo es que tenemos 14 marcas y todos estamos trabajando juntos, para al final estar todos a cero. Y sí, las arquitecturas van a evolucionar mucho.

¿Qué futuro le espera al Citroën C4 y al C4 X que tienen tanta importancia en España?

El próximo Citroën C4 es casi como un coche nuevo y vendrá muy pronto. Es un proyecto genial, porque cada vez que lo presentamos, la gente se sorprende mucho. Tiene una actitud totalmente diferente y utiliza el mismo ADN, pero en distintas proporciones.

Ahora el Citroën C3 y el C3 Aircross se parecen mucho, ¿tendrá eso un impacto en las ventas? La sensación será de ver el mismo coche en la carretera...

Es cierto que tienen mucho más en común el Citroën C3 y el C3 Aircross de hoy, pero esto les hace ser más eficientes y que se puedan reducir los costes. Si le pides a un proveedor 700.000 puertas en siete años, o si le dices, bueno, quiero 1,5 millones, el precio es mucho más bajo.