El parador construido sobre ruinas romanas ubicado en una de las ciudades españolas con más historia
Visitar uno de los primeros paradores que se construyeron de la Red hotelera es viajar a un lugar que emana historia en cada uno de sus rincones.
4 septiembre, 2024 13:50En ocasiones elegimos hospedarnos en lugares con tanto encanto que da hasta pena no aprovechar tanto la estancia. Es lo que suele ocurrir en la Red de Paradores Nacionales, cuyas instalaciones suelen levantarse sobre antiguas edificaciones que representan la historia más álgida de nuestro país.
Resulta complicado elegir un solo parador que se convierta en tu favorito, aunque si quieres una propuesta que no te defraudará, este es el que se yergue sobre las antiguas ruinas del templo dedicado a la Concordia de Augusto, el primer emperador romano, fundador del Imperio.
El Parador Nacional Vía de la Plata, conocido más comúnmente por el Parador de Mérida, se conforma como uno de los más especiales de toda la red hotelera y no es para menos.
Es uno de los primeros paradores que se inauguraron, siendo el primero el Parador de la Sierra de Gredos en 1928 y este, el de Mérida, en 1933. Ubicado en el corazón de Emérita Augusta, sus instalaciones invitan a dejarse llevar mientras la mente viaja a una época muy lejana.
Visitar Mérida es de por sí un lujo. No hay piedra de esta ciudad que oculte alguna fascinante historia que se remonte a la época de antes de Cristo. Pero si lo que quieres es alojarte en un lugar único en el mundo, este es tu parador.
Un parador lleno de historia
Los yacimientos del Parador de Mérida se remontan al inicio del Imperio romano, en la época del emperador Augusto (27 a.C. - 14 a.C.).
Siglos más tarde, sobre sus restos, se construyó el convento de Jesús de Nazareno junto a la Iglesia de Santiago. En el siglo XVIII pasó a ser un convento-hospital para personas desfavorecidas bajo el mando de la Orden Hospitalaria de Jesús de Nazareno.
El edificio, desamortizado dos siglos más tarde, pasó a formar parte del extenso patrimonio de la ciudad emeritense para convertirse en la cárcel del Partido Judicial de Mérida.
No es hasta la primera mitad del siglo XX, en 1933, cuando la histórica construcción pasa a convertirse en parte de la Red Nacional de Paradores. Este, a pesar de haber sufrido alguna transformación a lo largo de los años, conserva aún todas las partes que componían el antiguo convento.
Hospedarse en el Parador de Mérida
Su fachada principal, orientada hacia la plaza de la Constitución de Mérida, abre las puertas a un precioso edificio que aún conserva su iglesia, el claustro, la enfermería, el área de las celdas de la cárcel y la antigua huerta, hoy convertida en el majestuoso Jardín de las Antigüedades.
Este último espacio resulta todo un lujo para viajar por la historia más lejana de nuestro país. En él se pueden encontrar desde piezas arqueológicas originales de la herencia romana, hasta de origen visigodo y mudéjar.
Repleto de fuentes, albercas y una exuberante vegetación, la belleza de este espacio es único para perderse en él. Además, aquí, en el Jardín de las Antigüedades, se alberga la terraza del restaurante, perfecto para disfrutar de las instalaciones mientras degustas la gastronomía típica extremeña.
Las habitaciones del parador fusionan perfectamente la antigüedad del edificio con los servicios más modernos. Elegancia, comodidad y las mejores vistas para hospedarte en Mérida como mejor te mereces.
Las mejores celebraciones
Viajar hasta Mérida siempre es un acierto. A poco más de tres horas desde Madrid o a dos desde Sevilla, esta ciudad consigue cautivar a cualquier turista que no duda en repetir la experiencia.
Peto tampoco es de extrañar que el Parador de Mérida sea uno de los lugares predilectos de la zona para celebrar cualquier evento o celebración que puedas tener entre manos.
Desde bodas, reuniones especiales o citas románticas, este espacio lo convertirá en un momento que quedará en el recuerdo. La zona exterior se convierte en la mejor opción para ello y poder disfrutar de las cálidas temperaturas que la ciudad ofrece en los meses estivales.