
La reina Letizia, vestida por Felipe Varela en la cena de gala ofrecida al presidente de Peru, en febrero de 2019, con motivo de su visita de Estado a España.
Qué fue de Felipe Varela: la verdad sobre lo que ocurrió entre la reina Letizia y el que fue su diseñador de cabecera
El 'otro Felipe' en la vida de Letizia, como a muchos les gustaba llamarlo, volvió a nuestras vidas en forma de falda el 6 de enero, día de la Pascua Militar.
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Pocas historias de amor son para siempre. Y aunque hace 15 años nos parecía que la relación entre Felipe Varela y la reina Letizia era inquebrantable, el caso es que en el 2025 pocos se acuerdan ya de que el modista madrileño disfrutó, durante más de una década, de la exclusividad del armario de Su Majestad en la Zarzuela. Era el modisto de cámara de la consorte de Felipe VI.
El 'otro Felipe' en la vida de Letizia, como a muchos les gustaba llamarlo, volvió a nuestras vidas el pasado 6 de enero, cuando la Reina rescató del baúl de los recuerdos una prenda con la etiqueta del diseñador. Se trataba de una falda larga, en satén burdeos, que Letizia lució en el primer acto de 2025, la Pascua Militar. Al conocer la firma de la prenda, muchos pensaron: "¡Anda, Varela! ¿Qué habrá sido de él?".
Hace ya casi un año desde que en el número 26 del Boletín Oficial del Registro Mercantil, dependiente del Ministerio de Justicia, publicado el martes 6 de febrero de 2024, en la página 6562 apareciese una breve anotación de tan solo dos líneas: «CENTRO DE COSTURA CASTRESANA SL. Ceses/Dimisiones. Adm. Único: VARELA GARCÍA, FELIPE. Nombramientos. Adm. Único: VARELA GARCÍA, ABRAHAM».
La traducción de este texto administrativo es sencilla, y refleja un cambio: Felipe Varela renunció a su cargo en su casa de modas, cediendo el puesto a su hermano Abraham. La empresa Centro de Costura Castresana, S. L., fundada en julio del año 2000 y dedicada al comercio minorista de prendas de vestir y complementos, oficializó el cese de Felipe en su cargo. Sin embargo, este cambio no es la única novedad.

La reina Letizia, con falda de Felipe Varela y el collar de perlas de Isabel II en la Pascua Militar. Gtres
El cambio de titularidad en la empresa Varela no significa, no obstante, el cierre de la marca, ya que sus puntos de venta siguen abiertos, aparte del canal online, que sigue surtiendo de moda de ceremonia a un exigente grupo de clientas españolas que valoran mucho su costura tan bien hecha. En especial sus trajes de chaqueta, de corte impecable y aquellos vestidos creados a mano que tantos titulares se llevaron.
Aunque los cambios son significativos, parte de lo que en su momento fue un amplio local con varios escaparates en la Milla de Oro madrileña, donde la familia de la entonces prometida del príncipe Felipe se hizo trajes para asistir a la boda real en Madrid, ha reducido significativamente su espacio. De los cinco ventanales que exhibían los diseños de Felipe Varela, incluidos aquellos que lució Letizia en actos oficiales, ahora queda una inmobiliaria ocupando parte del lugar.
La relación entre Varela y Letizia comienza en 2003, cuando la todavía periodista le pregunta a su suegra, la reina Sofía y a su cuñada, la infanta Elena, por el tema del vestuario. La ya prometida del príncipe de Asturias se había llevado una larga lista de críticas por haber elegido un traje de Armani, modisto extranjero, para su pedida de mano en el Palacio de El Pardo, así que siguió los consejos que le dan: buscar un diseñador de cabecera para que le haga todo el vestuario y así no tendrá que preocuparse más.
La duquesa de Lugo, que entonces vivía con su marido, Jaime de Marichalar, en el ático del edificio donde Felipe Varela tenía el taller, hizo las presentaciones, y a partir de ahí, la cosa fue fluyendo entre ambos. Para Letizia resultó de lo más sencillo: el creador ya conocía sus gustos y sus tallas, se ahorraba tiempo y quebraderos de cabeza.
Varela, con su aguda visión para los negocios, supo aprovechar el impacto mediático que generaban las apariciones públicas de la entonces princesa de Asturias para exponer en sus escaparates los modelos usados por la esposa de Felipe de Borbón. Este enfoque le permitió consolidar una clientela fiel, especialmente entre mujeres de América del Sur, que buscaban las creaciones del diseñador predilecto de la realeza.

La reina Letizia, junto a la emérita Sofía, luciendo un vestido de Felipe Varela en la cena previa a la boda de Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton. Gtres
Cuanto más reconocimiento obtenía Varela, menos compartía con sus colegas, lo que generaba cierta envidia. A pesar de ello, solicitó ser miembro de la ACME -Asociación de Creadores de Moda Española- y fue de los últimos en unirse.
Su participación en la pasarela madrileña de 2016, que marcó su despedida de los desfiles, fue tan peculiar como enigmática. El día del evento, la ropa llegó directamente en cajas, sin realizar pruebas en el lugar ni permitir el acceso de la prensa especializada al vestuario. Varela, con su distintiva gorra de camuflaje, apareció discretamente poco antes del desfile, saludó brevemente al finalizar y desapareció, dejando perplejo al público.
La Reina confió en Felipe Varela durante su primera década como princesa de Asturias. Varela no solo confeccionaba su vestuario, sino que también se convirtió en una figura cercana. En esa época, Letizia compartía comidas y cenas con él y su marido, tal como lo hace ahora con su estilista, Eva Fernández, o peluquera, Luz Valero.
Sin embargo, en su segunda década en la realeza y ya como Reina, Letizia comenzó a diversificar su estilo. Aunque muchos aseguraban que el cambio había llegado desde Zarzuela, al parecer la cosa no fue tan clara: "No fue ella quien dejó a su diseñador favorito. Fue al revés. Felipe hizo dinero, se casó con un chico cubano afincado en Miami -boda a la que acudió la Reina como invitada- y vive a caballo entre París y Estados Unidos. Ha hecho dinero suficiente y quiere hacer su vida al fin, renunciar a la esclavitud del taller. Cuando Letizia llegó al trono, él vio el momento", explica a Magas una fuente cercana al modista madrileño.

La reina Letizia, vestida por Felipe Varela, en la cena de Estado celebrada con motivo de la visita del presidente de Argentina, Mauricio Macri, en 2017. Gtres
En efecto, en 2010 se había casado en Salamanca con Joel, un atractivo que trabajaba en una de las tiendas de Prada en Miami. Desde la boda, Varela iba mucho a verle, también viajaba mucho a París, donde se formó como couturier trabajando para Mugler, entre otras casas de moda prestigiosas. Su marcha definitiva de España estaba, por tanto, al caer.
El agotamiento de Varela coincide con la entrada en el equipo de la Reina de otra figura importante para el cambio de rumbo en el estilo real, la estilista Eva Fernández. Hay mucho mito sobre como se conocieron Letizia y esta excolaboradora de la revista Cosmopolitan, pero la realidad es que el padre de esta experta en moda es militar, compañero de promoción del que fue durante años secretario de la Reina, José Zuleta.
En el despacho real buscaban a alguien que conociera el mundo fashion para poder gestionar todas las peticiones y envíos de las marcas de la industria textil, que querían hacerse un hueco en el armario de Letizia, y no paraban de enviar cosas a Zarzuela con la esperanza de que luciera algo, conscientes de que esa es una publicidad impagable para cualquier firma.
En la Secretaría de la Reina estaban completamente desbordados. Eva entra en el equipo de Letizia para gestionar todas estas peticiones y nadie mejor que una persona cercana al mundo castrense para comprender la discreción y rectitud que hay que llevar en este asunto.
La llegada de Eva supuso la apertura del armario de la ya Reina a otras marcas made in Spain y capital español de mayor calado internacional, como Carolina Herrera (CH es de Textil Lonia y CHNY, de Puig) o Nina Ricci (de Puig). Aunque no hay que olvidar que Letizia tiene mucha personalidad y esto no significa que la estilista decida lo que se pone: le hace sugerencias, han forjado una buena amistad, pero no viste a la Reina.
En aquel momento se especuló sobre un posible distanciamiento entre Felipe Varela y su clienta más importante, pero luego quedó claro lo contrario: él ya había alcanzado la suficiente notoriedad para que su marca siguiera adelante por sí sola, y la Reina dejó de depender tanto de sus diseños.

La reina Letizia, junto a la infanta Sofía, con el último vestido de Felipe Varela que estrenó. Premios Princesa de Asturias 2019. Gtres
Fue, en definitiva, una separación amistosa. Durante la crisis sanitaria provocada por la pandemia, Letizia volvió a lucir algunos de sus trajes de Varela, adaptándolos a las nuevas circunstancias. El último que estrenó fue en los Premios Princesa de Asturias de 2019, coincidiendo con el primer discurso público de la princesa Leonor, un marco simbólico perfecto para marcar el adiós profesional entre ambos, que además subrayaba su cercanía personal.
La última ocasión en que la Reina vistió uno de los diseños de Varela fue el pasado 6 de enero durante la Pascua Militar. Es probable que continúe reutilizándolos en el futuro, ya que muchos de ellos son atemporales y su talla no ha cambiado. Por su parte, la marca parece mantener un rumbo estable.
En 2023 alcanzó una facturación cercana a los dos millones de euros y emplea a 12 personas, consolidándose en el mercado con una base de clientas fieles, amantes del buen patronaje, el detalle y el buen hacer en el mundo de la moda.