Aronia negra.

Aronia negra. IStock.

Salud y Bienestar

Oro negro: el prebiótico natural que mejora la flora intestinal y es perfecto para frenar los signos de la menopausia

La aronia negra es uno de los frutos del bosque con mayor contenido en compuestos antioxidantes, 1.480 mg de antocianinas por cada 100 gramos.

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La aronia negra, conocida científicamente como Aronia melanocarpa, es un pequeño fruto originario de América del Norte que, con el tiempo, ha ganado reconocimiento mundial por sus innumerables beneficios para la salud. Históricamente, las tribus nativas americanas las han utilizado para hacer tés y tratar resfriados, así como para comer.

Su aspecto oscuro, casi negro, delata su riqueza en antioxidantes: posee 1.480 mg de antocianinas por cada 100 gramos de fruta fresca. Esta concentración es solo igualada por el arándano y el saúco negro, lo que le confiere no solo un papel muy importante en la salud, sino en el mundo de la alimentación en general.

Este fruto posee altas concentraciones en ácidos fenólicos, taninos condensados y flavonoides como las antocianinas, que son responsables de las propiedades antiinflamatorias, inmunomoduladoras y protectoras contra el estrés oxidativo. Sin embargo, su perfil nutricional va más allá.

Los beneficios de la aronia negra

Como ya hemos comentado, en comparación con otras frutas, las bayas de aronia tienen el nivel más alto de antioxidantes, que son un compuesto químico que protege las células del cuerpo de los efectos dañinos de la oxidación. Los antioxidantes son un promotor natural del antienvejecimiento y se cree que protegen contra el cáncer y las enfermedades cardíacas. 

Además de los antioxidantes, las bayas de aronia contienen toneladas de vitaminas y minerales, incluidos zinc, magnesio, hierro y vitaminas C, B y K. Dentro de sus características más valoradas está su capacidad para actuar como un prebiótico natural. Un prebiótico no es más que un componente alimenticio que sirve de "alimento" para las bacterias beneficiosas que habitan en el intestino, también conocidas como la flora intestinal o microbiota.

Al consumir aronia negra, estas sustancias prebióticas favorecen el crecimiento de bacterias saludables, como las del género Bifidobacterium y Lactobacillus, promoviendo un equilibrio en la microbiota intestinal. Este equilibrio es crucial para mantener una salud digestiva óptima, ya que una flora intestinal en buenas condiciones mejora la absorción de nutrientes, regula la función inmunológica y reduce la inflamación sistémica.

La aronia negra, gracias a sus compuestos fenólicos y fibras dietéticas, no solo fomenta este equilibrio, sino que también combate bacterias patógenas que podrían causar desequilibrios o infecciones.

Además, su impacto en la flora intestinal tiene implicaciones directas en otros sistemas del cuerpo, especialmente durante la menopausia. Esta etapa de transición en la vida de las mujeres viene acompañada de una disminución natural en la producción de estrógenos, lo que puede derivar en una serie de síntomas como sofocos, insomnio, alteraciones emocionales y pérdida de densidad ósea. 

Su capacidad para actuar como prebiótico contribuye a una mejor producción de metabolitos, como los ácidos grasos de cadena corta, que tienen efectos antiinflamatorios y ayudan a contrarrestar ciertos síntomas menopáusicos. Además, el equilibrio de la microbiota intestinal influye positivamente en la síntesis y regulación de hormonas, reduciendo el impacto de los desajustes hormonales.

Aronia negra.

Aronia negra.

Por otro lado, los antioxidantes presentes en la aronia negra juegan un papel fundamental en la protección celular contra los efectos del envejecimiento, algo especialmente relevante durante la menopausia. Este proceso hormonal genera un aumento en la producción de radicales libres y estrés oxidativo, lo que puede acelerar los signos del envejecimiento, como las arrugas, la pérdida de elasticidad en la piel o el deterioro cognitivo.

Las antocianinas y polifenoles de la aronia no solo neutralizan estos radicales libres, sino que también mejoran la circulación, favorecen la oxigenación celular y fortalecen los tejidos conectivos, manteniendo así una apariencia más saludable y joven.

A nivel metabólico, la aronia también contribuye a regular los niveles de azúcar y mejora la sensibilidad a la insulina, un aspecto crucial en las mujeres menopáusicas, quienes tienen un mayor riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y diabetes tipo 2. Además, su capacidad para reducir el colesterol LDL y aumentar el HDL protege la salud cardiovascular, un factor que cobra mayor importancia durante esta etapa de la vida debido a los cambios metabólicos hormonales.

No se puede ignorar su efecto positivo en la salud emocional y cognitiva. Durante la menopausia, es común experimentar alteraciones en el estado de ánimo, como ansiedad o depresión. Aquí, la aronia negra interviene con sus antioxidantes, que no solo protegen las neuronas, sino que también ayudan a regular los niveles de serotonina, conocida como la "hormona de la felicidad".

Cómo consumir la aronia negra

Las bayas de aronia se pueden comprar en muchas tiendas de alimentos naturales y constituyen un aperitivo saludable, perfecto para llevar, o se pueden usar como ingrediente en ensaladas y productos horneados. Aunque se pueden comer crudas, a algunas personas no les gusta la forma en que estas bayas les resecan la boca.

Afortunadamente, existen varias formas de preparar las bayas de aronia para que sean más agradables al paladar. Se pueden incorporar a muchos platos diferentes, así como a batidos, zumos y, por supuesto, al vino; sin embargo, una forma popular de servirlas es en tartas.

Qué es la aronia negra.

Al igual que con otras frutas de sabor intenso, los edulcorantes adicionales en las tartas pueden reducir el sabor de las bayas de aronia, dejando solo un agradable dulzor. Las bayas de aronia también se pueden servir con cereales, mezcladas con yogur u horneadas en galletas, panes y muffins.

Además, las bayas de aronia también se pueden remojar en agua caliente con un poco de miel para preparar un té relajante.