Diccionario exprés sobre la perversión del Estado Islámico
Son conceptos históricos o religiosos, que ellos aplican literalmente y de forma tergiversada.
19 noviembre, 2015 02:17Noticias relacionadas
Para combatir al enemigo es necesario entenderlo. El grupo terrorista yihadista autodenominado “Estado Islámico” pregona sus objetivos expansionistas reivindicando conceptos en árabe a menudo relacionados con el islam y que, sin embargo, estos radicales interpretan a su manera.
Se calcula que existen 1.600 millones de musulmanes en todo el mundo; la mayoría de estos creyentes, en Asia. Las comunidades musulmanas de Europa se hartan de recordar cada vez que hay un atentado terrorista de fanáticos islamistas que no representan su fe. “No en mi nombre” es el lema que ha vuelto a saltar a las redes sociales tras los atentados en París entre los internautas musulmanes.
Este glosario pretende aclarar el significado real de los conceptos más recurrentes en torno al grupo terrorista Estado Islámico:
Estado Islámico= Estado Islámico, EI, Daesh, ISIS, IS, ISIL… son muchas las formas de referirse a este grupo terrorista. El único de todos ellos en español es el primero. Daesh es el acrónimo original en árabe, un acrónimo de Al Dawla al Islamiya fi al Iraq wa al Sham (Estado Islámico de Irak y Siria). ISIS, IS, ISIL, son las siglas en inglés.
Daesh supone, por otra parte, un juego fonético pues “el sonido de esta palabra se asemeja a 'algo que aplastar o pisotear'”, según explica el libro 'Objetivo: califato universal; claves para comprender el yihadismo' (Ed. Libros de Vanguardia). Políticos occidentales promueven el uso de esta denominación precisamente por este sentido peyorativo y doblemente molesto para el grupo, pues conserva un recuerdo de su inicio, cuando aún le interesaba únicamente Siria e Irak frente al nombre oficial por el que se autodefinen desde verano de 2014, con la toma de Mosul como su “capital”: Estado Islámico, a secas.
La Fundación del Español Urgente (Fundéu) recomienda emplear el nombre en español o el acrónimo árabe.
Yihad= No significa “guerra santa”, sino “esfuerzo” espiritual. Muchos musulmanes consideran este esfuerzo como el sexto pilar de la fe. El islam establece 5 pilares que todo musulmán debe cumplir: creer en Alá como único Dios y Mahoma como su profeta, rezar cinco veces al día, dar limosna a los necesitados, ayunar en el mes del ramadán y peregrinar una vez en la vida -si las circunstancias lo permiten- a La Meca.
“Hacer el yihad puede marcar un esfuerzo espiritual interno, como hacer el ramadán [el mes del ayuno entre los creyentes musulmanes]. 'Guerra santa' es una traducción perversa por nuestra parte, porque necesitamos hacer categorías para hacerlo más simple. Dentro de esa simpleza, metemos la pata”, lamenta Javier Rosón, analista del Islam en Europa de Casa Árabe. (Aunque en árabe es sustantivo masculino, en español se ha optado por el género femenino, indica la Fundéu).
El 'yihad' tiene dos componentes: el del esfuerzo que hace el musulmán a favor de su fe, “el afán de todo buen musulmán de vencer pasiones internas, tentaciones que le rodean. El 99,9% de los musulmanes utiliza la palabra yihad en ese sentido”, subraya. “Muy minoritariamente el uso del yihad lleva al terrorismo”.
¿Pero entonces cómo se convierte algo como un esfuerzo espiritual en una lucha armada? De hecho el yihad entendido como guerra, es lo que el islam entiende como yihad menor. El yihad mayor es la lucha interna con uno mismo para ser mejor. “El yihad menor es lucha que lleva a cabo un musulmán en el contexto de la época del profeta, de defensa y expansión del islam, en guerras declaradas (y) legales que podían ser con pueblos vecinos musulmanes o no musulmanes. (Ahora) es minoritario, de un grupo de desalmados”, señala Rosón. Recalca a su vez que los propios fundamentos del islam son pacíficos.
En la época del profeta no se podía hacer la “guerra santa” sin la convocatoria de una autoridad religiosa estatal. El líder del Estado Islámico, Abu Bakr Al Bagdadi, sustituye esta labor en el grupo.
Califato= “Los soldados del califato han tomado la capital de la perversión”, declararon los terroristas en el comunicado que reivindicaba los atentado en París del 13 de noviembre.
Es el “título de los príncipes sarracenos (originarios de Arabia Feliz, antigua región de Asia) que, como sucesores de Mahoma, ejercieron la suprema potestad religiosa y civil en algunos territorios musulmanes”, define la Real Academia de la Lengua Española. ¿A qué se refiere el EI entonces?
Su líder, Abu Bakr Al Bagdadi, autoproclamado califa del grupo que declaró la fundación de un “Estado Islámico” entre sus conquistas en Siria e Irak el verano de 2014, es seguidor de la rama más rigorista del islam, la wahabí. Esta rama se distancia de las otras a partir del cuarto califa, Alí, primo y yerno del profeta. Al Bagdadi se considera descendiente del profeta y de este cuarto califa. “Cuando ellos reivindican el califato, quieren volver a la época del islam en la que estaban gobernados por el califa [califato de Córdoba incluido]. Por eso [también] reivindican Al Andalus”, indica Rosón.
Por otro lado están las corrientes jurídicas del derecho islámico. Al Bagdadi, doctor en Ciencia Islámica, es seguidor de la más fundamentalista, la hanbalí. “De facto no tienen un componente negativo. Se toman al pie de la letra el islam en el contexto del profeta”, explica Rosón. Quieren revivir la época de máximo esplendor y expansión del islam y “la parte terrorista es un apéndice de todo eso”.
Muyahidines= Muyahidín significa “combatiente” en árabe y se emplea habitualmente en plural, por el concepto de comunidad. “Pero no significa armado”, matiza Rosón. “Sobre todo lo utilizamos en Occidente para designar a los combatientes islámicos yihadistas. En un contexto de mayoría árabe va relacionado con la palabra 'yihad'”.
Suní= Los suníes componen al menos el 75% de los musulmanes a nivel mundial, aunque algunos expertos hablan de un 90%, pues no existe un registro oficial (como sí pasa con el bautismo en el caso de los católicos, por ejemplo). Se definen como gente de la tradición, del consenso, de la comunidad. Creen que -excepto el profeta- la utilidad religiosa no recae sobre ninguna persona en especial, sino en el Corán y la interpretación comunitaria, mediante los juristas.
Los miembros del Estado Islámico son suníes, como también lo son los de Boko Haram o Al Qaeda, aunque también existen otros grupos terroristas islamistas que son chiíes. El Estado Islámico, con origen en Siria e Irak, combate al régimen de Damasco (chií) por una parte y aunque el Gobierno de Bagdad no es chií, así lo percibe parte de la población.
Sharía= ley islámica. Existen varias formas de aplicar esta ley según los países. En algunos lugares como Turquía o Túnez, no forma parte del sistema judicial.
Otro tribunales seculares intervienen solo en cuestiones personales (como un juez de paz, para una herencia, por ejemplo). Estos funcionan en la mayor parte del mundo árabe mediterráneo, la India, y la mayoría del África negra.
Hay un caso particular que existe únicamente en Londres, donde tribunales islámicos intervienen en cuestiones personales, indica el experto de Casa Árabe.
La sharía rige la ley en su totalidad en países como Irán, Yemen, Arabia Saudí o Nigeria. “Si robas, te corto la mano” es la forma legal literal que siguen.
Algunos vídeos del Estado Islámico muestran tribunales de sharía puristas. Tienen tribunales específicos para los no musulmanes en Raqa, su bastión sirio. Otra cosa es cómo los apliquen.
Salafismo= Esta doctrina ultraconservadora del sunismo, que dicen profesar los terroristas del Estado Islámico, intenta restaurar la grandeza originaria del islam desde el punto de vista histórico y geográfico. El objetivo es proselitista, para extender lo máximo posible sus creencias que intentan llevar al máximo grado de “pureza” o literalidad.
“El salafí cumple todos los preceptos del islam, no interpreta el Corán, sino que considera que es una transmisión directa de Dios al profeta Mahoma. Toda tu vida tiene que regirse por ello: seguir la tradición, las leyes islámicas, el proselitismo...”, indica Rosón.
El salafismo yihadista “saca de contexto y traslada a la era moderna” la época de expansión del islam. “El islam empieza en el siglo VII, tribus árabes beduinos, nómadas, habitaban en oasis. Hay dos centros de población sedentarios: La Meca y Yatrib, actual Medina. El profeta Mahoma nace en Medina en torno a 570, con invasión de un monarca cristiano de Etiopía en aquella época. Después existe una expansión muy fuerte del islam, por civilizaciones y califatos”.
Los salafistas yihadistas entienden que revivir la época de esplendor máximo conlleva el exterminio y la muerte del 'kafir'.
Kafir= “infiel o no creyente”. Hace referencia a las personas que rechazan a Alá y niegan u ocultan una verdad, la verdad absoluta que es Alá. Identifica a un ateo, no es peyorativo per sé.
“El islam es una religión de paz y considera otras religiones como los católicos, comparten profetas, el ángel Gabriel, consideran a Jesús como un profeta”, ejemplifica Rosón.
Takbir= Es la profesión de fe. Todo musulmán tiene que recitar esta frase y un converso tiene que recitarla para convertirse (shahada): “No hay más Dios que Dios y Mahoma es su profeta”. Alahu akhbar (“Alá es grande”), es el takbir que invocan los terroristas yihadistas antes de llevar a cabo un atentado, es la versión breve de este principio de fe de los musulmanes.
Uma= comunidad. Es otro concepto al que alude a menudo el Estado Islámico, que -tras su renuncia a limitar su expansión a Siria e Irak- lucha por una comunidad global musulmana.