Dos senadores cubano-americanos, Ted Cruz, de Texas, y Marco Rubio, de Florida, se han erigido como los grandes ganadores del caucus de Iowa del Partido Republicano. Mientras que la antigua secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el senador socialista de Vermont, Bernie Sanders, estaban encerrados en un virtual empate en la lucha por la candidatura del Partido Demócrata. Clinton logró el 49,86 por ciento de los votos.
Tal como se preveía, el caucus de Iowa, la primera cita electoral en las primarias de Estados Unidos que definirán los candidatos presidenciales, ha tenido una alta participación y ha dejado una marca que promete ser perdurable en las primarias de los partidos para la carrera hacia la Casa Blanca.
Ted Cruz, el senador ultraconservador, ha sido el gran ganador de la noche, al imponerse al magnate inmobiliario Donald Trump, la figura más disruptiva de la elección presidencial y el favorito en las encuestas difundidas antes de la elección. Cruz obtenía el 27,7% de los votos frente al 24,3% de Trump.
El otro gran ganador ha sido el senador Marco Rubio, quien ha logrado despegarse del resto de los candidatos del establishment al ubicarse en el tercer lugar con el 23,1% de los votos, muy cerca de Trump. Rubio ha quedado mejor posicionado que ninguno de los candidatos 'moderados' para dirimir la pelea por la nominación con Cruz y Trump.
“Esta noche es una victoria para las bases. Esta noche es una victoria para los valientes conservadores a lo largo de Iowa y nuestra gran nación”, ha proclamado Cruz en su discurso de victoria, acompañado de su mujer, Heidi Cruz.
El senador texano ha hecho una apuesta muy fuerte en Iowa. Fue el único candidato que ha visitado los 99 condados estatales, y su padre, el pastor evangélico Rafael Cruz, ha viajado al estado para conseguir votos para su hijo. Los evangélicos, una de las bases de los republicanos, son el principal grupo de apoyo de Cruz.
Primer discurso perdedor de Trump
Rubio fue el primero los tres en hablar. Ha ofrecido un largo discurso, pulido y preciso, en el que ha vuelto a recordar su historia familiar y se ha mantenido fiel a su mantra de campaña: la promesa de “un nuevo siglo americano”. Además, ha reiterado su promesa de “unir al partido”.
“Esta no es una elección ordinaria”, ha dicho Rubio. “Es un referendo sobre nuestra identidad como nación y como gente. Podemos ser la nación más grande que jamás hemos sido, o podemos ser una gran nación en declive”, ha afirmado.
Donald Trump, el candidato que se ha cansado de presentarse como un ganador, ha tenido que dar el primer discurso de perdedor de su corta carrera política. Fue el discurso más corto que ha hado en toda la campaña: apenas ha durado tres minutos.
“Tengo que empezar diciendo que amo absolutamente a la gente de Iowa”, ha dicho Trump. “Estoy honrado, realmente honrado. Quiero fecilitar a Ted y a todos los increíbles candidatos [...] Felicitaciones a todos”, ha dicho el empresario, que no pudo con su genio y ha terminado con una de la muletillas que ha utilizado en la campaña en Iowa: “Creo que voy a venir aquí a comprar una granja. Me encanta”, ha cerrado su discurso.
Empate entre Clinton y Sanders
Hillary Clinton y Bernie Sanders han quedado virtualmente empatados. Clinton obtuvo el 49,9% de los votos, contra el 49,6% de Sanders. Martin O’Malley, el tercer candidato demócrata, obtuvo menos del 1% de los votos y anunció que daba por terminada su carrera por la Casa Blanca.
“Es raro, es raro que tengamos la oportunidad que tenemos ahora, de tener una competencia real de ideas, de pensar realmente duro sobre lo que el Partido Demócrata representa y lo que queremos para el futuro de nuestro país si hacemos nuestra parte para construirlo”, ha dicho Clinton, acompañada de su marido, el ex presidente Bill Clinton, y su hija, Chelsea.
Sin tener el triunfo garantizado, Sanders ha dado un discurso victorioso en el que ha declarado un “empate virtual” con Clinton y ha reiterado la mayoría de sus promesas de campaña. Para un senador socialista desconocido hasta el inicio de la campaña presidencial, haberle presentado a Clinton un desafío de semejante magnitud ha resultado ya de por sí un enorme éxito, más allá de que sus posibilidades reales de conseguir la nominación presidencial sean exiguas.
“Vamos a crear una economía que funcione para las familias obreras, no sólo para la clase multimillonaria”, ha bramado Sanders, en lo que ha sido el gran fuerte de su campaña: la lucha contra la desigualdad económica.
Sanders y Cruz tienen algo en común: ambos senadores son considerados outsiders de la política de Estados Unidos, alejados de los prácticas y los mensajes de los políticos tradicionales o del establishment de Washington. Nada de lo ocurrido en Iowa garantiza que se impondrán en las internas partidarias. Pero, al menos por una noche, fueron dos grandes ganadores de un ciclo electoral que apenas comienza.
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