El Gobierno argentino se apuntó este jueves su primer éxito político de envergadura al conseguir que buena parte de la oposición -kirchneristas y peronistas- votara en el Senado a favor del acuerdo monetario con los fondos especulativos o ‘buitre’, que en 2012 ganaron un juicio a Argentina en los Estados Unidos y obligaron al país a un cese parcial de pagos.
Aunque la coalición gubernamental Cambiemos ocupa sólo 16 de los 72 escaños con que cuenta la cámara alta, de todos modos el proyecto oficial cosechó 54 votos afirmativos, incluidas 38 manos alzadas del bloque kirchnerista Frente para la Victoria (FplV) y del peronista Frente Renovador. Únicamente hubo 16 senadores del FplV, que se inclinaron en forma desfavorable. Dos se abstuvieron.
El vuelco de muchos senadores opositores, que hasta el último diciembre seguían la consigna nacionalista “Patria o Buitres” de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, se debió a que los gobiernos de provincias que representan necesitan aportes de dinero fresco para aliviar sus déficits y negociaron con la Casa Rosada votar el “sí” a cambio de esa ayuda monetaria federal.
Anuladas, entonces, las leyes denominadas de “cláusula cerrojo” y “pago soberano” que lo impedían, a partir de ahora el gobierno del presidente liberal Mauricio Macri se podrá abocar a reunir los fondos para desembolsar, primero, 6.500 millones de dólares que Argentina adeuda a, entre otros, Elliot Management, NML Capital, Aurelius, Davidson Kempner y Bracebride Capital.
Esos son los principales fondos especulativos o ‘buitre’ acreedores que compraron bonos impagos de la deuda de Argentina a precio de rebajas después de que decretara en 2002 la mayor cesación de pagos de la Historia hasta ese momento, por 95.000 millones de dólares. Y litigaron en la justicia de los Estados Unidos hasta lograr cobrarlos a su valor nominal.
En un prolongado pleito judicial, seguido con atención en Grecia y otros países con abultadas deudas públicas y riesgos de juicios similares, el juez de Nueva York Thomas Griesa dio la razón, en 2012, a los demandantes en un fallo de primera instancia. Luego esa resolución terminó siendo ratificada por dos instancias judiciales superiores, la Corte de Apelaciones de Nueva York y, finalmente, el Supremo.
Los fondos especulativos o ‘buitres’ concentran el 8% de los acreedores y constituyen un quebradero de cabeza para Argentina pues son un fleco de la quiebra económica y el célebre “corralito” bancario en 2002. El otro 92% de acreedores había aceptado, en 2005 y 2010, las fuertes quitas – 65% menos- en las renegociaciones de deuda que concretó el matrimonio presidencial Kirchner.
Pero los tiburones financieros han aguantado durante tres décadas el tirón en la justicia y hasta consiguieron bloquear transferencias de Argentina a otros acreedores. Este conflicto se convirtió en un caso testigo a nivel mundial e incluso la asamblea general de la ONU emitió, en 2015, una resolución cuestionando el proceder de los ‘buitres’.
Para el gobierno de Macri era imprescindible cerrar este capítulo del pasado. “Negociando con firmeza y responsabilidad pudimos acordar una solución para un conflicto que llevaba casi 15 años y que resuelto nos permitirá conseguir el financiamiento internacional necesario para realizar las obras de infraestructura que nos permitan crecer y mejorar la calidad de vida”, aseguró, días atrás, el Presidente.
“Podemos decir que Argentina empieza a salir de la cesación de pagos y se pone en la línea de largada para el crecimiento”, añadió el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, a principios de mes cuando se llegó a un pre acuerdo con los ‘holdouts’, en Washington, que ahora ha sido convertido en ley, tras su aprobación por diputados y senadores.
Como el kirchnerismo, según la administración Macri, dejó las cuentas públicas con un déficit de 7% y en el Banco Central no hay reservas suficientes, el nuevo gobierno de Argentina se lanzará a la aventura de volver a los mercados internacionales tras 15 años de ‘abstinencia’. Emitirá bonos por 12.500 millones de dólares para pagar a los ‘buitre’ y otros acreedores menores, en lo que, según los expertos constituirá, la mayor emisión de un mercado emergente desde 1996.
Por ello el secretario argentino de Finanzas, Luis Caputo, viajará en los próximos días a Nueva York, Londres y otras capitales financieras. Allí iniciará el ‘roadshow’ de la nueva deuda de Argentina, un país que ya cometió ocho cesaciones de pagos desde su origen como nación en el siglo XIX, según estudios de la universidad de Harvard.
La reciente visita de Barack Obama y su espaldarazo al gobierno de Macri refuerzan la 'operación retorno' de Argentina a los mercados. A punto tal que mientras el presidente estadounidense bailaba tango en Buenos Aires, la fiscalía de Nueva York pedía al juzgado que lleva el litigio Argentina- ‘buitre’ participar como ‘amicus curiae’ (amigo del tribunal) de cara a una solución definitiva.
Los bancos españoles Santander y BBVA, con filiales en Argentina, van a participar en el negocio de la promoción y venta de los bonos del Estado sudamericano en calidad de coordinador global y colocador, respectivamente, junto a entidades internacionales tales como JP Morgan Chase, Deutsche Bank, HSBC, UBS y Citigroup
Los títulos entregarán un interés anual promedio de hasta 8% y habrá bonos a plazos de cinco, 10 y 30 años. Argentina contará con dos semanas para colocarlos y recaudar el metálico. Según vaticinó “Financial Times”, la emisión sería un éxito porque los mercados se encuentran en fase “risk on” (pro riesgo). El jueves 14 vence el plazo para pagar a los ‘buitre’.
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