Mientras su mandato se apaga, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visita el Viejo Continente para afianzar su alianza con Europa y presionar para que ésta se mantenga unida.

Este viernes, el dirigente de la primera potencia mundial se reúne con la Reina de Inglaterra en el palacio de Windsor para luego sentarse con el primer ministro británico, David Cameron, en el número 10 de Downing Street. Después, ambos líderes darán una rueda de prensa en la que se espera que Obama alce la voz para que Reino Unido permanezca en la Unión Europea, a falta de dos meses para que el país vote sobre su relación con Bruselas.

“Aquí en Reino Unido hay una gran expectación”, aseguraba Vincenzo Scarpetta, analista en el think tank Open Europe, con base en Londres, horas antes de la llegada del norteamericano a la urbe. “Se sabe que va a hablar a favor de la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea, pero no sabemos exactamente qué va a decir y si también tocará el tema de la relación especial entre Reino Unido y si habrá consecuencias negativas si vota por dejar la Unión Europea”.

Antes de la intervención pública de Obama, The Telegraph ha publicado este viernes un artículo de opinión del propio presidente donde argumenta que "la UE hace a Gran Bretaña aún más grande". En él, el estadounidense reconoce que la decisión pertenece únicamente a los británicos, pero afirma que económicamente la UE ha ayudado a Londres y que la Unión "magnifica" la influencia británica en el continente.

Pero aparte del Brexit, la seguridad y el comercio transatlántico se encuentran también en la agenda del estadounidense para este viaje. La próxima semana se inicia la siguiente ronda de negociaciones del TTIP (Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión), un gran acuerdo comercial entre EEUU y la UE que avanza lentamente mientras decae su popularidad. Por otro lado, Varsovia acoge en julio a los jefes de Estado y Gobierno de la OTAN. “Este es último gran evento ligado a Europa que Obama tendrá en su presidencia”, afirma Gustav Gressel, analista en Berlín del European Council on Foreign Relations.

“Barack Obama donde tiene más margen de maniobra es en el ámbito de la política internacional, por lo que está volcado en ella en esta fase final de su mandato”, dice Daniel Ureña, director del Hispanic Council, un think tank especializado en las relaciones entre España y EEUU. “Obama quiere lanzar el mensaje de que su Administración quiere contribuir a que se tomen medidas con los principales líderes europeos en tres grandes asuntos que no sólo afectan a Europa, sino también a Estados Unidos: el terrorismo, la inmigración y la defensa. [Y] efectivamente, es de esperar que se impulse un asunto tan importante como el acuerdo de libre comercio Europa-EEUU”.

Tras dejar las Islas Británicas, el comandante en jefe de Estados Unidos pondrá rumbo a Alemania el fin de semana, donde se reunirá con la canciller, Angela Merkel. Y el lunes, en Hanover, los dos se verán las caras con el presidente francés, François Hollande, el premier italiano, Matteo Renzi, y Cameron, según anunció este miércoles la Casa Blanca.

“El presidente aguarda con entusiasmo discutir con estos socios europeos nuestros esfuerzos antiterroristas conjuntos y la necesidad de compartir información de manera más efectiva entre nuestros países y dentro de Europa”, aseguró el jefe de prensa del presidente. Entre otros temas, anunció la Casa Blanca, los dirigentes hablarán de inmigración, Siria, la crisis de Ucrania, Libia y el TTIP. “También discutirán nuevos pasos que los aliados de la OTAN deben tomar para lidiar con los desafíos en la periferia sur y este de Europa”.

Con este viaje, Obama puede mostrar un fuerte apoyo a Europa, aliado estratégico y tradicional de Washington, antes de abandonar el Despacho Oval, asegura el New York Times. Sin embargo, argumenta el rotativo, sus propias palabras y diversos hitos de su política exterior pueden entorpecer sus propósitos.

Algunos en Europa han criticado a Obama por el llamado “giro asiático” de su política exterior, por el que, entienden, habría relegado al viejo continente a un segundo plano. Y el mes pasado, en una serie de entrevistas publicadas por la revista The Atlantic, sugirió que Reino Unido y Francia se aprovecharon como “oportunistas” de su política exterior, en concreto, en la operación de la Alianza del Atlántico Norte en Libia, donde EEUU habría asumido más responsabilidad y esfuerzo militar. Asimismo, la prensa europea desveló tras las filtraciones del excontratista de la NSA Edward Snowden que la agencia de Inteligenciahabía monitoreado las llamadas de líderes europeos, como la propia canciller germana.

Pero pese a que el Pacífico estaba a la cabeza de su lista de prioridades, opina Gressel, del European Council on Foreign Relations, circunstancias como la crisis del euro o la anexión de Crimea por parte de Rusia han obligado al presidente de EEUU a prestar atención al Viejo Continente. De hecho, Gressel asegura que la relación entre Alemania y EEUU es buena y existe una intensa cooperación entre las dos naciones, especialmente, en materia de seguridad.

“Alemania, como potencia no nuclear, no puede hacer frente realmente a Rusia sin algún tipo de apoyo por parte de Estados Unidos. Y en todas las medidas militares en el flanco este, los alemanes y los estadounidenses están unidos y se consultan mutuamente. Tienen una muy buena relación de trabajo entre sus ministerios de Defensa”, asegura.

IMPACTO SOBRE EL BREXIT

Obama ostenta gran popularidad en Reino Unido, por lo que su entrada en el debate sobre el Brexit puede dejar huella. Sobre todo, porque uno de los principales argumentos que esgrimen los defensores de la salida de Reino Unido de la UE es que el país tendrá mayor libertad para comerciar y beneficiarse de acuerdos bilaterales. Por eso, una declaración del presidente de EEUU, principal aliado comercial de Reino Unido fuera de la UE, que frustrara las aspiraciones económicas del bando secesionista podría afectar al referéndum.

“Los que están a favor de la permanencia esperan que su intervención tenga un efecto positivo a la hora de movilizar al electorado a favor de la Unión Europea”, dice Scarpetta, del think tank Open Europe.

Sin embargo, advierte el experto, las palabras de Obama podrían tener el efecto contrario al deseado porque el pronunciamiento del líder de EEUU podría verse también como una injerencia exterior en la política británica -cuando la idea de que Bruselas interviene demasiado y constriñe a Reino Unido es lo que impulsa el Brexit.

“Los que están a favor de la salida intentarán criticar esa intervención diciendo que 'sí, EEUU es quizá el aliado más importante de Reino Unido, pero sigue tratándose de una interferencia de un líder extranjero en una decisión que los electores británicos tendrán que tomar”, asegura el analista.

Por ahora, el artículo de opinión publicado en el Telegraph -escrito en un tono positivo y no amenazante- ha despertado ovación pero también críticas, algunas de las últimas por parte de personajes como el alcalde de Londres, Boris Johnson, o el ministro de Justicia británcio, Dominic Raab.



La salida de Reino Unido de los Veintiocho podría desencadenar inestabilidad en el resto de la Unión y, además, a Washington le interesa un aliado económicamente liberal dentro del bloque, aseguran los expertos. Por su parte, Gressel considera que Obama intenta hacer entender a los británicos que fuera de la UE el país perdería poder. 

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