Con excepción de Raúl Castro en Cuba, Pedro Pablo Kuczynski será no sólo el presidente de Perú con más edad al entrar en el cargo, sino también uno de los mandatarios en ejercicio más viejos del mundo. Cuatro largos días de recuento han hecho falta para clarificar el resultado definitivo de las elecciones en Perú celebradas el pasado domingo, y en las que ha vencido a Keiko Fujimori por un escaso 1% de diferencia. De hecho, a la ex primer dama le ha costado casi 24 horas admitir su derrota desde que el organismo electoral de Perú lo anunciara el jueves sobre la media noche (hora española).
Con 77 años, Kuczynski o PPK como le conocen por sus iniciales, está acostumbrado a que se le critique por su edad. Le han llamado "dinosaurio" y "gringo viejo", infinidad de veces. Y el, otra infinidad de veces, ha contestado: “Soy viejo, sí, pero tengo muchísima experiencia”.
Nacido en Lima, hijo de un médico alemán y una profesora francesa, pasó su infancia en diversas regiones de Perú, debido al trabajo de su padre, que había llegado al país inca a investigar las enfermedades tropicales del Amazonas.
Estudió en uno de los colegios de más renombre en Lima y terminó sus estudios de secundaria en el Reino Unido. Aunque se ha destacado por su profesión de economista, quienes le conocen de verdad dicen que es un excelso músico. De hecho, comenzó en Suiza estudios de Composición Musical, y estudió flauta y piano en la Royal Academy of Music de Londres.
En plena campaña, Kuczynski aseguró que el líder de los Rolling Stones, Mick Jagger, lo había invitado a tocar con él en su más reciente presentación en Lima, pero que su agenda le había impedido aceptar la oferta. Pocos le creyeron.
Lo que sí es cierto es que tras culminar sus estudios musicales ingresó en la Universidad de Oxford para especializarse en Filosofía, Economía y Política, después de lo cual realizó estudios de postgrado en Economía en la Universidad de Princeton, en Estados Unidos.
Un técnico con buenos contactos
Al regresar a Perú, a mediados de la década de los años 60, fue nombrado gerente del Banco Central durante el Gobierno de Fernando Belaúnde, cuando no llegaba aún a los 30 años. Tras el golpe de Estado de 1968, el economista partió al exilio, y comenzó a trabajar para el Banco Mundial.
Retornó a Perú en 1980 como ministro de Energía y Minas, después de trabajar algunos años en esta industria en África. En ese cargo impulsó la aprobación de una ley que exoneraba de impuestos a las compañías petroleras extranjeras, con el fin de promover la explotación energética. La conocida Ley Kuczynski le cobró factura en varias oportunidades. La última de ellas, en 2011, cuando quedó tercero en la disputa a la presidencia del país.
Tras su paso por el Ministerio se alejó de la política y dedicó casi 20 años al sector privado, trabajando principalmente en compañías bancarias y mineras.
Con la llegada de Alejandro Toledo a la presidencia, en 2001, Kuczynski fue nombrado ministro de Economía y Finanzas. A pesar de haber negociado exitosamente acuerdos con el Fondo Monetario Internacional para apoyar las metas económicas de Perú, el economista renunció a su cargo después de movilizaciones masivas de trabajadores del sector eléctrico que se resistieron a su política de privatización. Duró menos de un año en el cargo. Regresó en 2004 y fue nombrado presidente del Consejo de Ministros hasta 2006.
En 2011, cuando Ollanta Humala se quedó con la presidencia, PPK quedó relegado en sus intenciones de llegar a la Casa de Pizarro, detrás incluso de Keiko Fujimori.
"Gringo viejo" y neoliberal
Kuczynski es un neoliberal que se califica a sí mismo como de derecha moderada. Aunque comparte su percepción con el modelo económico fujimorista, fueron sus diferencias en torno al manejo de la seguridad y el narcotráfico las que lo diferenciaron de la hija del expresidente Alberto Fujimori.
Además de su edad, Kuczynski ha sido criticado por su apariencia. “En un país con más de un 40% de población indígena, Kuczynski se ve muy gringo", explicó el director de Ipsos Perú, Alfredo Torres.
Fue, sin embargo, el temor al regreso a un narcoestado lo que hizo que incluso la izquierda se uniera a PPK en la segunda vuelta de las elecciones. “En su Gobierno seremos oposición, pero ahora debemos votar por él”, dijo la ex candidata presidencial y líder de la izquierda, Verónika Mendoza.
En su campaña no se ocupó de ocultar la vejez sino que la convirtió en una de sus armas de combate, resaltando su mayor experiencia en temas de alta relevancia para los peruanos, como el económico. “Tengo una edad en la que la plata no es determinante”, dijo en medio de la campaña.
Es la primera vez que un descendiente de germano-polaco ocupará el sillón de Palacio de Gobierno. Con 77 años será, además, el más viejo. Su gran desafío será gobernar con un Congreso copado por el fujimorismo, que todavía intenta reponerse de una derrota que le llegó de forma imprevista tras la victoria de Keiko en la primera vuelta.
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