Israel rechaza el plan de intercambio de rehenes de Qatar por si 'se escapan' los líderes de Hamás
Las IDF continúan recorriendo la Franja de Gaza en busca de Yahya Sinwar y Muhammad Deif, así como de los 104 rehénes secuestrados.
12 enero, 2024 02:39Israel ha completado sus operaciones militares en el norte de la Franja, lo que supone el control total sobre Gaza City, pese a las acciones puntuales de grupos de Hamás en los barrios de Jabalia y Shejaiya. Asimismo, las IDF avanzan en la zona central del enclave, intentando aplacar la resistencia organizada en el campo de refugiados de Bureij antes de lanzarse sobre la ciudad de Deir el Balah, el único foco de Hamás que aún resiste a la ocupación israelí y que se ve ahora mismo completamente rodeada.
En cuanto a la ciudad sureña de Jan Yunís, sigue el avance de este a oeste, aunque ahí las bajas son mayores y de hecho en las últimas semanas, el alto mando israelí ha reforzado sus tropas con unidades venidas del norte. Queda, eso sí, el asalto definitivo al Hospital Nasser y sus inmediaciones, que no acaba de llegar.
Los israelíes tienen la esperanza de que Yahyah Sinwar, jefe militar de Hamás en la Franja y el cerebro detrás de las atrocidades del 7 de octubre, esté escondido en esa zona y pueda ser detenido junto a su hermano Mohammed Sinwar, artífice del laberinto de túneles subterráneos que recorre todo Gaza, y a Muhammad Deif, líder de las Brigadas Izz Al-Din Al-Qasam.
En realidad, más que una esperanza es una especie de última oportunidad. Israel ha buscado a los líderes militares de Hamás -y a los 104 rehenes que aún quedan vivos en sus manos- por toda la Franja: desde Beit Hanun al paso de Rafah.
Después de casi tres meses de bombardeos, demolición de túneles y destrucción de todo tipo de infraestructuras, civiles y militares, no ha sido capaz de encontrarlos. Teniendo en cuenta que el tamaño de Gaza en su totalidad es el equivalente al de Móstoles (45 kilómetros cuadrados), es lógico que desde Tel-Aviv piensen que no pueden estar muy lejos.
El enésimo plan de paz rechazado
El cerco a Sinwar es ahora mismo la gran operación militar de Israel en Gaza. Tal vez por eso su nombre se ha utilizado como excusa para rechazar el último plan de paz presentado, esta vez por Qatar. Es cierto que todos estos planes de paz son redundantes, tanto si los avala Egipto como si los propone Qatar como si los insinúa el omnipresente Secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken: fin de los bombardeos israelíes, entrada de ayuda humanitaria, tregua prolongada e intercambio de prisioneros palestinos por rehenes israelíes.
Todo esto con el propósito a medio-largo plazo de trabajar en una solución de dos estados, algo en lo que Blinken lleva meses trabajando, pero que Israel no quiere ni considerar. De entrada, no se fía de los socios árabes de Estados Unidos. Para continuar, nadie ha sabido articular exactamente ese estado palestino en el que convivirían las distintas facciones enfrentadas y nadie ha explicado tampoco cómo la Autoridad Nacional Palestina, encabezada aún por un anciano Mahmoud Abbas, va a volver a hacerse con el control político de Gaza.
No es probable que Qatar deje caer a Hamás así como así, con lo que hay que entender que, aunque no se les nombre directamente, para el emirato, forman parte de la solución, algo que Israel no puede aceptar bajo ningún concepto. El objetivo de Hamás es acabar con Israel y el de Israel acabar con Hamás. No hay términos medios ni parece que eso vaya a cambiar sustituyendo a los líderes. Ni en Tel-Aviv se fían de que Estados Unidos sea capaz de frenar la ayuda de los países árabes a los terroristas… ni los países árabes se fían de que la administración Biden vaya a contener los excesos israelíes. Hasta ahora, desde luego, no lo ha conseguido.
Fracaso de Blinken
De hecho, Blinken abandonaba este jueves Oriente Medio tras una semana de reuniones con prácticamente todos los agentes relevantes en este conflicto -salvo Irán, por supuesto, que ayer mismo secuestró un carguero estadounidense lleno de petróleo para elevar aún más la tensión en el Mar Rojo- con una cierta sensación de fracaso. Aunque afirma haberse encontrado con una mejor predisposición por parte de los países árabes -el miércoles se reunió con el rey Abdalá II de Jordania y el jueves con el presidente egipcio El-Sisi-, Netanyahu ha seguido mostrándose como un muro inaccesible.
No estamos dispuestos a reconocer un estado palestino ni siquiera como una manera de hablar”, dijo este miércoles el primer ministro israelí, probablemente en referencia al reconocimiento verbal que la OLP y Fatah sí hicieron en su momento del estado de Israel. Más allá de los objetivos a largo plazo, Blinken tampoco ha sido capaz de convencer al gobierno hebreo de la necesidad de un alto el fuego, pese al caos humanitario que se vive en Gaza y el hecho de que son ya casi 200 los soldados de las IDF muertos en combate, buena parte de ellos en las últimas semanas.
La propuesta qatarí fue desestimada porque Israel entendió que gente como Sinwar podía participar en el intercambio de prisioneros por rehenes, pese a que, como sabemos, Sinwar no está preso. Qatar lo negó de inmediato, pero dio igual: Israel se mantiene firme en su posición de estrangular militarmente lo que queda de Hamás en la Franja y Hamás se mantiene firme en su posición de no aceptar nada que no sea una retirada. En palabras de Osama Hamdan, portavoz de la organización terrorista: “Ningún rehén saldrá vivo de Gaza mientras siga la agresión israelí”.
Probablemente, se trate de un farol. A última hora de la tarde del jueves se anunciaron negociaciones para al menos hacer llegar a los rehenes sus medicaciones. Después de tres meses de cautiverio. Los acuerdos entre bandos que se odian son prácticamente un milagro que Blinken no ha conseguido materializar. Israel cree que puede conseguir a Sinwar y a sus escudos humanos por las bravas y no va a cejar hasta conseguirlo. Sinwar cree que puede seguir escapando y presionando a Israel con la salud de sus rehenes y no va a aceptar menos que una retirada. Salir de ese bloqueo se antoja complicado.