
Los iraníes queman banderas israelíes y estadounidenses durante el 46 aniversario de la Revolución Islámica en Teherán. Reuters
Israel presiona a Trump para atacar las bases nucleares de Irán antes de que "se agote el tiempo" y ya tengan la bomba
La apuesta del nuevo inquilino de la Casa Blanca por un nuevo acuerdo nuclear antes de “bombardearlos por todas partes” frustra los planes de Netanyahu de un ataque preventivo contra Teherán.
Más información: Irán acelera el ritmo al que enriquece uranio y se acerca al porcentaje necesario para ser usado en un arma atómica
Que Israel planea atacar a Irán se lleva sospechando meses en Washington. Estando aún Joe Biden en la Casa Blanca, los servicios de inteligencia estadounidenses alertaron al Gobierno de que Tel Aviv podría golpear las bases nucleares de Fordow y Natanz durante el primer semestre de este 2025. Benjamín Netanyahu lo verbalizó hace una semana, cuando pidió a EEUU “terminar el trabajo” de una vez. Pero, lejos de lo que le habría gustado oír del “mejor amigo” que su país ha tenido en la Casa Blanca, la tibia respuesta de Donald Trump ha dejado en duda las ambiciones israelíes en territorio iraní.
En una entrevista con el New York Post, Trump dijo a principios de febrero que preferiría un acuerdo nuclear con Irán “a bombardearlos por todas partes”. El hombre que retiró a EEUU del Plan de Acción Integral Conjunto de 2015 para volver a las sanciones, ¿dando ahora señales de que, en este segundo mandato, preferiría reanudar las negociaciones con Teherán?
Para desgracia de Tel Aviv, así es. Este miércoles, el ministro de Exteriores israelí, Gideon Sa’ar, ha enviado un recordatorio a Washington de que Netanyahu no ha abandonado la idea de intervenir directamente en Irán. “No tenemos mucho tiempo”, dijo en una entrevista para la edición europea de Politico. “Creo que para detener un programa nuclear iraní antes de que se convierta en un arma, debe ponerse sobre la mesa una opción militar fiable”, añadió. Si no, una “carrera nuclear en Oriente Medio con Egipto, Arabia Saudí y Turquía” podría derivar en una “catástrofe para la seguridad de Israel”, expresó Sa’ar.
Más allá de las anticipaciones, el israelí tiene razón cuando asegura que Irán ha enriquecido uranio suficiente para “un par de bombas”. De hecho, se queda corto. Según un informe compartido con Reuters este miércoles por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Teherán tiene ya uranio enriquecido suficiente para confeccionar seis armas nucleares. Desde diciembre, las reservas iraníes de uranio 60% puro han aumentado hasta la mitad, y ahora la república islámica cuenta con 274,8 kilos del material en un estado cercano ya al 90% de pureza requerido para convertirlo en arma nuclear.
“El aumento significativo de la producción y acumulación de uranio altamente enriquecido por parte de Irán, el único Estado no poseedor de armas nucleares que produce este tipo de material nuclear, es motivo de grave preocupación”, alerta el informe del OIEA, que urge también a restringir por la vía diplomática la actividad nuclear de Teherán antes de que el tiempo “se agote”.
El tiempo y las formas dividen a Trump y a Netanyahu. El primero ha pospuesto por el momento el viaje a Israel de Steve Witkoff, su enviado especial para Oriente Medio, por la visita del presidente ucraniano Volodímir Zelenski a Estados Unidos esta semana. Sin embargo, EEUU asegura que su objetivo sigue siendo el mismo. Mike Waltz, asesor de seguridad nacional del presidente republicano, subrayó a mediados de febrero que “todas las opciones siguen sobre la mesa” para la prioridad de Washington: el desmantelamiento total del programa nuclear de Teherán.
Pero las opciones se reducen cuando Teherán se cierra a la vía diplomática. En Moscú, el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, dijo este martes que no hay lugar para negociaciones mientras siga en pie la campaña estadounidense de “máxima presión”, refiriéndose al memorando de principios de mes en el que Trump endurece las sanciones. “No negociaremos bajo presión y amenazas”, avisó Araghchi.
En Rusia, Araghchi y el presidente Masoud Pezeshkian fueron recibidos por el ministro de Exteriores de Vladímir Putin, Serguéi Lavrov. De aquella reunión salió una postura “alineada” entre ambos países sobre el programa nuclear iraní, según dijo más tarde un comunicado del Kremlin. Aunque las declaraciones de Lavrov no parecían reflejar el tono de su homólogo persa: “Creemos que los canales diplomáticos para resolver el problema nuclear de Irán todavía existen y deben optimizarse sin amenazas ni recurrir a la fuerza”, afirmó el ruso.
Pese a una alianza que es ya histórica y al acuerdo de asociación estratégica firmado en enero entre Rusia e Irán, en Teherán preocupa el potencial acercamiento de Moscú a la América de Trump. En este juego de equilibrio, Reino Unido, Francia y Alemania han dado a Irán hasta finales de junio para concluir un nuevo acuerdo nuclear y evitar la reimposición de sanciones. El director de la OIEA, el argentino Rafael Grossi, ha expresado su intención de visitar Irán el mes que viene por primera vez en más de un año.