Cuentas y cuentos ante las elecciones
El autor, candidato de Ciudadanos al Congreso, analiza las propuestas económicas con las que los principales partidos se presentan al 26-J.
Todos tenemos la impresión de que los partidos políticos nos cuentan cuentos en periodo electoral. Pero también es cierto que los partidos hacen cuentas. Otra cuestión es que esas cuentas sean las del Gran Capitán, algo que sucede más veces de las que pensamos. Por ejemplo, en el programa electoral de 2015, el PP apenas incluía cifras, más allá de tener la cortesía de numerar las páginas del programa.
Ahora seguimos sin saber si el PP actualizará su programa tras el desvío de más de 10.000 millones en el déficit de 2015, el resultado más claro de su mala gestión. No obstante, las primeras declaraciones del presidente en funciones, Mariano Rajoy, al Financial Times sugerían una rebaja de impuestos, en estos términos: "Si los ingresos tributarios continúan aumentando, como lo están haciendo actualmente, podemos planear otro recorte de impuestos".
Sin embargo, tristemente, los ingresos tributarios no están aumentando. Así, en el último informe mensual de recaudación, la Agencia Tributaria señalaba (segundo párrafo de la primera página): "En el primer trimestre los ingresos aumentaron un 0,3%, con un descenso del 1,9% en los ingresos brutos y del 10,4% en las devoluciones. Corregidos, entre otros factores, los distintos ritmos de devolución en 2015 y 2016, la devolución del céntimo sanitario y los aplazamientos de entes públicos, los ingresos en términos homogéneos se redujeron un 0,1%".
El PP tiene un problema con las matemáticas: previó que los ingresos fiscales subirían un 6,2%
Evidentemente, Rajoy y el PP tienen un serio problema con las matemáticas, porque una previsión en los Presupuestos de 2016 era la del crecimiento de un 6,2% de los ingresos fiscales. Si los ingresos fiscales siguen evolucionando como lo están haciendo -que es reduciéndose y no incrementándose-, al acabar este año tendremos, sólo por ese concepto, 11.000 millones de déficit más de lo previsto.
Lo peor de todo es que en estos números no está incluido el coste de la rebaja del Impuesto de sociedades en 2016, que el Gobierno estimaba en 2.641 millones de euros en su memoria de impacto normativo. Al final, que las grandes empresas paguen muy poco, y que los defraudadores lo hagan aún menos -gracias, por ejemplo, a la amnistía fiscal- lo acabaremos pagando entre todos. Lo probable es que ante la ausencia de cuentas mínimamente serias, el cuento del programa del PP sea más bien una pesadilla, como lo fue el programa de 2011.
El PSOE sí parece ser consciente de que la situación fiscal es delicada, especialmente en el ámbito de la Seguridad Social. Ante esto, lo que propone es una subida masiva de impuestos. Más allá de subir los impuestos de sociedades, patrimonio, grandes fortunas y medioambientales -según informaba el PSOE a El País-, la gran novedad es el establecimiento de un nuevo tributo para pagar las pensiones que será un recargo sobre “algunos impuestos”, a imitación de la contribución social generalizada francesa.
El PSOE propone una subida masiva de impuestos y, como gran novedad, crear otro nuevo
Cuando se le ponen los números a este cuento se convierte en una película de terror. La contribución social generalizada francesa es un recargo del 7,5% sobre las rentas del trabajo, y del 6,2% sobre las rentas del capital. Ahora bien, mientras que el IRPF tiene tipos progresivos y un mínimo exento importante, la contribución francesa se aplica al 97,5% de la renta. Esto quiere decir que los trabajadores y pensionistas de rentas bajas, que ahora no pagan el IRPF, pasarían a tributar.
Una medida así tendría efectos muy negativos en el empleo y aumentaría la economía sumergida, pero permitiría recaudar cuantías muy importantes. En Francia este impuesto recauda casi 90.000 millones de euros, y en España tendría una capacidad teórica de recaudar unos 40.000 millones, lo que podría suponer unos 2.000 euros por contribuyente del IRPF.
Unos días después de dar a conocer sus intenciones en materia fiscal, la secretaria de Política municipal del PSOE, Adriana Lastra, declaraba: "El Partido Socialista de toda España defiende el papel de las diputaciones", señalando también que se vieron "obligados a firmar" su posible eliminación y sustitución por consejos de alcaldes en el "acuerdo de gobernabilidad" que alcanzaron con Ciudadanos.
Podemos considera que el exceso de gasto generará crecimiento económico por sí mismo
Resulta evidente de dónde procedían las medidas de reforma en el acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos. Y también por qué en ese acuerdo no había subidas de impuestos: sencillamente porque Ciudadanos consiguió que el PSOE asumiese medidas como la supresión de las diputaciones, que en muchos casos han sido un nido de clientelismo y corrupción con escaso control democrático.
Se pueden cuadrar las cuentas eliminando gasto superfluo, corrupción y duplicidades, como propone Ciudadanos, o bien subiendo los impuestos, como propone el PSOE. Naturalmente, cabe la opción de subir impuestos, y de aumentar aún más los gastos, olvidándose de la consolidación presupuestaria. Esta tercera es la opción de Podemos.
Podemos, igual que Ciudadanos y a diferencia del PP y del PSOE, ha redactado una memoria económica -es decir, ha hecho algunos números más-, en la que deja la reducción del déficit por debajo del 3% hasta 2020. Además, considera que el propio exceso de gasto generará crecimiento económico por sí mismo, que es lo que se conoce como multiplicador fiscal.
Los españoles pagamos un precio elevado por el fraude, la corrupción y el capitalismo de amiguetes
Sin entrar en muchas consideraciones, un incremento de gasto supone un incremento de la demanda interna. Eso hay que financiarlo. Si se hace con un aumento de impuestos, ese incremento reducirá, a su vez, la demanda interna. Si se hace con deuda, alguien tiene que comprártela, pero lo más probable es que el planteamiento de querer incrementar el gasto en 96.000 millones de euros haga huir a cualquier inversor. Poco más o menos, eso es lo que le pasó a Tsipras, y es casi imposible que Pablo Iglesias en el gobierno pudiese evitarlo.
Aunque así fuese, si el aparato productivo, lastrado por regulaciones e impuestos, no pudiese responder al incremento de la demanda, lo que tendríamos serían más importaciones y no más crecimiento. El resultado más probable del programa económico de Podemos -o aún más del acuerdo de Izquierda Unida-Podemos- es la salida de la moneda única, o un cambio sustancial de política económica para evitarlo.
Con este panorama, en Ciudadanos prometemos menos cosas, pero hemos estudiado detenidamente la viabilidad de todas las propuestas. En nuestra memoria económica no abogamos por una subida masiva de impuestos para cuadrar las cuentas, ni utilizamos multiplicadores mágicos que nos resuelvan los números. Sin embargo, sí detallamos las medidas de ahorro, y el resultado de nuestras reformas en la economía, el control del gasto, y la lucha contra el fraude y la corrupción.
Todos los españoles están pagando un precio muy elevado por el fraude, la corrupción y el capitalismo de amiguetes, y muchos no lo saben. Para corregir esta situación no sólo hay que tener voluntad política, que los viejos partidos no han tenido, sino también saber cómo hacerlo. Y eso se demuestra con cuentas y no con cuentos.
*** Francisco de la Torre Díaz, inspector de Hacienda, es candidato de Ciudadanos al Congreso.