1. Demoscópicamente, Cataluña ha dado un giro de 90 grados. Quizá no de 180, pero sí de 90. Como dice el editorial de EL ESPAÑOL, Cataluña se parece hoy más a España de lo que se ha parecido desde 2017.
2. Por eje nacional. Suma de los partidos independentistas, incluida Aliança Catalana: 61 diputados. Suma de los partidos estatales, incluido Vox: 74 diputados. 13 escaños de diferencia.
3. Por eje ideológico. Suma de los partidos de izquierdas (PSC, ERC, CUP y los comunes de Sumar): 72 diputados. Suma de los partidos de derechas (Junts, PP, Vox y Aliança Catalana): 63 diputados. 9 diputados de diferencia.
4. Conclusión. Cataluña es hoy bastante más de izquierdas que de derechas, bastante más catalanista que independentista, y un poco más españolista.
5. Primera clave. El procés ha muerto. O, como mínimo, ha muerto en su forma actual.
6. Segunda clave. Pedro Sánchez podrá reivindicar, al menos durante unos días, que su táctica catalana (indultos, amnistía, reformas del Código Penal) ha dado fruto y ha debilitado al independentismo.
7. Tercera clave. Matemáticamente es posible un nuevo tripartito de PSC, ERC y los comunes de Sumar (68 diputados en total).
8. Otra cosa son los efectos que eso pueda tener en Madrid. Porque, si ese tripartito cuaja, ¿qué incentivo tiene Carles Puigdemont para seguir apoyando al PSOE en el Congreso de los Diputados? ¿Y por qué querría ERC suicidarse así?
9. ¿Qué hará ERC? Difícil saberlo. El partido vive una crisis que no le resultará fácil resolver. Si le da la presidencia a Salvador Illa, en el momento de mayor debilidad de los republicanos desde el golpe de 2017, malo.
10. Pero si se la niega, y se repiten las elecciones, peor. Porque en unos nuevos comicios, y obligado el independentismo a atrincherarse y optar entre una ERC en decadencia y un Junts que al menos ha mantenido el tipo frente a Salvador Illa, sus resultados podrían ser mucho peores incluso que los de ayer domingo.
11. ERC ha desaprovechado su paso por el Palau de la Generalitat, por no decir que ha fracasado con estrépito. El resultado son 181.000 votos y 13 escaños menos que en 2021. Su paso por el Gobierno catalán ha recordado en muchos momentos al de Ada Colau por la alcaldía de Barcelona: una hecatombe sin paliativos.
12. Pere Aragonès no ha estado a la altura y caerá merecidamente en el olvido. Es probable que debiera haber dimitido ayer, durante su comparecencia frente a la prensa. No descarten que lo haga durante los próximos días.
13. El problema para ERC es que el partido no tiene alternativa. Porque el ideólogo de la estrategia que les ha llevado hasta aquí es, precisamente, Oriol Junqueras. El segundo gran estrellado de ayer.
14. Otro problema para ERC. Parece fácil deducir que la clave del fracaso de ERC ha sido su estrategia en Madrid, donde se ha convertido en una muleta más, y no especialmente influyente, del gobierno de Pedro Sánchez. ¿Se arriesgará entonces ERC a aparecer también en Cataluña como muleta de un gobierno del PSC?
15. Si eso ocurre, ¿qué sentido tiene ERC como partido independiente del PSOE/PSC? ¿O es que ERC no es más que el Sumar catalán, un partido anexo que deberá luchar cada día por un minúsculo espacio vital que le permita respirar frente a su "hermano mayor"?
16. Salvador Illa podría gobernar en cualquier caso en solitario, sólo con el apoyo de los comunes de Sumar (que podemos dar por supuesto) y la abstención de ERC.
17. Otra cosa, de nuevo, es qué incentivo se esconde ahí para un Junts fuera de toda ecuación de gobierno. Sobre todo si Carles Puigdemont abandona la política. Porque, con la amnistía en la mano, y de vuelta en su Girona natal para dedicarse a la poda de las buganvillas de su jardín, ¿para qué seguir sosteniendo a Sánchez en Madrid?
18. Carles Puigdemont debe dimitir, como él mismo prometió durante la campaña. No será presidente en ningún caso y ni siquiera él podrá maquillar esa realidad.
19. Una clave interesante. En Galicia y el País Vasco, las izquierdas independentistas se han comido a las marcas locales del PSOE. En Cataluña ha ocurrido al revés: es el PSC el que se ha comido a las izquierdas independentistas. No le atribuyan el mérito a Pedro Sánchez, sino a Salvador Illa.
20. Otra clave interesante. PP y Vox, es decir, la derecha "españolista", suman 26 escaños. Si fueran un solo partido, serían el tercero del Parlamento autonómico catalán.
21. La batalla entre PP y Vox se ha resuelto nítidamente a favor de los populares. Con una salvedad: Vox no ha perdido pie, ha obtenido los mismos escaños que en 2021 y ha demostrado tener un suelo firme. Así que la buena noticia para el PP no lo es al 100%.
22. De ganar las elecciones en 2017 a desaparecer sólo siete años después. Ciudadanos muere joven y deja, a diferencia de Podemos y su pestilente antisemitismo, un bonito cadáver. No es poco, en vista del estado de la política española.
23. Muerto el procés, brotará ahora (no tengan la más mínima duda) la turra del confederalismo a la carta: lo de los catalanes será de los catalanes y lo del resto de los españoles, también será de los catalanes. Contra eso habrá que luchar ahora.