La experiencia más dura llegó al principio, como una especie de advertencia de lo que estaba por llegar. En 2019 Javier se disponía a entrar en una empresa subcontratada por Facebook para moderar sus contenidos, pero antes tenía que pasar una prueba para comprobar que estaba listo para observar todo tipo de violencia extrema. “La primera de ellas consistía en un vídeo de un tío tirado en la vía del tren, al que éste le había atropellado. Le había seccionado gran parte del cuerpo, pero seguía vivo”, cuenta. Cuesta incluso traerlo de nuevo a la mente, debería ser suficiente con esto. Pero poco después le pusieron un segundo vídeo de un accidente, en el que “una mujer trataba de recomponerse la cara, que se le había desfigurado completamente, sin entender muy bien lo que le había sucedido”. Sólo quien tuviera estómago para soportar esto, estaba contratado.
“A todos nos impactó mucho”, reconoce Javier, pero él, como la mayoría, pasaron el examen. Ofrecían trabajo más o menos seguro, un horario de ocho horas, delante de un ordenador y acceso a una de las mayores multinacionales del planeta. Sin embargo, trabajar para Meta -la matriz de Facebook, Instagram, WhatsApp o Messenger- no significa trabajar en Meta. La realidad era ser asalariado de CCC Barcelona Digital Services, una subcontrata, con un sueldo de entrada de 24.000 euros brutos anuales, que cuatro años después llegaría a los 30.000.
CCC Barcelona Digital Services, una filial de la compañía canadiense Telus International, tiene todavía una plantilla cercana a los 2.000 trabajadores, tras el ERE que se produjo el pasado verano por el que 251 personas se fueron a la calle. Javier fue uno de ellos, aunque rápidamente consiguió reintegrarse en el mercado laboral gracias a una oferta en Majorel, otra subcontrata con sede en Barcelona, que en este caso ofrece servicios para filtrar los vídeos de Tik Tok.
Ambos gigantes cuentan con miles de empleados que se dedican a previsualizar los vídeos que los usuarios suben a las plataformas para determinar si son aptos o no, en función de unas políticas que prohíben la violencia explícita, el sexo u otros contenidos sensibles. Pero no son tantas las personas que han pasado en nuestro país por las tripas de las dos grandes redes sociales del momento y quieren contarlo. De hecho, no hay prácticamente ninguna. Contra Javier, cuyo nombre es ficticio, podrían emprender acciones legales si trascendiera su verdadera identidad, ya que los trabajadores de estas compañías firman unas cláusulas de confidencialidad por las que no pueden revelar nada de lo que hacen, incluso después de haber abandonado la empresa. Bienvenidos a un pequeño resquicio por el que observar un gran fallo del sistema.
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Las secuelas psicológicas de Facebook
“Las diferencias entre una y otra son básicamente que Facebook e Instagram se dirigen a un público muy amplio en el que cabe prácticamente de todo. En cambio, Tik Tok tiene un filtro para adultos mucho más desarrollado, por lo que entra mucho menos contenido violento. Es decir, como Tik Tok lo consumen muchos menores, en el momento en el que entra cualquier cosa violenta, la publicación se elimina y la cuenta va a ser baneada por el propio algoritmo. Y eso no ocurre con las plataformas de Meta”.
Por tanto, en su afán de llegar a más gente, la red de Mark Zuckerberg se enfrenta a mayores problemas legales. La percepción, obviamente, es muy subjetiva, aunque nuestro moderador insiste en que lo peor que ha visto fue aquello de las pruebas de acceso. “Sin embargo, también hay cosas muy fuertes de pornografía infantil con bebés de pocos meses, por ejemplo. O lo que ocurre con los cárteles mexicanos, que cuando quieren mandar un recado a una banda rival, es frecuente que abran una emisión en directo, cojan a alguien y lo corten a pedacitos. El vídeo luego se elimina, pero tú te lo has comido”.
¿Y cómo es posible irse a dormir después de ver algo así? “Pues igual que un policía se va a dormir después de haber presenciado la escena de un crimen, o un trabajador de una ambulancia, o un periodista que acude a una zona de guerra. Mi estrategia es tratar de desconectar y tirar mucho de humor negro”, revela Javier.
Reconoce que él se ha vuelto “mucho más cínico”, pero que, por suerte, no ha sufrido problemas psicológicos graves. Sin embargo, según una información publicada hace un par de meses por ‘La Vanguardia’, al menos un 20% de los excompañeros de Javier en CCC Barcelona Digital Services estaban de baja por traumas derivados de los vídeos a los que se exponen cada día.
En 2020 Meta aceptó pagar indemnizaciones por valor de 52 millones de dólares a 11.250 de sus moderadores en Estados Unidos que habían desarrollado depresiones o estrés postraumático. En España no hay precedentes de este tipo, aunque ahora algunos de quienes han trabajado para esta compañía en nuestro país se quieren sumar a esas denuncias. “El contenido violento representará más o menos el 20% de lo que veíamos en Facebook, aunque también creo que la mayoría sabíamos a lo que veníamos”, expresa Javier.
El martilleo de Tik Tok
Tik Tok, en cambio, ofrece un contenido mucho más blanco. Al menos el que observamos en Occidente, ya que en China, de donde es originaria esta red social, existe una enorme censura hacia los mensajes de corte político o social que se atrevan a cuestionar el modelo del régimen. “Lo que nos llega a nosotros principalmente es gente bailando y haciendo el tonto. No habrá violencia, pero son vídeos de 15 segundos que ves durante ocho horas bajo un sistema de repetición continua. Y te puedo asegurar que, desde un punto de vista completamente personal, a mí esto me parece mucho más nocivo. Te juro que estar moderando vídeos de este tipo a este ritmo, te mata la mente”.
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Numerosos estudios han advertido de los riesgos para la salud mental que tiene pasar horas pegados a las redes sociales. Sin ir más lejos, un equipo de psicólogos de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) comparó la adicción que estas ocasionan en el cerebro con el consumo de drogas. Pues ahora imaginen lo mismo durante ocho horas en jornada continua, por mucho que sea un trabajo. Además, en esto ambas plataformas no se diferencian demasiado, ya que ambas reparten el tiempo de forma bastante similar. “Como en los call centers, tienes cinco minutos de descanso cada hora; luego 25 minutos para el almuerzo; y otros 30 minutos de lo que ellos llaman wellness [bienestar] para alejarte un poco de la pantalla”. En Meta tenían derecho a un psicólogo 45 minutos a la semana, mientras que en Tik Tok es una hora al mes.
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Javier trabaja de noche para la plataforma china, porque en lo que sí hay diferencia con Meta es en el sueldo. Tik Tok paga unos salarios de entrada de unos 17.000 o 18.000 euros brutos anuales, un 25% menos que su rival americana, que se pueden incrementar en unos 200 euros mensuales si se realiza el turno de noche. “Te decía lo del call center, porque el convenio es el de los call centers, no hay uno específico para moderadores de contenido”, añade el trabajador. Y el sueldo, va en la misma línea.
Precariedad laboral
Además, Majorel, la empresa a la que subcontrata Tik Tok, también acaba de anunciar un ERE para 223 de sus empleados, la mayoría radicados en Barcelona, como hizo previamente CCC Barcelona Digital Services. Majorel lo comunicó, para más escarnio, cuando se cumplía el octavo día de una huelga que habían convocado sus trabajadores con motivo de la eliminación del teletrabajo. Estas empresas comenzaron a prestar estos servicios durante la pandemia, por lo que sus empleados estaban acostumbrados a trabajar desde casa.
La supresión del teletrabajo fue “la gota que colma el vaso”, según el sindicato SUT que convocó los paros, por la alteración de las condiciones de vida y los perjuicios económicos que eso supone con unos sueldos ya muy reducidos. A ello se suma un “trabajo especialmente estresante a nivel psicológico que la empresa no está dispuesta a paliar de ninguna forma”. Los trabajadores de Majorel, que ha sido adquirida por la teleoperadora francesa Teleperformance, finalmente aceptaron pasar a un modelo de trabajo híbrido, con una semana en casa y otra en la oficina.
8º día de huelga indefinida en @MajorelIberia. Varios compañeros se han sumado al obtener información en los piquetes.
— Huelga Majorel (@vaga_majorel) October 30, 2023
Contra la prepotencia patronal, huelga indefinida!
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La realidad, por tanto, de quienes supervisan el funcionamiento de dos de los mayores gigantes tecnológicos del momento pasa por unos servicios externalizados, con unas condiciones de trabajo que ponen en riesgo la salud mental de sus empleados y una situación laboral precaria. Da igual que el empleador último tenga su despacho en Palo Alto o en Shanghái. Javier no es ningún chaval y como él “hay compañeros de más de 50 años, ingenieros o con carreras universitarias” con las que están sobrecualificados para un puesto en el que no se requiere una formación específica.
“Es como ponerte detrás del espejo y ver cómo mola mucho subir vídeos y conseguir likes, pero a la vez poder observar toda la basura que hay detrás de cada una de esas publicaciones”, opina el moderador. Él, como esos grandes gurús de Silicon Valley, no usa o limita al mínimo su presencia en redes sociales. “Cada vez que veo un vídeo de una tragedia pienso que detrás de ella hay una persona que en lugar de hacer algo está cogiendo su teléfono para grabarlo. Si tuviera que definirlo de algún modo dirían que son como la roña”. Palabra de un insider que ha tenido que mancharse las manos para poner bonito el estercolero.