España ha obtenido los peores resultados en el informe PISA desde que la prueba educativa comenzó a publicarse en el año 2000. Aunque en los medios de comunicación la noticia fue una más, en el palacio de Zarzuela los resultados de esos 30.800 estudiantes españoles de entre 15 y 16 años han dejado una honda preocupación, sobre todo en la reina Letizia.
Cuando el anterior equipo de la jefatura del Estado decidió, consensuado con los entonces príncipes de Asturias, que ya era hora de que Letizia, futura monarca, comenzara a tener su propia agenda, se encontraron con un problema. Eran conscientes de que los tiempos estaban cambiando y que la soberana iba a ser distinta a la anterior. Al fin y al cabo, se trata de una mujer moderna, acostumbrada a una jornada laboral y que necesitaba una ocupación que le hiciera sentirse útil y realizada.
Pero la Constitución Española que describe las funciones del jefe del Estado poco o nada dice sobre su consorte. La Carta Magna dedica un artículo a la esposa del Rey, pero sólo habla de lo que no puede hacer: "No podrá asumir funciones constitucionales, salvo lo dispuesto para la Regencia". Cosa que ya no va a pasar, ya que su hija, Leonor, cumplió 18 años el pasado 31 de octubre. Así que se ha tenido que inventar un oficio para Letizia, y para conseguirlo se basaron en tres pilares fundamentales en los que se sustenta su agenda: salud, medioambiente y educación. Es en estas tres franjas en las que mueve su labor la esposa de Felipe VI y en las que se reparte a lo largo de 200 actos al año. En ellos se siente cómoda y tranquila, segura de que tienen tanta importancia como cualquiera de los asuntos a los que dedica su tiempo su marido.
Todo el que la conoce es consciente que Letizia nunca será una mujer ociosa a la que simplemente le guste figurar. Aunque sabe que su mayor cometido como reina consorte es acompañar al rey Felipe VI, ella dedica un gran empeño y mucha pasión en cada uno de los actos que se presentan en su agenda. La monarca es una mujer perfeccionista en todo aquello que hace y se ha convertido en una verdadera especialista en los tres asuntos a los que dedica la mayor parte de su tiempo. Por eso, los resultados de PISA del pasado martes, que reflejan la mala situación de la educación en nuestro país, le preocupan mucho.
Aunque la lógica hace pensar que semejante descenso es debido a los problemas generados en el ámbito educativo por la pandemia, que afectó a tres cursos de distinta manera, las cifras son duras y preocupantes. "Desde luego, no han gustado nada. Nada más salir se elaboró un informe con todos los detalles para saber qué es lo que no está funcionando y empezar a aportar el granito de arena que, desde su despacho, le corresponde", explica a EL ESPAÑOL | Porfolio una persona cercana al equipo de Letizia.
"Aunque se ha rebajado un poco, una de sus mayores preocupaciones es la diferencia entre los resultados de los estudiantes del norte de España y los del sur del país. Las noticias no son buenas. Hay que pensar que ella está al corriente y muy en contacto con todos los problemas que viven los estudiantes. No sólo por las jornadas en las que tiene contacto con ellos, como en las aperturas de cursos, sino porque desde la Fundación Princesa de Girona se trabaja mucho para poder solucionar estas problemáticas, buscando los talentos e intentando potenciarlos".
En la Casa Real es habitual que cuando dirigen unas palabras hablen de los jóvenes y de la situación en que se van a encontrar. Un buen ejemplo es el discurso en el Congreso de los Diputados de Felipe VI durante la apertura de la XV Legislatura. "Aunque todo el mundo se quedó con su discurso sobre la unidad de España, lanzó un mensaje preocupante sobre el futuro que las próximas generaciones se van a encontrar", cuenta a este diario una fuente cercana al equipo del rey.
Para Letizia, el tema de la educación es la base para solucionar casi todos los demás problemas. En sus muchos discursos sobre el tema, la Reina incide siempre en que ella ve en este punto el remedio para arreglar muchas de las problemáticas que ahora mismo sufren las nuevas generaciones: adicciones, pantallas, nutrición, desmotivación… "La educación transforma y protege" y está ligada a la "justicia y la democracia", aseguraba en un encuentro con jóvenes de la Fundación Princesa de Girona.
La esposa de Felipe VI no se limita a comentar y aconsejar, a reconocer que está en la formación de los jóvenes en futuro del país, sino que no duda en sacarle los colores a quien haga falta para que todas las capas que componen el sistema educativo tomen nota de los problemas. "Todos formamos parte de este proceso llamado educación. Todos debemos estar comprometidos para lograr personas mejores, más conscientes, más responsables, más despiertas", aseguró en unas palabras que dirigió a todos los presentes durante la inauguración del año lectivo hace un par de años.
Este año, en septiembre, en el mismo acto, pero esta vez en un pequeño centro público de Orense, añadió: "Un sistema educativo de calidad consigue ciudadanos libres y responsables [...] el esfuerzo individual, la constancia y la capacidad de trabajo", así como la conciencia de saber "dónde se está y qué se debe hacer" para tomar las riendas de la vida, tener voluntad de aprender "y hacerlo sin olvidar los verdaderos valores que van más allá de lo material" son fundamentales.
"Eso es algo que siempre se ha tenido en cuenta en casa de los Reyes: educar en valores. Cuando habla de implicación, Letizia no sólo se refiere al sistema educativo, sino también a los padres y las familias. La educación comienza desde el hogar, y eso es algo que han puesto en práctica con sus propias hijas de forma constante. Los colegios no son para educar, son para aprender a ser personas", señala una amiga de la familia Borbón. "No es que obligues a tus hijos a leer, dice siempre Letizia, es que la idea es que te sientes a leer con ellos".
Y es que la Reina siempre ha estado muy encima de la educación de sus dos hijas, un poco más incluso que el rey, ya que Felipe VI tiene la agenda más ocupada. Ahora, cuando las dos jóvenes ya han abandonado el nido, Leonor en la Academia Militar de Zaragoza y Sofía en Gales, haciendo primero de Bachillerato, se ha relajado un poco. Sin embargo, cuando estudiaban en el Colegio Santa María de los Rosales, en el madrileño barrio de Aravaca, tenía reuniones casi semanales con los tutores de sus hijas, ya que como ella misma había dicho en un discurso.
"En este camino de aprendizaje no debemos olvidar la figura del mentor, de tantos profesores y maestros que un día nos ayudaron a abrir los ojos, a mirar de otra manera, a enriquecer esas ideas propias: el acceso al conocimiento consciente, no me refiero a la mera acumulación de información y de datos, sino al conocimiento que nos hace mejores y nos sitúa, con templanza, con equilibrio, en el lugar donde estamos, el que sea, con verdadera inteligencia y sentido de la responsabilidad".
En un acto sobre educación e internet organizado por Fundéu, con la que la reina Letizia mantiene una estrecha relación desde hace muchos años, la monarca dijo que la formación de nuestros niños debería guiarse por unos pocos principios muy claros: "Tener ideas propias, solventes y razonables, no es mal destino para todo alumno. Hay ciertas premisas irrefutables que nunca cambian y que son la esencia de la evolución de todo ser humano".
Si la educación es uno de los pilares de la agenda de Letizia, los que la conocen opinan lo siguiente: "Ella ya sabe más sobre este tema que muchos de los ministros a los que se les ha dado ese puesto. Ya les gustaría a muchos tener la implicación que tiene ella en todo lo que hace. Letizia sabe que el futuro está aquí, que está en nuestras manos y que no se trata de los cuatro años en los que estás en el cargo. Para ella la clave es la motivación de los alumnos para llegar a ese aprendizaje, la demostración de que lo que hacen es divertido. Ojalá fuera ministra de Educación, nos iría mucho mejor en los resultados del informe Pisa", termina la amiga de la reina.