De Mario Vargas Llosa se publica mucho, es el personaje de moda. Pero esta historia es distinta: cuenta el calamitoso estado de las aulas donde el premio Nobel estudió su último y excitante año de secundaria en 1952.
Es decir, la triste actualidad de una casona que funcionó como el famoso colegio San Miguel de la desértica ciudad de Piura, al norte del Perú, y cuyos patios, ventanales y balcones de madera apolillados, pórticos amplios, pasadizos altos, y techos y paredes de quincha -que sirvieron de inspiración para ambientar su primer relato 'Los jefes'- hoy, en medio del sopor del verano y sus 38 grados de temperatura, se caen por pedazos y se pierden por la indiferencia a más de 10.000 kilómetros de París, donde ha sido incorporado a la Academia Francesa de la Lengua, ocupando el sillón número 18 y siendo llamado el nuevo 'inmortal'.
Para quienes no sepan, Jorge Mario Pedro Vargas Llosa, nacido el 28 de marzo de 1936, es un hombre con una niñez y adolescencia marcadas por los viajes y la mentira. Nació en Perú, pero pronto su familia se mudó a Cochabamba, en Bolivia, para vivir allá unos nueve años; luego regresó a Perú para quedarse un año en Piura, donde su abuelo Pedro Llosa era prefecto de la ciudad al mismo tiempo que su tío lejano, el entonces presidente José Luis Bustamante y Rivero, gobernaba el Perú.
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Era 1946 y estudió quinto de primaria en el colegio Salesiano; también conoció sorpresivamente a su padre (difunto, según sus parientes), y pronto se regresaron -padre, madre e hijo- a Lima para estudiar en el colegio La Salle, el colegio militar Leoncio Prado (donde se inspiró para la afamada novela 'La ciudad y los perros'), hasta que volvió a Piura para culminar su secundaria en 1952: acaso el año más feliz de aquella lejana época.
Piura fue descrita por el propio Vargas Llosa como una tierra de "habitantes extravertidos, alegres, comunicativos, una ciudad que vivía en la calle". "Tengo un recuerdo imborrable, años muy ricos en experiencias. Una ciudad llena de color, un mundo un poco aventurero. Desde el punto de vista de la literatura, resultaron años muy fecundos; cosas que en la memoria se me grabaron fuertemente y que me sirvieron como estímulo para muchas historias y personajes", sostuvo en una entrevista con el español Soler Serrano.
Los jefes
En la ciudad de Piura, el colegio San Miguel funcionaba en una antigua casona que, durante el siglo XVIII, era claustro de sacerdotes. Recorrer ahora en el 2023 estos ambientes, ataviados con polvo, hojarasca de árboles, murciélagos, ratas, maderas rotas, pisos rajados y techos derruidos, genera una sensación de frustración y pena: por aquellos ambientes andaba Mario Vargas Llosa y su amigo Javier Silva Ruete hace unos 70 años, protagonizando las escenas de lo que luego sería el primer relato del escritor. Me refiero a 'Los jefes': la historia de un grupo de alumnos que se rebela ante el director por cambiar la forma de evaluación académica.
En la actualidad, la casona que se pierde por pedazos está situada en una zona céntrica, junto a la plazuela Ignacio Merino, punto de reunión de artistas, bohemios y manifestantes, y junto a una restaurada y antiquísima iglesia católica Nuestra Señora del Carmen. El resto de la ciudad ha cambiado: ya no es la urbe con burros por las calles, por ejemplo.
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Piura ahora es una de las ciudades más importantes del Perú, ya sea por su turismo, gastronomía, grandes centros comerciales como en las mejores ciudades del mundo, inversión privada o interminables conciertos y bailes de cumbia o salsa; sin embargo, existen decenas de proyectos parados por corrupción, casonas en ruinas que son patrimonio cultural, falta de gestión pública y miles de vecinos sin servicios básicos como el agua potable o la luz eléctrica.
Por esos meses piuranos de inicios de la década de 1950, el joven Mario escribió 'La huida del inca', una obra dramatúrgica que fue escenificada en el desaparecido Teatro Variedades. Las experiencias que vivió allí, trabajando incluso como periodista en 'La industria', le brindaron la carne literaria y real para escribir el cuento 'El desafío', ambientado en esta ciudad y cuyo mejor resultado fue ganar un concurso literario -organizado en 1957 por Revue Française- con un premio ideal para Mario Vargas Llosa: un viaje a París, ese París que tanto anhelaba por sus lecturas de Victor Hugo o Jean Paul Sartre.
Es muy conocido también que por aquella época en Piura existía la 'Casa verde', una especie de prostíbulo que Vargas Llosa hace famoso en su tercera novela, titulada homónimamente, y que hoy solo los más ancianos lo recuerdan entre risas.
Por otro lado, para el investigador Carlos Arrizabalaga, de la Universidad de Piura (UDEP), la importancia de la obra de Mario Vargas Llosa para la región también radica en el uso de piuranismos o palabras regionales que en la juventud del Nobel eran más comunes: churre, para referirse a la niña o el niño; o piajeno, para referirse al burro. La universalidad de sus novelas y las constantes referencias a Piura hacen que sea una zona atractiva para las visitas o estudios sobre el escribidor.
La primera piedra de Mario
En Perú, 'colocar la primera piedra' es una ceremonia con autoridades y algarabía donde simbólicamente se inicia una obra determinada. Esto hizo Mario Vargas Llosa el 6 de marzo de 2012, entre vítores, flashes y una ciudad que se volcaba a la plazuela Ignacio Merino porque había llegado el premio Nobel: vestido con un saco gris y un pantalón oscuro, cogió la palana, la metió a la carretilla y echó a un hueco la mezcla de cemento, arena y piedra.
Esa acción daba el pitazo inicial para la muy mentada Casa de la Cultura, es decir, se repararía el edificio donde el nuevo miembro de la Academia Francesa de la Lengua estudió, y se convertiría en un museo para todos los peruanos. Pero no fue así.
Han pasado más de 10 años desde aquella primera piedra de Vargas Llosa. ¿Sabrá el escritor que aún no existe la 'Casa de la Cultura'. De acuerdo con Lorena Zúñiga, actual directora de la Oficina del Ministerio de Cultura en la ciudad, este sitio de unos dos mil metros cuadrados está a cargo del Gobierno Regional de Piura, entidad que está elaborando un perfil o expediente para solicitar luego la financiación de la obra.
Dentro de este recinto (forrado actualmente con una malla verduzca para que los segmentos de pared no caigan a los transeúntes) pasaron varios cuidadores o vigilantes, como don Félix Alburqueque o Edwin Bautista, quienes buenamente intentaban limpiar o arreglar lo que podían.
En el 2018, el Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) declaró el inmueble con alto riesgo de colapso. El 2019, el Gobierno Regional de Piura firmó un convenio con el Ministerio de Cultura para recuperar esta 'Casa de la Cultura' o 'Casa San Miguel'. En ese tiempo, el ministro Francesco Petrozzi dijo que esta casona era emblema de Piura, y años antes, cuando era congresista e ingresó para recabar información, dijo:
-Es una tragedia nacional.
Por lo pronto, se sabe que este lunes 13 de febrero habrá una reunión entre las entidades comprometidas para la reconstrucción del excolegio San Miguel. No se sabe si realizarán otra vez la ceremonia de la primera piedra, como esa tanda de piedra, arena y cemento que tiró Mario Vargas Llosa y que ahora yacen bajo maderos podridos, cagadas de roedores y la sombra de un viejo mango.