Exconvicto, divorciado de una Infanta de España y con cuatro hijos. Son tres características que no aparecen en el currículo de Iñaki Urdangarin. No obstante, es lo que las personas ven cuando el exjugador de balonmano llama a una puerta para buscar trabajo.
Este pasado martes, el excuñado del Rey pasó a ser un ciudadano libre, ya que ha terminado la condena de cinco años y diez meses que le impusieron los tribunales por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias.
"Pero no se siente así, ni mucho menos. Aunque en cinco años se borran también sus antecedentes fiscales, va a tener siempre la sombra del Caso Nóos. Y aunque le ha caído de todo, se ha portado como un caballero, porque si él hablara, las cosas no se hubieran quedado así", cuenta a EL ESPAÑOL | Porfolio una amiga del exduque.
Fue en febrero de 2006 cuando el diputado socialista, Antoni Diéguez, destapó el Caso Nóos al preguntar en el Parlamento balear por qué Jaume Matas había otorgado contratos por valor de 1,2 millones de euros a una organización sin ánimo de lucro dirigida por el entonces yerno del Emérito. A partir de eso momento, los acontecimientos se fueron sucediendo y Urdangarin se sometió a un gran juicio mediático que terminó en convertirle en el primer familiar de un Rey en la Historia de España que va a la cárcel.
La condena le llevó a ingresar el 18 de junio de 2018 en la cárcel de mujeres de Brieva (Ávila), donde estuvo hasta enero de 2021. En es periodo logró permiso para hacer voluntariado unos días a la semana en la ONG El Hogar de Don Orione, dedicada a atender a personas con discapacidad en el municipio madrileño de Pozuelo de Alarcón.
El excuñado de Felipe VI fue trasladado posteriormente al Centro de Inserción Social (CIS) de Alcalá de Henares (Madrid) para someterse al programa de reinserción para condenados por delitos económicos y su último paso por la cárcel fue en la de Zaballa (Álava).
Comenzar de cero
Ahora, con 56 años, Urdangarin tiene que comenzar a rehacer su vida de cero. Ya no tiene la protección de la Casa del Rey -en todos los sentidos-. Tampoco ningún tipo de contacto económico con las grandes esferas del mundo de los negocios con los que tenía relación en la época en la que ostentaba el título de duque de Palma de Mallorca.
Una de las cosas que más preocupa al exmarido de la infanta Cristina es su seguridad. Desde que el pasado mes de enero firmó el divorcio con la hermana del Rey, el Ministerio del Interior decidió retirarle los dos escoltas que le acompañaban a todos lados.
"Considerando que sus hijos, que son sobrinos del jefe del Estado, no tienen guardaespaldas, no tiene sentido que él los tenga. Le costó mucho aceptar esta medida, de hecho, hubo un momento que pretendió que la Casa costeara unos posibles gastos en su seguridad tras el divorcio, pero no pudo ser. Él alega, y puede que tenga razón, que será siempre él y que es conocido por su pasado. Le han insultado e increpado por la calle en muchas ocasiones, pero tendrá que empezar a vivir con eso y esperemos que, con el tiempo, como ocurre siempre, termine convirtiéndole en una persona anónima. Cuando estaba en Washington, todavía casado con Cristina, estaba preocupado por la seguridad que tenía su familia. Le parecía insuficiente. Ese es un punto que nunca ha llegado a llevar bien. La popularidad le gustaba para hacer negocios, pero no para su día a día", explica a este semanal una fuente cercana a Zarzuela.
Otra de las cosas a las que se tendrá que acostumbrar el exduque es a vivir de una manera más discreta en cuanto a gastos se refiere, pese a que su familia siempre le ha apoyado cuando lo ha necesitado. Ahora mismo Iñaki está sin trabajo. Aunque algunos medios han asegurado que se encuentra trabajando junto a su actual pareja, Ainhoa Armentia, en una pequeña constructora alavesa llamada Nuño y Pescador, lo cierto es que sólo ella ha encontrado un puesto en esta empresa a las afueras de Vitoria.
Urdangarin, por tanto, se encuentra en el paro cobrando el subsidio que le corresponde, 423,45 euros, por ser expresidiario en busca de una actividad laboral. Este dinero podrá cobrarlo durante los próximos ocho meses. Pasado este tiempo, si no ha encontrado ocupación, se quedará en cero.
Esto es otro mundo comparado a lo que ganaba hace una década. Cuando dirigía Nóos cobraba 710.000 euros por dar asesoramiento en la organización de eventos deportivos en Valencia y Baleares. Tampoco goza de aquel contrato de 1,5 millones de euros que tenía como delegado de Telefónica en Estados Unidos.
"Aun así, es verdad que está liberado de las cargas económicas respecto a sus cuatro hijos. La infanta Cristina se encarga de todos los gastos que produzcan, es parte del acuerdo de divorcio al que llegaron a principios de año. Pero para él ha sido un cambio radical. Ha pasado de vivir en Pedralbes, el mejor barrio de Barcelona, a tener que alquilar un pisito, cerca de su madre en Vitoria. Lo paga su novia porque él no llega a final de mes. No obstante, él lo tiene asumido y eso no es lo que ahora mismo le preocupa", aclara la misma persona amiga del exjugador de balonmano.
Iñaki y Cristina se evitan
Lo que no va a cambiar en absoluto el exduque es la relación con sus hijos. "Los adora", apunta la misma fuente. Pese a ello, los cambios de domicilio han provocado que se vean menos. "Además, intenta no coincidir con la Infanta en ningún momento cuando visita a los chicos", añade. Eso fue justo lo que pasó el fin de semana pasado.
Mientras la hermana del Rey se encontraba en España invitada a la boda del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo, él volaba rumbo a Ginebra, Suiza. La idea del alavés era desplazarse a la ciudad suiza para estar con su hijo pequeño, Miguel, a quien habían operado dos días antes de una rodilla tras sufrir un aparatoso -pero no grave- accidente de esquí. Por ello, aprovechando que su exmujer no iba a encontrarse en su lugar de residencia, Iñaki tomó rumbo a Suiza.
Y lo mismo ocurre al revés. Por ejemplo, hace dos semanas la Infanta aprovechó que él no estaba en Vitoria para viajar a la capital alavesa para visitar a la que fue su suegra durante muchos años, Clara Calibert, y por la que siente un profundo cariño. "Va mucho a verla. Cristina tiene una estrecha relación con la familia Urdangarin a pesar de Iñaki. Ellos le apoyan a él, clara y lógicamente, pero es cierto que fueron muchos años sufriendo junto, sobre todo cuando él estuvo en la cárcel. La Infanta encontró en su familia política a su mejor consuelo", cuentan a este medio fuentes cercanas a Zarzuela.
El caso es que la hermana mayor del Rey viajó a Vitoria aprovechando que su exmarido no estaba. Iñaki, Ainhoa y los hijos de ella estaban en Marrakech (Marruecos) de escapada de Semana Santa. TardeAR ofreció imágenes de la visita y Cristina aprovechó que estaba en España para desplazarse de Madrid a la capital vasca.
Entre la expareja la tensión es evidente y siempre que pueden evitan encontrarse. De hecho, les se ha podido ver haciendo planes similares, como ver los partidos de su hijo Pablo con el equipo de balonmano Fraikin Granollers, pero nunca compartiendo espacio en las gradas.
Otro dato que demuestra que no se llevan bien -a diferencia de lo que las fuentes cercanas a la Infanta intentan vender después de firmar el divorcio- es que ninguno de los cuatro hijos de Iñaki conoce a su pareja, Ainhoa. Los de ella hasta se han ido de viaje con él. "Pero es un padrazo. Los quiere muchísimo y nada va a impedir que siga cuidando de ellos, aunque no sea económicamente. Finalmente, el tiempo podrá las cosas en su sitio", explica a esta revista la amiga del exduque.
Iñaki casi 'ficha' por el Barça
Hubo un momento, hace unos meses, en los que Urdangarin estuvo a punto de fichar por el Fútbol Club Barcelona para trabajar con ellos en temas referentes al balonmano. La idea de volver a la Ciudad Condal le gustaba.
Al ser más grande que Vitoria le permitiría tener una vida más anónima, además, suponía un buen sueldo. Sin embargo, la entidad se echó atrás pensando en los titulares de los medios de comunicación y Ainhoa no estaba dispuesta a marcharse de la capital vasca, ya que sus hijos son mucho más pequeños que los de Iñaki.
"Y si algo tiene claro es que no va a dejar a su pareja. Hace muchos años, y hablo antes de la condena, que no se sentía tan feliz con algo, y no quiere perderlo. Busca ser una persona anónima, que ha recuperado su libertad y que no quiere tener nada que ver ya con los medios de comunicación. Sólo necesita encontrar un trabajo y que la persona que le contraté olvide su paso por la cárcel y que estuvo casado con una Infanta de España", termina la amiga del exduque.