Bebidas premium para hosteleros y particulares en una tienda efímera hasta el 5 de enero. Esta es la propuesta comercial navideña de Ferrán Cabrera, responsable de Grano y Uva, una distribuidora coruñesa que tiene como principal cliente a la hostelería. En este local, antes de comprar, también se ofrece la posibilidad de degustar los productos para que así el acierto sea seguro.

Foto: Quincemil

Entre ellos se encuentran exquisitos vermús como el de la marca Dos Deus (blanco, tinto, ahumado, reserva…), ron filipino Don Papa (algunos tipos con bastantes matices desde dulce hasta seco y otros con toque de barrica de Oporto o de Whisky) o Derechito, un tequila mexicano, además de productos para comer como las galletas artesanas Raizame, realizadas por unos hermanos en un obrador en el barrio coruñés del Agra do Orzán.

La iniciativa surgió a raíz de la participación de la distribuidora en el Fórum Gastronómico en Expocoruña, donde comprobaron el interés del público por las bebidas de calidad. La apertura fue el 3 de diciembre y por el momento, según su responsable, la acogida ha sido buena.

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En el establecimiento (calle de la Estrella, 44) también está a la venta una interesante selección de Whisky, desde escocés hasta irlandés o norteamericano. "Nuestros productos no están normalmente en supermercados, son especiales y diferentes y la gente tiende a buscar lo distinto", aclara Cabrera . En los próximos días seguramente añada a su oferta productos en cestas o packs, sobre todo a partir del 15 de diciembre.

En cuanto a precios, hay para todos los bolsillos: desde un coñac de 150 euros a otras bebidas entre 10 y 15 euros. "Una gama amplia, productos muy seleccionados y poco habituales de gran calidad", resume.

Moonshine, alcohol ilegal durante la Ley Seca

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Entre los productos de este pop up, se encuentra el Moonshine (en castellano "a la luz de la luna"). Se trata de un tipo particular de Whisky que se popularizó durante la Ley Seca en Estados Unidos. En esta época la Decimoctava Enmienda de la Constitución prohibía fabricar, vender, transportar o importar bebidas alcohólicas y aquellos que no cumplían pagaban con multas o penas de cárcel.

Para burlar a las autoridades, en aquel momento se introducía este alcohol en tarros de medio litro simulando ser otro producto, como trata de manzana o limón. Llegó a existir moonshine de hasta 69% de alcohol y recibe este nombre porque el empaquetado de este alcohol se realizaba con nocturnidad para evitar que alguien pudiera descubrir el engaño.

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