La peor universidad de España es la Miguel Cervantes de Valladolid, pero sus alumnos tienen trabajo
- El centro privado destrona a la San Jorge de Zaragoza como peor institución universitaria del país: mínima producción investigadora, casi nula inversión en desarrollo tecnológico, aunque un buen equipo docente.
- Los estudiantes muestran su desacuerdo con el ranking, aunque reconocen líos burocráticos y profesores polémicos.
- Las mejores y peores universidades de España.
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Una Secretaría para atender a 1.525 alumnos que es “un desastre”, una plataforma virtual que ha llegado a caerse durante la celebración de un examen, un profesor apartado por usar el trabajo de los alumnos “para su propio beneficio” y otro docente que se apoya más en vídeos de YouTube que en su propia oratoria para enseñar a sus alumnos. Estas son algunas de las impresiones negativas de la universidad que esta semana ha aparecido como la peor de España en el último informe de U Ranking: la Universidad Europea Miguel de Cervantes de Valladolid, de titularidad privada. Un puesto que le arrebate a la Universidad San Jorge de Zaragoza, que ya no es la peor universidad de España tras no haber facilitado los datos necesarios para la elaboración del ranking.
Los resultados del estudio, realizado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas -IVIE-, salieron a la luz el pasado miércoles. En él, la universidad ha obtenido la peor nota de España tanto en investigación como en innovación y desarrollo tecnológico, lo que contrasta con el resultado de sus 203 docentes, cuyo rendimiento ha sido equiparado al de instituciones históricas como la Universidad de Salamanca. La Miguel de Cervantes tiene además una oferta limitada: 18 titulaciones de grado y seis de máster.
La posición de la UEMC supone una novedad en el ranking general, cuyo último puesto había estado ocupado en 2016 y 2017 por la Universidad San Jorge de Zaragoza, la cual este año ha quedado excluida de la clasificación por no haber aportado los datos requeridos por los investigadores. En la medalla de oro no ha habido cambios: la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona es la líder indiscutible del ranking.
Según ha contado a EL ESPAÑOL el director del informe U Ranking, Francisco Pérez, la principal razón del mal resultado de la Miguel de Cervantes es que en el ámbito de la investigación “no tiene actividad, o es muy escasa”, queja con la que coinciden algunos de los alumnos entrevistados por este medio. Este medio ha tratado de conocer la versión de la universidad, pero la institución no ha dado respuesta.
Sofía García estudia el segundo curso del Grado en Fisioterapia en esta institución, la única universidad que ofrece esta titulación dentro de la provincia de Valladolid. Nos cuenta que aunque le han ofrecido formar parte de uno de los tres grupos de investigación de su carrera, ha declinado la oferta porque “son más horas” que le quitarían tiempo para estudiar. La universidad no dispone de ningún medio para aliviar la carga de los alumnos que dedican varias horas de manera voluntaria a su trabajo en el laboratorio, con lo que apenas les queda tiempo para preparar sus exámenes.
Aquellos estudiantes que, a pesar de la dificultad añadida que supone, se deciden a incorporarse en uno de estos equipos de investigación, se topan con una nueva vicisitud: la falta de recursos e instalaciones. Según ha contado a este diario Mario Vivero, que está terminando su tercer año del Grado en Ciencias Ambientales, “los laboratorios son muy genéricos”. Esta ausencia de especialización hace que los trabajos allí realizados sean más pobres y, por tanto, con menos posibilidades de ser publicados. Así se perjudica a la imagen externa de la institución y la condena al puesto 15 -el último- en la clasificación de U Ranking en cuanto a rendimiento investigador.
Para el desarrollo de proyectos de este tipo, la universidad ofrece la posibilidad de que alumnos y profesores unan sus esfuerzos, tal como cuenta Vivero a EL ESPAÑOL. Como dato positivo, el joven apunta que debido a que “las clases son muy pequeñas”, cada profesor “conoce perfectamente a sus alumnos”. De hecho, la UEMC obtiene su mejor resultado en el rendimiento del personal docente, apareciendo en un quinto puesto junto a otras 20 instituciones como la Universidad de Salamanca o la Universidad Católica de Valencia. Este éxito en el ámbito del profesorado es “común” en las universidades privadas, según explica Francisco Pérez.
Profesores problemáticos
Sin embargo, no todos los docentes están bien valorados por el alumnado: la Universidad Europea Miguel de Cervantes se ha visto obligada a apartar de su cargo a dos docentes tras denuncias de los estudiantes del Grado de Fisioterapia, una de las ocho titulaciones que la UEMC ofrece en su Facultad de Ciencias de la Salud. Javier Cánovas, además de estar terminando el último curso de esta carrera, es el Delegado General del alumnado de la institución. El joven cuenta a este periódico los incidentes más notables con los trabajadores de la universidad.
El caso más polémico fue el del profesor de la asignatura Intervención y Gestión en Fisioterapia durante el curso 2015/2016 que, en palabras del delegado, “se aprovechó de sus alumnos” mandándoles trabajos acerca de la venta y la dirección de clínicas, cuyo contenido utilizaba para su propio beneficio. En el informe aportado por Javier Cánovas, los estudiantes se quejaban, además, de que hubo alumnos que fueron evaluados “sobre 11, otros sobre 10 y otros sobre 8” lo cual, remarcaban, “es ilegal”.
También acusaban al docente de realizar variaciones “constantes” en la guía docente “a lo largo del curso” que afectaron a los criterios de evaluación y a los porcentajes de evaluación de la asignatura. Respecto a las calificaciones, los denunciantes declararon tener “la sensación” de que la valoración sería “totalmente subjetiva”. Dos años después, este profesor ha sido despedido, “muy tarde”, en palabras de Cánovas.
No es el único docente de Fisioterapia que ha recibido quejas por parte del alumnado. El encargado de la asignatura Disfunciones musculoesqueléticas durante el curso 2016/2017 ha sido apartado del ejercicio de sus funciones tras ser acusado por los estudiantes de sacar los contenidos teóricos de su materia de “fuentes no validadas como Wikipedia”. Los denunciantes expresaron que creían que había “dado más clase YouTube que el propio docente”. Además, según el informe aportado por el delegado el profesor demostró, en ocasiones, un deseo de “dejar en evidencia” a alumnos a los que preguntaba y señalaba en clase.
"La Secretaría es un desastre"
Los 86 miembros del personal de administración y servicios de la universidad también son duramente criticados por los estudiantes entrevistados por EL ESPAÑOL. “La Secretaría es un desastre”, cuenta Mario Vivero, ya que a su modo de ver, está compuesta por “una persona cualificada y un equipo muy desinformado”. A Sofía García también le ha afectado la mala organización de la universidad a la hora de inscribirse en las rondas hospitalarias obligatorias para su titulación. Se queja de que en Secretaría “confunden gente de agosto con gente de octubre” y lo atribuye a la “falta de organización” de los trabajadores.
El sistema de gestión de quejas, sin embargo, recibe gran cantidad de halagos por parte de los alumnos, aunque para Javier Cánovas, “es algo lento”. No sólo atiende a las sugerencias y denuncias de los estudiantes en la propia universidad, sino que también tiene gran presencia y actividad en las redes sociales de la UEMC, en las que ha tenido que defenderse en más de una ocasión de las críticas de usuarios que se identifican a sí mismos como alumnos o exalumnos.
Las protestas más recurrentes en estos comentarios son las relativas a la plataforma virtual. Cánovas reconoce que “es muy mala”, pero lo justifica con que se trata de una incorporación “reciente” en una universidad que también es joven, ya que fue fundada el año 2002. Álvaro Llamas, que cursa un Máster Universitario en Formación del Profesorado de ESO y Bachillerato, FP y Enseñanza de Idiomas en esta institución relata cómo le tuvieron que “retrasar un examen una hora” por el mal funcionamiento del servidor cuando estudiaba un grado en la misma universidad, aunque su opinión de la plataforma es positiva.
La más activa en empleabilidad de Castilla y León
Sin embargo, la Miguel de Cervantes tiene un atractivo claro: el pasado 31 de mayo quedó como la universidad castellano leonesa más activa en empleabilidad en el informe de “Itinerarios de inserción laboral y factores determinantes de la empleabilidad: formación universitaria versus entorno”. Sus estudiantes reconocen que “se trata de una universidad pequeña” pero que les ofrece facilidades a la hora de encontrar trabajo. Mario Vivero se enorgullece de que “la durabilidad de los contratos también es muy buena” y Álvaro Llamas argumenta que la realización de prácticas en la propia ciudad de Valladolid, en cuyo sureste se sitúa el campus de 41.000 metros cuadrados de la UEMC, le han ayudado a “ser conocido por las empresas” que ya le han ofrecido “varios contratos” de trabajo.
Esta es la principal razón por la que los alumnos entrevistados por EL ESPAÑOL han manifestado su sorpresa al ver a su universidad en el último puesto de un ranking nacional. Javier Cánovas, el delegado, no titubea cuando declara que “no” son “la peor”, mientras que Álvaro Llamas asegura no sentirse preocupado por “los efectos del ranking a la hora de conseguir un buen trabajo”.
Las claves del informe U Ranking
U Ranking, que sitúa a la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona como la mejor de España, estudia tres dimensiones diferentes en cada institución: rendimiento docente, rendimiento investigador y rendimiento en innovación y desarrollo tecnológico. Para la primera se han tenido en cuenta el número de profesores disponibles por cada 100 alumnos, el porcentaje de doctores, las notas y la cantidad de estudiantes procedentes de otras provincias o países.
La clave para lograr un buen resultado en investigación es, según Francisco Pérez, último responsable del informe, la existencia de “una abundancia” de publicaciones con repercusión internacional. Es el caso de la Pompeu Fabra, que ha obtenido un 100% en este aspecto, a diferencia de la Universidad Europea Miguel de Cervantes que, en palabras de Pérez, “está prácticamente en cero”.
El último aspecto incluido en este estudio, la innovación y el desarrollo tecnológico, está basado en el número de patentes atribuidas a la universidad, así como los ingresos obtenidos a raíz de ellas. También tienen cabida dentro de este punto los contratos de asesoramiento en que participe la universidad, al igual que el beneficio económico generado por éstos.
700 km y 60 puestos en la clasificación de U Ranking separan a la mejor universidad de España -la Pompeu Fabra- de la peor -la Miguel de Cervantes-. Las instituciones privadas pueden ofrecer más comodidad y trato personalizado que las públicas: la UEMC, por ejemplo, tiene 13 profesores por cada 100 alumnos, mientras que la UPF tan sólo dispone de 7 docentes por cada 100 estudiantes. Sin embargo, el confort no es suficiente para inclinar la balanza en favor de las primeras. La presencia de financiación pública para proyectos de investigación de la que goza la pública de Barcelona deja a la privada de Valladolid con un suspenso entre las manos. Por suerte para ésta, siempre queda la opción de recuperar el año que viene.