A la izquierda, Patrick Nogueira, el autor del cuádruple asesinato de Pioz; a la derecha, en teoría, el mismo hombre. En la primera imagen, aparece en el juicio (que ha comenzado este miércoles); en la segunda, tras cometer el crimen. Ha pasado tiempo, es la misma persona, pero no se asemeja. Ni en la expresión, ni en el semblante, ni en el rostro, en nada. El cambio ha sido sorprendente. En la calle, difícilmente lo reconozcan.
Porque en la imagen de la izquierda, con gafas, con el flequillo caído y los ojos entreabiertos, comparece alicaído. Serio, concentrado, con una camisa tipo Mao, sin barba y peinado, parece un chico bueno. En la instantánea de la derecha, con patillas largas, un chaleco, una cartera y despeinado, no parece él. Al contrario. Patrick Nogueira podría ser otro. Sin que haya pasado mucho tiempo entre la detención y el crimen (dos años en la cárcel), pero con cambios significativos.
En el juicio, que ha comenzado este miércoles, el fiscal que lo acusa de cuádruple asesinato lo ha tildado de "calculador" y ha dejado claro que actuó fríamente y con predeterminación. "De arrebato, ninguno".
Así lo ha manifestado en el juicio la fiscal jefe de la Audiencia de Guadalajara, Rocío Rojo, al dirigirse a los nueve miembros del jurado popular que este viernes se ha conformado para juzgar al supuesto autor de la muerte en una vivienda de la localidad de Pioz de sus tíos y de sus primos de 1 y 4 años.
En presencia de Nogueira, que permanece esposado en la sala, la fiscal ha relatado al jurado los hechos de los que se acusa al joven de 21 años, de nacionalidad brasileña, que en agosto de 2016 acabó con la vida de sus cuatro parientes.
Frente a la postura de la defensa, que alega arrebato y problemas psicológicos, la representante del Ministerio Fiscal ha insistido en que Nogueira se preparó para cometer los crímenes. "No es una idea que surja de repente", ha enfatizado.
De hecho, la fiscal ha aseverado que llevaba días preparando los crímenes, "planificando fríamente", y no solo para cometer los asesinatos, sino para ocultar los cuerpos.
Ha intentado despistar desde el principio y no ha colaborado nunca, ha añadido la fiscal en su intervención, en la que ha afirmado que el acusado tiene una "amnesia parcial" al no recordar precisamente los momentos exactos en los que atacó a sus cuatro víctimas, por la espalda y sin que pudieran defenderse.
Y ha advertido al jurado de la crudeza de las fotografías -"terroríficas", las ha calificado- que verán durante el juicio y que corresponden a las que envió a un amigo en Brasil por WhatsApp mientras cometía los crímenes.
Pero más crudos son, a juicio de la fiscal, los mensajes escritos que acompañaban esas imágenes, como el que textualmente decía: "Qué risa, los niños no corren cuando los voy a matar".
Tras reiterar que no actuó por un arrebato, la fiscal ha resumido así la acción de Nogueira: "Fría, calculada y premeditada".
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