La Policía Nacional pensó que se trataría de un secuestro. Al fin y al cabo, había recibido una alerta en la que señalaban que una mujer estaba dentro de su coche maniatada y con dificultades para respirar. Sin embargo, al llegar a la playa de Las Teresitas –y después de rescatar a la joven–, los agentes descubrieron que sólo se trataba de un juego. “Pretendía recrear una escena de Cincuenta Sombras de Grey  pero se me fue de las manos. No tengo pareja y estoy sola”, declaró la ‘víctima’ tras dos horas a punto de morir. 

La mujer, por un descuido, casi acaba con su vida. Dentro de su coche, se ató las muñecas con bridas de plástico al volante. Tenía las palmas de las manos (con moratones e inflamadas) hacía el cuerpo y contaba con varias lesiones. Pero no sólo consiguió hacer eso. También se puso bridas de plástico y un trozo de cinta para embalar atado al cuello. Eso no le permitía hablar ni casi respirar. De hecho, de haber estado más tiempo dentro del vehículo, posiblemente habría muerto estrangulada. 

Un hombre alertó al 091 de que había escuchado sonar una pita durante mucho tiempo y escuchó en reiteradas ocasiones sonar un claxon de manera insistente. Entonces, decidió acercarse. La vio a ella maniatada y a un hombre tratando de ayudarla a salir. Se asustó y decidió llamar a urgencias antes de intentar hacer cualquier cosa. 

Los agentes se desplazaron hasta la playa de Las Teresitas y observaron a la mujer descompuesta, atada por todo su cuerpo, con dificultades para respirar y con lágrimas en los ojos. Inmediatamente, la sacaron de allí y la llevaron a un centro hospitalario en una ambulancia rápidamente. 

Al rescatarla, la Policía Nacional le preguntó qué hacía allí. Ella respondió que, simplemente, quería saber cómo se sentía en una escena dramática y erótica como la de Cincuenta sombras de Grey. No la había raptado ni secuestrado. Tampoco tenía pareja. Lo había hecho ella sola. 

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