Me sobra una vacuna, ¿te la pongo para no tirarla?: la picaresca detrás de la inyección de Pfizer
Hay varios alcaldes que se han vacunado antes de tiempo porque, alegan, se iban a tirar las dosis. Es raro, pero pasa, según relatan fuentes sanitarias.
16 enero, 2021 18:16Noticias relacionadas
Por el momento, son pocos casos, pero podrían aumentar a medida que avanza el periodo de vacunación contra la Covid-19 en España. Se trata de aquellas personas que ven la oportunidad de vacunarse aunque aún no les corresponda y la aceptan. A veces ocurre que, por la razón que sea, sobran vacunas de un vial y no se pueden volver a meter en el congelador. Se rompería la cadena de frío. ¿Qué hacemos en ese caso? ¿La tiramos?
Por su condición de políticos, con supuesta vocación de servicio público, hay varios nombres que ya han saltado a la palestra. Hay cinco alcaldes socialistas: de Torrecampo (Córdoba), El Verger y Els Poblet (Alicante), Rafelbunyol (Valencia) y el primer edil de JxCat del municipio tarraconense de Riudoms que, sin ser usuarios de residencias o sanitarios, han recibido la vacuna. También un agente de la Policía Local. La mayoría de ellos ha alegado que han preferido ponérsela a que las tiren a la basura. El PSOE, sin embargo, no ha compartido esta opinión y este domingo ha abierto un expediente y ha suspendido de militancia a los alcaldes de El Verger, Els Poblet y Rafelbunyol.
Pero ¿podría extrapolarse esta situación a los 13.000 puntos de vacunación de España que anunció Pedro Sánchez? No del todo. Según han informado a EL ESPAÑOL fuentes sanitarias, estos casos se han dado de forma puntual, pero han ocurrido.
El protocolo de la Junta de Andalucía dicta que el número de vacunas se reparten en función de las personas que vayan a recibirla en una residencia o en un centro de salud. Para ello se dan cita con día y hora y se confecciona un listado, pero las dosis no van registradas con nombres y apellidos.
"No las vas a tirar"
Las vacunas de Pfizer contra la Covid se distribuyen en viales de seis unidades. Por lo general, se intenta que los pacientes que la reciben en un día cuadren en múltiplos de seis para que no sobre ninguna dosis. Sin embargo, por circunstancias ajenas, puede ser que algún sanitario no quiera vacunarse o no pueda por estar enfermo o, incluso, por haber dado positivo unas horas antes de su confirmación.
También puede sorprender un temporal como Filomena e impedir llegar a tiempo para vacunarse. Esto ocurrió el pasado fin de semana en Madrid. En el Hospital de Móstoles había un listado confeccionado para vacunar a unas 80 personas. "Si se te caen la mitad, ¿qué haces con todas esas vacunas que estaban previstas ponerse? Pues no las vas a tirar. Se ha intentado aprovechar los recursos", explica un sanitario del citado centro.
"Aquí iban a empezar a vacunar a los de las zonas Covid. O sea, planta, UCI, Urgencias…", narra esta fuente, pero con la borrasca mucha gente falló. "Si se iban a echar a perder pues dijeron ‘a tomar por culo’ y se la calzaron aquí a todos. Se la pusieron a todo el personal de la casa que estuviese disponible ahí. No se han respetado los órdenes. Pero teniendo en cuenta que, o la pones o la tiras, pues no la vas a tirar".
Esta misma fuente tiene constancia de que en centros de salud de la Comunidad han pasado cosas similares. Otra fuente del Hospital Gregorio Marañón explica que alguna vacuna sí que ha acabado en la basura porque no ha llegado la persona que debía recibirla.
"A veces sobra una o dos dosis. ¿Qué vas a hacer? ¿Salirte a la calle y decir: ‘Oye, vente que te vacuno’? Eso es un arma de doble filo porque, por un lado, la aprovechas. Pero por otro lado, se puede correr la voz y mañana tienes ahí a medio pueblo en el centro de salud. Para evitar ese tipo de movidas en algunos sitios sí que han tirado dosis".
Esto ha ocurrido en un centro de atención primaria del sur de Madrid. "En mi centro de salud se han pedido 75 dosis", relata una enfermera de dicho centro. "Empezaron a vacunar el jueves y sobraron dos dosis. Esas dos se tiraron. No se iban a poner a pacientes porque si se la pones a uno va a correr la voz y va a haber problemas".
El protocolo
De manera oficial, el protocolo exige que si sobra alguna vacuna se inyecte a otras personas, siempre que sean sanitarios. Desde la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, por ejemplo, no tienen ninguna constancia de que en algún centro hayan acabado en la basura, aunque tampoco pueden asegurar lo contrario. Este mismo departamento de la Comunidad de Madrid no han atendido las peticiones de este periódico al respecto.
Muchas fuentes sanitarias consultadas no lo descartan, aunque sí insisten en que se están intentando aprovechar al máximo las dosis que llegan. La logística de la vacuna Pfizer es complicada, una vez que se descongelan, ya no se pueden volver a congelar, pero como apunta uno de los sanitarios consultados: "Esto es España, aquí es a cada cual más jeta".
EL ESPAÑOL ha podido confirmar que sí ha ocurrido en algún centro de salud. En un caso concreto, sobraban cuatro dosis porque no se personaron cuatro sanitarios a los que les correspondía recibir la vacuna, y acabaron en la basura.
"Mi padre es sanitario y, como no puede conducir, fui a acompañarlo para que se la pusiera", explica un joven a este periódico. "Mi padre conocía al personal del centro, entré con él en la consulta y, entre bromas, surgió el comentario de si yo me quería vacunar. Dije que no, pero me aseguró el enfermero que estaban reservadas para sanitarios y que se iban a tirar porque no se podían suministrar al día siguiente".
Menos vacunas
La previsión es vacunar durante todo 2021 para llegar a la llamada inmunidad de rebaño, pero la consecución de las dosis necesarias en el mercado no es tarea fácil y, menos, tras el último anuncio de Pfizer.
La campaña de vacunación contra la Covid-19 sufre un nuevo obstáculo. Debido a una reducción de la producción de dosis por parte de la compañía, España recibirá solo el 56% de las dosis previstas para la próxima semana, aunque el problema podría alargarse, según los datos de la compañía.
Las autoridades sanitarias y los políticos repiten diariamente que vencer al virus es tarea de todos. También tiene que serlo el hecho de ser vacunado cuando corresponda a cada uno, aunque con esta sequía de vacunas, no está la situación como para que acaben en la basura.