En primer plano, el diputado de Sumar Íñigo Errejón. En segundo, de izquierda a derecha: Ernest Urtasun, Mónica García, Yolanda Díaz, Sira Rego y Pablo Bustinduy.

En primer plano, el diputado de Sumar Íñigo Errejón. En segundo, de izquierda a derecha: Ernest Urtasun, Mónica García, Yolanda Díaz, Sira Rego y Pablo Bustinduy. Ilustración: Arte EE / EP

Reportajes SUMAR

El camino de Íñigo Errejón hacia la irrelevancia: "No cuentan con él... Le dejan tranquilo y bien pagado"

"En el grupo parlamentario tiene un papel de pseudointelectual, tiene voz, sobre todo entre la gente nueva, y él disfruta de ese papel", aseguran las fuentes consultadas. 

2 diciembre, 2023 03:06

Íñigo Errejón busca su sitio en Sumar. Su pérdida de protagonismo en el arranque de legislatura parece evidente, tan lejos de la tribuna de oradores, algo extraño en un diputado cuyos discursos han sido relevantes en los últimos años. No sólo por su reconocida capacidad de oratoria, de armar y ejecutar buenos discursos, también por los asuntos que ha puesto sobre la mesa y de los que ahora hace bandera Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y líder del espacio. 

Debates como la salud mental o la reducción de la jornada laboral en los que Errejón, constantemente, se reivindica como fuerza motriz. También en el proyecto verde que impulsó en su etapa como diputado de Más País y que supone uno de los ejes ideológicos de la coalición, un proyecto vertebrado por ocho partidos y 31 diputados en el Congreso. 

Pero Errejón no encuentra por dónde asomar la cabeza en su tercer proyecto parlamentario (Podemos, Más País, Sumar), el cuarto si se tienen en cuenta sus tres meses en la Asamblea de Madrid —de junio a septiembre de 2019— tras fundar Más Madrid y enrolar en sus filas a la entonces alcaldesa, Manuela Carmena

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Una historia más que conocida, y un traumático punto de inflexión en Podemos. Aquello fue tomado por una afrenta imperdonable por el partido que cofundó codo con codo con Pablo Iglesias, con el que aterrizó en el Congreso en 2016 y que abandonó en enero de 2019. Ahora, abocado a los liderazgos poco perdurables, Errejón vuelve a carecer de unas siglas que le respalden, de una organización que lo sostenga. 

"Está sólo y Más Madrid no cuenta con él", aseguran fuentes de relevancia en Sumar consultadas por EL ESPAÑOL. Una muestra de su proceso de desafección paulatino con la flamante ministra de Sanidad, Mónica García, líder de la oposición a Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid durante dos años como cabeza visible de Más Madrid y erigida, desde su concepción, en una de las principales figuras del proyecto.

Se trata de la otra cara de la moneda de Errejón, cuya interlocución es muy limitada, casi inexistente desde hace semanas, con los responsables de prensa del grupo parlamentario y que está limitadísimo en sus apariciones públicas. No obstante, sigue siendo un diputado intelectualmente respetado por la mayoría sus compañeros de bancada, especialmente por aquellos que debutan esta legislatura. 

Yolanda Díaz, Íñigo Errejón y la portavoz de Sumar, Marta Lois, conversan en el escaño de la vicepresidenta, el pasado 15 de noviembre.

Yolanda Díaz, Íñigo Errejón y la portavoz de Sumar, Marta Lois, conversan en el escaño de la vicepresidenta, el pasado 15 de noviembre. Eduardo Parra EP

Las cuestionadas intervenciones de Marta Lois, portavoz del grupo parlamentario y diputada muy cercana a Díaz, han llevado a algunos a despixelar su nombre como opción. Un extremo que no entra en los planes de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, ni tampoco de la propia Lois.

Seguramente consciente de los recelos que ha provocado la falta de punch en sus discursos, fue la propia Lois quien defendió hace pocos días su "compromiso" y su "rol de portavoz" en una entrevista en la Cadena Ser. "Mi compromiso va a seguir siendo ese, porque quiero hacerlo con toda humildad y jugar un rol allí [en Galicia] y aquí de empuje y de energía", se reivindicó.

"En el grupo parlamentario tiene un papel de pseudointelectual", siguen las fuentes consultadas, "tiene voz, sobre todo entre la gente nueva, y él disfruta de ese papel". La opinión de muchos diputados —Errejón tiene una excelente relación con los Comunes y Compromís, sus dos principales sostenes en la coalición— difiere del cometido que Díaz tiene pensado para él. 

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La relación entre la vicepresidenta y el diputado por Madrid, número cuatro en la papeleta el pasado 23-J, entre la activista saharaui Tesh Sidi y la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha menguado desde la campaña electoral. Si bien el nombre de Errejón llegó a sonar como posible ministro, la presencia de Podemos en la ecuación siempre estrechó sus opciones. Hay quien estima que nunca fue una posibilidad. Yolanda Díaz pensó en ponerlo al frente del discurso del Ministerio de Trabajo esta legislatura, pero sus colaboradores se lo desaconsejaron. 

Las fuentes consultadas aseguran que Errejón es consciente de sus limitadas opciones de protagonismo. "Sabe que no va hacer nada más", estiman. "No quieren cargárselo, saben que no tiene capacidad para hacer daño y tampoco le tienen animadversión. Le dejan tranquilo y bien pagado con una comisión, que esté ahí apartado con sueldo para que no moleste luego en la tele", relatan gráficamente. 

Relación con Bustinduy

La relación de Díaz y Errejón, por tanto, ha sido como un matrimonio de conveniencia electoral. La vicepresidenta ha tenido que hacer encaje de bolillos en sus elecciones ministeriales, combinando cuotas partidistas y preferencias individuales.

Ahí la elección de García (que no concurrió en las elecciones del pasado 23-J), Ernest Urtasun (Esquerra Verda), nuevo ministro de Cultura y portavoz de Sumar en la campaña electoral; Sira Rego (PCE/IU), ministra de Juventud e Infancia, importada de Bruselas; y Pablo Bustinduy (ex de Podemos), ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.

Íñigo Errejón y Pablo Bustinduy, ministro Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, en enero de 2017.

Íñigo Errejón y Pablo Bustinduy, ministro Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, en enero de 2017. YouTube

La relación de Errejón con Bustinduy se define con este tuit que le dedicó el 21 de marzo de 2019, cuando el flamante ministro abandonó la coalición tras el traumático congreso de Vistalegre II en el que Iglesias arrolló a Errejón: "Años después de la facultad, mojándonos bajo en Sol. Pastrami en NY. Un café grasiento en Tirso, una casa abarrotada en Malasaña donde decidimos ir a por todas. Bruselas. Un bus a Montevideo. Un mitin en Valencia. La Remontada. Me dejas a deber un desayuno los miércoles". 

Es el fresco de una relación de amistad intensa que, ahora algo apocada, todavía perdura. Bustinduy fue uno de los dirigentes de Podemos más destacados declarados errejonistas. También Mónica García, ambos abajo firmantes del documento Recuperar la ilusión que compiló la visión política de Errejón.