Khalid, abrazando con cariño a uno de sus dos hijos, al lado de un fotograma del vídeo donde amenazó con quemarse a lo bonzo a la empresa que le debe 8.000 euros por una producción de clintatro.

Khalid, abrazando con cariño a uno de sus dos hijos, al lado de un fotograma del vídeo donde amenazó con quemarse a lo bonzo a la empresa que le debe 8.000 euros por una producción de clintatro. Cedidas

Reportajes

Khalid, el padre de familia que quiso quemarse a lo bonzo por 8.000€ que le debe una firma agrícola: "Ya no podía más"

EL ESPAÑOL entrevista al ciudadano marroquí que roció con gasolina su cuerpo, por el impago de una producción de cilantro y porque su casero le amenaza con desahuciarlo, estando al corriente de todas las mensualidades.

Más información: La Policía Local de Beniel (Murcia) evita que un padre se queme a lo bonzo con su mujer e hijos: "Iban a desahuciarle"

Publicada
Actualizada

Khalid consultó su cuenta bancaria varias veces para ver si había recibido los 8.000 euros que le debe una empresa agrícola por su producción de cilantro. También llamó a la mercantil y al banco en reiteradas ocasiones. Era jueves 27 de feberero y seguía sin recibir ese dinero, tras ocho días reclamando una suma que necesita para la entrada de una nueva casa en Beniel, ya que su casero le quiere desahuciar del piso donde reside junto a sus dos hijos y su mujer -embarazada de dos meses-.

De modo que este padre de familia, este mismo jueves, se plantó en los almacenes agrícolas y amenazó con quemarse a lo bonzo si no cobraba su deuda. "Ya no podía aguantar más", admite Khalid en una entrevista en exclusiva con EL ESPAÑOL. "Sentía que tenía todas las puertas cerradas". "Estaban fastidiando los planes de futuro de mi familia".

Este ciudadano marroquí, de 49 años, estuvo en busca y captura para la Guardia Civil y la Policía Local de Beniel, a raíz de un vídeo en el que aparece rociando su cuerpo con gasolina, junto a su esposa, mientras su hijo, de 8 años, llora y clama desesparado "¡ayuda!", para que su bábá [papá] no se prenda fuego frente a un almacén que tiene en San Bartolomé la citada empresa agrícola que le debe 8.000 euros: un mundo en la economía de un inmigrante que vive de jornales en el campo. 

Vídeo | Un padre que iba a ser desahuciado intenta quemarse a lo bonzo en Jacarilla (Murcia):

El vídeo que figura en este reportaje empezó a circular entre agentes destinados en la provincia de Alicante y de la Región de Murcia, pidiendo la localización urgente de Khalid, debido a que se temía por la vida de su esposa y de sus dos hijos: de 8 y 10 años. Pero no se trataba de un caso de violencia de género, si no de la historia de un padre de familia desesperado que estuvo a punto de quitarse la vida prendiéndose fuego porque se sentía acorralado "por una deuda" y "la amenaza" de desahucio.

"Si voy a un juez a denunciar, van a tardar meses y no tengo ni un duro", subraya Khalid (Marruecos, 1976) durante su entrevista, para aclarar que no quiso quemar a su familia, solo estuvo al borde del suicidio por su difícil situación personal. De hecho, cuando la Guardia Civil y la Policía Local de Beniel localizaron a Khalid no le arrestaron, todo lo contrario, un agente confirma a este diario que le instaron a denunciar a la mercantil agrícola con un almacén en San Bartolomé y sede en San Pedro del Pinatar. 

Un dato que corrobora su esposa, Majda: "Mi marido no nos quería hacer nada. Este jueves, cuando llegamos al almacén agrícola me dijo: 'Hoy voy a morir. Coge el coche, a los niños y vete'. Pero no nos marchamos porque no se merecía morir así. Tampoco se merece que lo traten como si no fuera nada. Es un buen padre y un buen marido. Él solo quería que le pagasen el cilantro porque le han estafado".

El origen de las apreturas económicas de este matriomino de trabajadores agrícolas, se inicia en diciembre de 2024, cuando invirtieron 3.500 euros, para alquilar una hectárea de terreno para producir cilantro. "Trabajamos dos meses y medio: mi mujer, su tío y yo. Nos gastamos 200 euros en el tractorista para arar el terreno; 400 euros en semillas; otros 400 euros en fumigar...". De forma que Khalid y Majda alternaron sus duras jornadas de trabajo en el campo y en un almacén agrícola, "con horas extra por la noche", para sacar adelante su hierba aromática.

Majda, este viernes, abrazando a su hijo pequeño, de 8 años, en el piso de alquiler de Beniel donde su casero les quiere echar.

Majda, este viernes, abrazando a su hijo pequeño, de 8 años, en el piso de alquiler de Beniel donde su casero les quiere echar. Badía

Hace dos meses, Majda (Marruecos, 1992) se quedó sin trabajo en pleno embarazo. De forma que la economía familiar sufrió un bajón porque ahora solo cobra 350 euros al mes de desempleo y la nómina de Khalid está atada a la temporalidad de los jornaleros agrícolas: "Me dan de alta solo si trabajo. Por ejemplo, si llueve, no trabajo y no cobro. Unas veces gano 30 euros por un jornal y otras 50 euros".

De forma que su inversión en la producción de cilantro cobró mayor importancia, ya que como guinda al complicado panorama de esta familia se sumó el ultimátum del casero del inmueble en el que residen en Beniel. "Tenemos un contrato de alquiler desde 2014, y de un día para otro, el casero vino a decirnos que se quería instalar en este piso y que me tenía que buscar la vida", tal y como critica Khalid. "¿Dónde llevo a mis dos niños? ¿Cómo encuentro un piso como están ahora los alquileres?"

- ¿El casero no les ofreció ninguna alternativa?

- Khalid y Majda: Durante once años, hemos hecho lo imposible para pagar el alquiler de 320 euros, el día pactado de cada mes. Nunca le fallamos. Tenemos un contrato en vigor y lo hemos consultado con un abogado, no tiene derecho a echarnos, pero el casero nos daba un plazo de 3 meses para marcharnos o pediría una orden de desahucio en el juzgado.

La única alternativa que nos ofrecía era pagarle los 115.000 euros de la hipoteca de su piso y no podemos afrontar esa cantidad. Así que buscamos una casa por el pueblo y encontranos una para reformar que vendían por 40.000 euros. Podíamos instalarnos con una entrada de 10.000 euros, pagando el resto en varios meses con ayuda de nuestra familia. Pero sin cobrar los 8.000 euros del cilantro no podemos mudarnos.

Uno de los camiones que Khalid sorprendió en la finca que había alquilado, recolectando el cilantro.

Uno de los camiones que Khalid sorprendió en la finca que había alquilado, recolectando el cilantro. Cedida

El cabeza de familia estaba desbordado porque el tiempo para abandonar el piso se termina y la empresa agrícola a la que vendió su producción de cilantro no le paga. Prueba de ello es que Khalid entrega una copia de la factura al periodista que está fechada el 20 de febrero. "Descripción: Cilantro. Tahullas: 10. Precio unitario: 800 euros. Importe: 8.000 euros". Lo peor es que esa cantidad es el chocolate del loro, para una firma agrícola con presencia en los mercados internacionales, pero está llevando a Khalid a perder la cabeza hasta el punto de querer quemarse a lo bonzo.

- ¿Por qué motivo no le paga el cilantro esta compañía agrícola?

- Khalid: Contacté con un corredor de esa empresa y me dijo que cuando tuviera el cilantro, me haría un ingreso en mi cuenta bancaria. Pero sus trabajadores vinieron antes a recoger la producción, sin avisarme y sin pagarme. Lo estaban cortando el lunes 17 de febrero y les pillé en la finca: había tres furgonetas de jornaleros de Ecuador y le pude hacer una foto a uno de sus camiones. Me dijeron que cuando acabasen con los trabajos de recolección, me mandarían un justificante de pago.

- ¿Y qué pasó?

- Llamé a mi banco y me dijeron que no había entrado ningún ingreso. Volví a llamar al corredor, me dijo que lo haría al día siguiente a las 10 de la mañana y tampoco. Luego pasó el jueves y el viernes pasado, después el lunes, el martes y el miércoles de esta semana y nada. Así que este jueves, ya no podía aguantar más. Había trabajado un montón y no me querían pagar.

Le llamaba y se lo pedía: 'Por favor, págame para que pueda comprarme una casa. Le pedí que me pagara poco a poco'. Pero no lo hacía. El dinero me lo prometió el jueves pasado y ya habían pasado ocho días. Además, el dueño del piso donde vivo de alquiler me reclamaba su casa y vino el otro día, sin mostrarme ningún respeto, delante de mis dos hijos, me dijo que iba a ir al juzgado para echarnos. ¿Qué podía hacer entonces?

Pues lo que hizo Khalid fue tomar una medida drástica para su integridad física. Este jueves por la tarde, este ciudadano marroquí se subió a su Peugeot, junto a su mujer, Majda, y sus hijos, recorrió los 16 kilómetros que separan Beniel de la localidad alicantina de San Bartolomé, para plantóarse frente a la puerta del almacén que tiene la empresa agrícola, para reclamar su dinero, pertrechado con un bidón lleno de combustible, amenazando con quemarse a lo bonzo.

La rotonda que da acceso al municipio de Beniel.

La rotonda que da acceso al municipio de Beniel. Badía

- ¿Cómo reaccionaron en la empresa al verle amenazándoles con quemarse a lo bonzo si no le pagaban su cilantro?

- Llamaba y no salía nadie. Ellos me veían a través de las cámaras de seguridad. Así que me puse a unos metros de distancia de la puerta con la gasolina. Me llamó el corredor, me dijo que me marchara de allí que me iban a pagar y que iba a llamar a la Policía para que sacasen de allí y me arrestasen. Les daba igual lo que hiciera. Mi cabeza se paró. Cerré los ojos. Me eché la gasolina. ¿Qué iba a hacer?

Su hijo pequeño, de 8 años, agarró la mano de Khalid donde llevaba un mechero, empleando la misma fuerza con la que suele subir por la banda de derecha del CD Beniel, soñando con llegar a jugar como lateral del equipo de sus amores, el Real Madrid, y evitó que su querido bábá se prendiese fuego. Majda hizo entrar en razón a su esposo, con el que espera tener pronto a su tercer retoño, y la familia se subió al Peugeot para regresar al piso del que los quieren desahuciar. Allí se personaron agentes de Policía Local y Guardia Civil, pensando en una tragedia, tras haber visualizado el vídeo de este marroquí rociando su cuerpo con gasolina.

"Le expliqué mi situación a la Policía y no me detuvieron", tal y como resume Khalid, sobre la declaración que prestó en su domicilio, junto a su esposa, a la que interrogaron para confirmar que no había tratado de atentar contra su integridad física ni la de sus hijos. "Lo único que hago desde que llegué a España es trabajar para salir adelante con mi familia". De hecho, llegó a España con un contrato de trabajo, como mecánico de máquinas de coser en Lérida, y acabó en Beniel, en el sector agrícola. Su mujer, Majda, llegó a Madrid con su tío, para currar en la hostelería y en unas vacaciones en Marruecos conoció a Khalid y se casaron.

La versión que ofrece el cabeza de familia es corroborada por un agente que intervino este jueves en la búsuqeda y localización de Khalid. "Al principio, por el vídeo, se pensó que se trataba de un caso de violencia de género o familiar, pero la mujer corroboró los impagos que sufre su marido y sus problemas con el casero", según afirma este miembro de las Fuerzas de Seguridad. "La empresa se llevó su producción de cilantro y desde hace meses no le pagan. Le están burreando para pagarle y al hombre se le fue la cabeza. Le asesoramos para presentar una denuncia".

- ¿Qué ha hecho la empresa agrícola después de que el vídeo de su intento de suicidio se viralizase?

- Nada. Todavía no me han pagado los 8.000 euros.