Un cartel de aviso de Zona de Bajas Emisiones en Zaragoza.

Un cartel de aviso de Zona de Bajas Emisiones en Zaragoza. Ayuntamiento de Zaragoza

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La Policía empieza a vigilar la Zona de Bajas Emisiones de Zaragoza y habrá sanciones informativas

Esta fase ha iniciado este mes de marzo y se extenderá durante seis meses (hasta septiembre de 2025).

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Zaragoza da un paso más en la implementación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) con el inicio, este mes de marzo, de la fase dos en el Casco Histórico. Esta fase, que se extenderá durante seis meses (hasta septiembre de 2025), contará con la vigilancia de la Policía Local, que comenzará a aplicar sanciones informativas, es decir, sin importe económico en las multas.

Durante este periodo, se reforzará el control del acceso de los vehículos a la zona delimitada, abriendo camino para la plena ejecución de las restricciones. La primera, que entró en vigor al aprobarse la ordenanza, el pasado 11 de septiembre, tuvo carácter informativo, mientras que la fase dos, que empieza ahora, introducirá las sanciones sin pago.

En la fase tres, a partir de septiembre de 2025 hasta marzo de 2026, los vehículos que no cumplan con los requisitos medioambientales deberán registrarse para obtener una autorización para acceder. Finalmente, la fase cuatro, prevista para 2030, será el momento en que la ZBE estará completamente en funcionamiento, con sistemas automatizados de control y sanciones.

Zonas

La Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Zaragoza se implementará en dos grandes fases que cubrirán distintas áreas de la ciudad. En términos prácticos, esto significa que los residentes, conductores y visitantes de Zaragoza deberán adaptarse progresivamente a las nuevas normas de circulación, con un plan de implantación dividido en varios pasos a lo largo del tiempo.

La ZBE Casco Histórico será la primera área afectada, delimitada por calles como Paseo Echegaray, Coso, Plaza de España y otras. Esta fase es la que comenzará en marzo de 2025.

En 2030, la ZBE de Zaragoza se expandirá a una nueva área delimitada por calles como Echegaray, Coso, Paseo Pamplona, Plaza de Europa, entre otras, lo que abarcará el Centro de la ciudad. Esta fase se pondrá en marcha el 1 de enero de 2030 y también se desarrollará en dos fases.

Durante los primeros seis meses de la implantación de la ZBE Centro, se iniciará el proceso de registro para los vehículos que necesiten autorización para acceder al área, especialmente aquellos que no cuenten con la etiqueta ambiental requerida. Una vez finalizado este registro, comenzará el funcionamiento completo de la zona, con un sistema de control automatizado que supervisará y sancionará las infracciones relacionadas con el acceso, la circulación y el estacionamiento dentro de la ZBE.

¿Qué vehículos requieren autorización?

El acceso a la ZBE será libre para vehículos con etiquetas ambientales B, C, ECO y 0, así como bicicletas y vehículos de movilidad personal (VMP). Sin embargo, ciertos vehículos, como aquellos dedicados al transporte de personas con movilidad reducida, los que prestan servicios de emergencia o los históricos, podrán acceder bajo una autorización expresa.

Además, aquellos vehículos sin distintivo ambiental pero que necesiten acceder de manera esporádica (hasta 8 veces al mes) deberán registrarse y contar con un permiso especial.

Control y sanciones

El control de acceso será gestionado por cámaras inteligentes que leerán las matrículas de los vehículos, verificando si tienen la etiqueta ambiental adecuada o la autorización correspondiente. En caso de acceso no autorizado, los vehículos tendrán un margen de 10 minutos para abandonar la ZBE sin recibir sanción.

Las sanciones por incumplir las normativas de acceso, circulación y estacionamiento serán clasificadas como infracciones graves y estarán sujetas a las multas previstas por la Ley de Tráfico.

Inversión y seguimiento de emisiones

El proyecto, que contará con un sistema de medición de la calidad del aire, se ha presupuestado en 1,5 millones de euros. Además de los controles, se establecerán estaciones de medición para seguir de cerca la reducción de emisiones contaminantes en la zona.

Esta medida no solo busca mejorar la calidad del aire, sino también regular el tráfico y promover una movilidad más sostenible en el centro de Zaragoza, a medida que la ciudad avanza hacia un modelo más respetuoso con el medio ambiente. La fase dos, con la vigilancia policial y el sistema de sanciones informativas, es solo el comienzo de este ambicioso proyecto que transformará la movilidad urbana en la capital de Aragón en los próximos años.