Javier Sierra.

Javier Sierra.

Cultura

Javier Sierra, el famoso escritor que triunfa en España: "Mi madre se creyó que era escritor cuando gané el Premio Planeta"

El reconocido autor ha presentado en Zaragoza su nueva novela 'El plan maestro'.

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Zaragoza
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En el corazón de Zaragoza, junto a la emblemática Plaza España, se erige el Edificio Caja Rural de Aragón, una joya del modernismo aragonés. Su fachada escultórica, declarada de Interés Monumental, cautiva a quienes transitan por el centro de la ciudad. Este edificio ha sido testigo de innumerables acontecimientos históricos y culturales, consolidándose como un referente en el imaginario colectivo de los zaragozanos.

En uno de sus elegantes despachos, con techos altos, suelos de madera y puertas acristaladas que permiten el paso de la luz natural, nos recibe Javier Sierra. Ataviado con americana y gafas que le confieren ese inconfundible aire de escritor, el autor aragonés nos invita a adentrarnos en los misterios de su última obra, "El Plan Maestro".

La atmósfera del lugar, impregnada de historia y arte, se convierte en el escenario perfecto para una conversación que promete desvelar los secretos y las inspiraciones detrás de su nueva novela.

El escritor Javier Sierra.

El escritor Javier Sierra. Javier Ocaña

El escritor turolense Javier Sierra ha visitado Zaragoza para presentar 'El Plan Maestro', su última novela. En esta conversación nos habla de su proceso creativo, su pasión por el arte y el misterio, y su trayectoria como autor.

“El Plan Maestro” es tu decimotercer libro. ¿Qué se va a encontrar el lector cuando abra sus páginas?

El Plan Maestro expande el universo literario de El Maestro del Prado, una novela que publiqué en 2013 y que, contra todo pronóstico, se convirtió en un fenómeno editorial. La historia parte de un encuentro que tuve de adolescente en el Museo del Prado con un anciano que me enseñó a interpretar los símbolos ocultos en un cuadro renacentista.

Aquel hombre desapareció sin dejar rastro, y su ausencia se convirtió en una obsesión para mí. Con el tiempo, lo convertí en un personaje de novela y en El Plan Maestro continúo su búsqueda a partir del enigma que dejó.

Pero esta novela es más que una historia de misterio. Es una invitación a cambiar la forma en que miramos el arte. Porque el arte no es solo belleza o historia: es magia, sensación e instinto. De hecho, nació hace 70.000 años con propósitos casi chamánicos, y esa esencia es la que intento rescatar en el libro.

Cuando publicaste El Maestro del Prado, ¿ya tenías en mente escribir una segunda parte?

No, para nada. De hecho, pensé que sería un libro maldito en mi trayectoria, que no lo leería nadie porque mezclaba autobiografía novelada con historia del arte, algo sin precedentes. Pero se convirtió en un bestseller.

Inicialmente, mi idea era que El Maestro del Prado formara parte de una novela mayor. Quería que fuera un libro misterioso, un "Necronomicón" a lo Lovecraft, que los lectores más avispados buscaran en librerías de viejo. Pero al volverse tan popular, ese “malditismo” se desvaneció.

Así que dejé dormir el proyecto. Pensé que, con el tiempo, la gente se olvidaría del libro, pero ocurrió lo contrario: se convirtió en un clásico. Todavía hoy hay lectores que van al Prado con él bajo el brazo. Entonces decidí escribir El Plan Maestro, la gran novela sobre los misterios del arte que siempre quise hacer.

Ganaste el Premio Planeta, uno de los mayores reconocimientos literarios en España. ¿Te cambió la forma de escribir?

En realidad, mi primer gran éxito fue La Cena Secreta, que en 2006 se publicó en EE.UU. con un enorme impacto y se tradujo a 44 idiomas. Ese fue el momento en que me di cuenta de que mi literatura conectaba con lectores de todo el mundo.

El Premio Planeta me consolidó en España, pero no cambió mi manera de escribir. Lo curioso es que sirvió sobre todo para convencer a mi madre de que yo era escritor. Daba igual que hubiera salido en The New York Times; lo importante era que me dieran el Premio Planeta. (Ríe).

Lo que sí aprendí con los años es que no me he adaptado yo a la industria, sino que la industria se ha adaptado a mí. Por ejemplo, El Plan Maestro es una novela con ilustraciones a color, desplegables y una edición de lujo, algo que no suele verse en el género. Eso solo es posible porque soy un Bestseller, mis libros tienen grandes tiradas y pueden asumir esos costes.

Dices que el éxito te llegó antes fuera de España que aquí. ¿Nos cuesta reconocer el talento propio?

Desde luego. Aunque principalmente creo que nos falta perspectiva, pero esto ocurre en muchos países. Paul Auster, por ejemplo, tuvo reconocimiento en Europa antes que en EE.UU. Cuando algo está demasiado cerca, a veces no lo valoramos.

Es como cuando vives en Zaragoza y te parece normal El Pilar, pero alguien de fuera lo ve y se asombra. Yo vengo a Zaragoza y me parece glorioso.

Eres de Teruel. ¿Influyó tu infancia en tu vocación como escritor?

Viví en Teruel hasta los 15 años. Fue una etapa clave porque allí descubrí que quería dedicarme a la comunicación. Empecé en la radio con 12 años y tenía claro que mi mundo iba por ahí.

Irme de Teruel fue doloroso, me desarraigó, pero también me obligó a buscarme la vida con más hambre. Quizá si me hubiera quedado, me habría acomodado. Al salir, tuve que abrir bien los ojos.

¿Recuerdas el momento en el que decidiste ser escritor?

Sí, con 8 años ya escribía mis propios cuentos, los ilustraba, los grapaba y les ponía "Planeta" en la portada. Todavía los conservo, ordenados por colecciones.

Mis historias ya giraban en torno a misterios: campanas que suenan solas en un pueblo de Teruel, barcos fantasma en el Mar del Norte… Desde niño me ha atraído lo desconocido. La literatura me ha permitido arrojar luz sobre esos espacios oscuros donde no llega la razón.

Hablando de misterio, ¿hay algún enigma aragonés que te fascine especialmente?

Muchos. Uno de los que más me intrigan es Goya y sus cuadros de brujería. Esas pinturas que hizo para la duquesa de Osuna, como El aquelarre, son casi tratados de antropología. Goya usó la superstición y la brujería para criticar la ignorancia de su época, pero al final quedó atrapado por ellas.

También me interesa el origen del arte románico en Aragón. Por ejemplo, el tema de la llegada o quizá invención, esto no está nada claro, del arte románico en el territorio aragonés, en la zona de los Pirineos. Siempre pensamos que lo trajeron desde Italia, que llegó probablemente por influencia de comerciantes, etc. Pero hay también algunas ideas que sostienen lo contrario, que en realidad nace aquí, en torno al año 1000, y nosotros somos los que lo exportamos.

Como siempre hemos tenido los aragoneses ese complejo de inferioridad, no se sabe muy bien por qué, no terminamos de defender estas cosas, pero a mí me resultan interesantes.

Tus novelas combinan documentación histórica con ficción. ¿Cómo evitas que el lector se confunda entre lo real y lo inventado?

En primer lugar, el lector es inteligente por definición. Porque quien se acerca a una novela, a diferencia de quien se acerca a una teleserie, o casi a cualquier otro fenómeno de entretenimiento, tiene la capacidad de reflexionar mientras lee. Esto no pasa en todas las ofertas de entretenimiento, en literatura sí.

Pero es que además yo le ayudo. Cuando está leyendo una obra como El plan maestro, puedo decir algo muy revelador, muy sorprendente, que parece mentira, y en ese punto le pongo una nota al pie de página con una referencia. Le digo, cuidado, no soy yo quien se ha inventado esto.

Es verdad que no es lo normal, no es lo típico. Una novela puede ser un constructo perfectamente ficticio y no necesitas justificarte, pero yo quiero que en mis novelas los lectores aprendan, que desarrollen su capacidad crítica, y que aprendan también de alguna manera a intuir que hay de verdad y de ficción.

Hay muchas veces que lo confundo deliberadamente porque también es parte del entretenimiento, pero en las cosas importantes siempre hay una nota al pie.

Hoy en día los jóvenes leen en plataformas como Wattpad. ¿Qué opinas de este fenómeno?

Me parece interesante porque incentiva la creatividad y permite recibir feedback inmediato. Pero creo que para construir un universo literario sólido hay que alejarse del ruido de las redes sociales. Wattpad es un buen entrenamiento, pero para crecer como escritor hay que desconectarse del mundo y sumergirse en la escritura.

Para terminar: si te fueras a una isla desierta, ¿qué libro te llevarías?

Uno mío no, porque ya me lo sé. (Ríe). Me llevaría los textos de los Vedas, de la antigua civilización india. Son mitos, historias, batallas y amor en estado puro. Un libro que puede releerse una y otra vez y seguir sorprendiendo. En el fondo, sería como un Netflix en papel.