Anabel Gonzalez, psiquiatra: Por heridas del pasado vivimos a la defensiva y vemos enemigos donde no los hay

Anabel Gonzalez, psiquiatra: "Por heridas del pasado vivimos a la defensiva y vemos enemigos donde no los hay" E.E

Cultura

Anabel González, psiquiatra: "Por heridas del pasado vivimos a la defensiva y vemos enemigos donde no los hay"

Anabel González ha presentado su nuevo libro "Lo que no pasó" en el Ambito Cultural de El Corte Inglés de Zaragoza.

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La psiquiatra y psicoterapeuta Anabel González, reconocida por su enfoque en el trauma y la gestión emocional, vuelve a sorprender con Lo que no pasó, su nuevo libro, presentado este jueves en Zaragoza en el Ambito Cultural de El Corte Inglés.

En esta obra, la autora explora un tema tan invisible como determinante en nuestra vida: las ausencias. No se trata de lo que nos ocurrió, sino de lo que debió haber estado ahí y nunca estuvo—un afecto que faltó, un apoyo que no llegó o una pérdida que dejó un vacío difícil de llenar.

Con un enfoque cercano y práctico, González analiza cómo estas ausencias pueden influir en nuestra autoestima, nuestras relaciones y nuestra forma de ver el mundo. "Lo que más nos duele muchas veces no es lo que nos hicieron, sino lo que nos faltó", explica. Y es que, cuando crecemos sin valoración o afecto, nuestro cerebro se acostumbra a ello, perpetuando patrones de autosabotaje y desconexión emocional en la vida adulta.

Anabel Gonzalez durante la presentación de su nuevo libro en Ambito Cultural de El Corte Inglés.

Anabel Gonzalez durante la presentación de su nuevo libro en Ambito Cultural de El Corte Inglés. E.E

En esta entrevista, Anabel González nos guía a través de los conceptos clave de Lo que no pasó, ofreciendo herramientas para detectar esas heridas invisibles y empezar a sanar

Entrevista a Anabel Gonzalez

Pregunta: ¿Cómo surge Lo que no pasó
Anabel González: El título lo tenía en la cabeza desde hace tiempo. En terapia, veo que muchas veces lo que más pesa en la vida de las personas no es lo que les ha pasado, sino lo que no pasó. Aquello que hubiera sido importante que ocurriera y no ocurrió, o lo que ya nunca podrá pasar. Me pareció interesante explorarlo desde una perspectiva más amplia.

Pregunta: Siempre pensamos que lo que nos afecta es lo que nos sucede, pero usted habla de lo que no ocurrió. ¿Cómo nos puede afectar algo que no hemos vivido?
Anabel González: Si pensamos en experiencias difíciles, muchas veces lo peor no es lo que sucedió, sino lo que nos faltó: el apoyo que no recibimos, la comprensión que no sentimos. Son esas ausencias las que, en muchas ocasiones, nos dejan las heridas más profundas.

Pregunta: ¿Qué tipo de ausencias nos marcan más?
Anabel González: Cada persona tiene su propia historia. En el libro hago un recorrido por diferentes tipos de ausencias, desde situaciones traumáticas como el abandono o la pérdida, hasta cosas más cotidianas, como no haber tenido a alguien que nos ayudara a organizarnos o nos apoyara en momentos clave. Las pérdidas también son ausencias. Nos faltan personas, experiencias o afectos, y eso puede ser tan determinante como lo que sí nos ha ocurrido.

Pregunta: ¿Podemos llegar a desarrollar depresión o algún trastorno a raíz de lo que no pasó?
Anabel González: Sí. Por ejemplo, si un niño crece sin afecto, sin la presencia de figuras clave en su vida, eso deja una huella profunda. También en la vida adulta: perder a alguien importante puede llevarnos a una etapa de dolor que, si no se procesa bien, se convierte en una depresión. No siempre lo identificamos a tiempo, porque solemos prestar más atención a lo que nos ocurre.

Pregunta: ¿Cómo se adapta el cerebro a estas ausencias?
Anabel González: Cuando algo importante nos falta durante mucho tiempo, el cerebro se acostumbra a ello. Si crecemos en un ambiente donde no nos valoran, podemos terminar creyendo que no valemos. Y después, de adultos, nos relacionamos con personas que tampoco nos valoran, porque eso nos resulta familiar. Sin darnos cuenta, perpetuamos el mismo patrón. Además por heridas del pasado vivimos a la defensiva y vemos enemigos donde no los hay, no dejamos que la gente 'nueva' nos conozca del todo porque creemos que nos van a volver a hacer daño.

Pregunta: ¿Se puede “reeducar” al cerebro para cambiar esta forma de pensar?
Anabel González: Sí, pero no ocurre solo porque las circunstancias cambien. Hay que trabajarlo de forma consciente. Si durante años hemos aprendido que “no valemos”, no podemos esperar desaprenderlo de la noche a la mañana. Es un proceso activo en el que debemos estar atentos para no caer en la inercia.

Pregunta: Si alguien siente que hay algo que le pesa pero no sabe qué es, ¿cómo puede empezar a comprenderlo?
Anabel González: A veces lo notamos con claridad, como el miedo al abandono o la sensación de vacío. Otras veces, lo hemos vivido desde siempre y no sabemos que hay otra forma de estar en el mundo. Crecer con ausencia de afecto nos puede volver autosuficientes en exceso, incapaces de pedir ayuda.

Pregunta: En la sociedad actual, vamos siempre deprisa y no prestamos suficiente atención a nuestras emociones. ¿Cómo podemos empezar a hacerlo?
Anabel González: No hace falta detenerse durante semanas. Algo tan simple como dedicar cinco minutos al día a escribir sobre lo que sentimos puede ayudar a deshacer ese nudo. La clave es conocerse a uno mismo, porque no hay una única receta válida para todos.

Pregunta: En su libro propone llevar una “libreta de recursos nutritivos”. ¿En qué consiste?
Anabel González: Es una libreta donde el lector puede ir escribiendo lo que le resuena del libro, los experimentos que prueba, lo que descubre de sí mismo. La idea es que al final no solo tenga mi libro, sino también el suyo propio, con lo que ha construido en el camino.

Pregunta: Para terminar, si tuviera que dejarnos con un mensaje clave, ¿cuál sería?
Anabel González: Que lo que no pasó, no pasó. No podemos cambiar el pasado, pero sí su influencia en nuestra vida. Podemos hacer que juegue a nuestro favor en lugar de en nuestra contra, pero para eso tenemos que ponernos manos a la obra.