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¿Fracaso escolar o fracaso del sistema escolar?

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A la hora de aplicar el término “fracaso escolar” como fracaso en sí, es desde un punto de vista psicológico difícil de superar. Al referirnos hacia el mismo caso desde una perspectiva positivista, entendiéndolos como déficits sería de gran ayuda a la hora de buscar las incógnitas que a lo largo de la historia educativa han hecho del fracaso escolar la oveja negra de los sistemas educativos.

Un aspecto con bastante peso en el ámbito del fracaso escolar es el principio de comprensividad impulsado por la LOGSE en 1990. ¿Creen ustedes que verdaderamente aquel sistema educativo favorecía una comprensividad activa entre los miembros que lo componen y la sociedad? De ahí que un sistema escolar no cumpla su función si un número significativo de ciudadanos salen de los centros educativos con el estigma de fracaso escolar sin la titulación mínima, sin saber a donde ir, abocados a no se sabe qué, y eso es lo que está ocurriendo.

La clave de una educación comprensiva la tenemos los pedagogos y los maestros, e igual que se descubrió la penicilina debemos ocasionar un momento clave para comprender que el estado de motivación del alumno va a ser muy importante para la construcción de sus esquemas mentales y de su aprendizaje. Un alumno va a dedicar mayor esfuerzo o no dependiendo del grado de motivación e interés que tenga por una determinada actividad y por ello debemos atender al “aprender a aprender”, para que no pervivan estos problemas prolongados más allá de lo razonable. En la actualidad solemos hacer de un obstáculo un problema, es decir, imaginar una roca como una montaña, pero la clave de la cuestión siempre está en algo microscópico al igual que en las células, ya que todo es natural. Hemos de luchar para que nuestros hijos y/o alumnos puedan desenvolverse solos, sin necesitar aparatos y redes informáticas, pero sabiendo que existen para poder apoyarse en ellas. No hay que negarle la validez al “aprender”, debido a su capacidad de fascinación y poder en la construcción y comprensión de la realidad.

Las nuevas y sucesivas leyes educativas hacen que este sistema esté llegando a lo absurdo de la copia. El alumnado, que maneja los recursos básicos de la informática con habilidades insospechadas, se limita a navegar por Internet para cortar y pegar los datos que le pide el profesor cuando le encarga un "trabajito". Y digo yo: ¿estamos siendo comprensivos con la futura sociedad? ¿De qué nos sirve consultar datos sobre política educativa en Internet, si ni siquiera tenemos un conocimiento básico de ella al cumplir la mayoría de edad? ¿Hemos aprendido lo que verdaderamente es política? Pues la cuestión se encuentra aquí, la transformación microscópica que se origina en una célula, para corregir un defecto de fábrica que se pagará en lo todo, supone un cambio gigante en el organismo del que forma parte y lo más seguro es que influya en el resto de componentes que lo componen.

Las medidas para superar las deficiencias del sistema educativo deben mirar hacia el “aprender a aprender” en relación con las cuatro premisas necesariamente influyentes en el devenir del proceso de enseñanza-aprendizaje. El “aprender a conocer” debe promoverse como finalidad en sí mismo y no solo como recurso de conocimiento.

Aun hoy nos seguimos preguntando para que sirvieron muchos de los aprendizajes que realizamos en el pasado. Conocer y para qué sirve el conocimiento (grado de funcionalidad) es esencial a la hora de la educación por placer. A su vez ha de tenerse en cuenta la capacidad de transformar el conocimiento en innovación, es decir, el “aprender a hacer”.

“Aprender a vivir juntos” es una necesidad especialmente enfatizada en donde existe la dispersión a nivel social (intereses, rasgos culturales…). Existe la fragmentación de la sociedad, por ello se impone la necesidad de convivir con otros para realizar los cambios siempre consensuados. Las diferencias nunca deben ser un obstáculo para convivir y tener un proyecto juntos, y esto también se aprende y forman parte de las formas que aprendemos (conductas y comportamientos) que deben ser tenidos en cuenta a nivel educativo y en una democracia real.

“Aprender a ser” es el último eslabón des este sistema holístico de comprensión de la realidad. No se ha de perder la relevancia y la importancia de la persona. La autorrealización y capacidad de análisis a todos los niveles del individuo deben ser esenciales a la hora de llevar a cabo el proceso de enseñanza aprendizaje.

Debemos acceder al conocimiento por placer, a raíz de un cambio de mentalidad complicado en la sociedad de valores utilitarista y del consumo, donde se nos concede estrés y hace que desaprovechemos muchas posibilidades en el aprendizaje. Debemos comprometernos a aprender, madurar y evolucionar, en una sociedad cambiante, y transformar como si de una célula se tratase, la finalidad del resultado por el estilo del placer, para un acertado desarrollo de la situación actual de la sociedad.

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