Fotograma de 'La vida breve'.

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Crítica de 'La vida breve': una ácida comedia histórica que evoca el espíritu de 'The Great' y 'La favorita'

Los tres primeros episodios de la ficción protagonizada por Javier Gutiérrez y Leonor Watling están disponibles en Movistar Plus+ desde este jueves 13.

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La comedia es un género sumamente abundante en la ficción española. Las hay desde las más populares, el caso de sitcom míticas como 7 vidas, Farmacia de guardia, Aquí no hay quien viva o la actual La que se avecina; hasta las más sibaritas y que han conquista a la élite profesional como Vergüenza, Celeste o Poquita fe. Sin embargo, ninguna de ellas se había adentrado en la época, un estilo de producción poco habitual en la industria española.

De ahí, que llamase sumamente la atención la apuesta de Cristóbal Garrido y Adolfo Valor con La vida breve, galardonada con el premio al mejor reparto en la segunda edición del South International Series Festival. Los creadores de la aplaudida Reyes de la noche se van más atrás de los años 90 para adentrarse en el reinado más efímero que ha tenido la corona española: el de Luis I.

Llamado el Bien Amado, sucedió a su padre, Felipe V, en el trono después de su abdicación. El primer Borbón que reinó en España, cansado de cargar sobre sus hombros un imperio que estaba en fase de decadencia, optó por delegar en su primogénito, que tuvo con María Luisa de Saboya.

Sin embargo, la desgracia del destino provocó que el joven monarca, de tan sólo 17 años, falleciese de viruela siete meses después de subir al trono, provocando que tuviese el dudoso honor de tener el reinado más corto en la historia de España, de tan sólo 229 días, entre el 14 de enero de 1724 y el 31 de agosto del mismo año. Esto provocó que su progenitor tuviese que volver al torno, para infortunio suyo, provocando que su reinado haya sido el más longevo en la historia de España, un total de 45 años y 3 días.

Una historia pocas veces abordada en la ficción, dado que a Luis I tuvo una breve aparición en La cocinera de Castamar, no siendo uno de los personajes protagonistas. La única referencia que debe tenerse en cuenta es la de Cambio de reinas, un elegante drama histórico dirigido por Marc Dugain, realizado desde el punto de vista francés en el que se mostraba el fallido intento de conciliar a dos países tan cercanos y a la vez tan alejados como Francia y España.

Fotograma de 'La vida breve'.

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Cambio de reinas era un magnífico drama en el que pudo verse la potencia de la industria gala en producción histórica y en el llamado ‘cine de tacitas’. Se tratan de producciones que, tristemente, son muchos menos habituales en España, dados sus altos costes. No obstante, Garrido y Valor no ansiaban realizar una producción ‘de tacitas’ como tal. Es más, diríase con su ácido humor acerca a La vida breve a la magnífica The Great, en la que Tony McNamara reinventaba la mirada del ascenso al poder de Catalina la Grande en Rusia. Prueba de ello son sus seis episodios de 30 minutos.

La vida breve, eso sí, narra lo opuesto, la decadencia de un reinado efímero en el que el joven Luis tuvo apenas influencias y en el que las decisiones de Estado se tomaban más en el palacio de La Granja de San Ildefonso que en el Palacio Real de la plaza de Oriente. Aquí, se ve el poder de un deprimido y bipolar Felipe V y una intrigante y sublime Isabel de Farnesio, encarnado por Javier Gutiérrez y Leonor Watling.

Fotograma de 'La vida breve'.

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Gutiérrez y Watling muestran su pericia a la hora de mezclar drama y comedia. En el caso del actor de El autor, se nota su experiencia en la incómoda Vergüenza a la hora de enfrentarse a un personaje tan delirante como fascinante como es Felipe V. Watling está magnífica como Isabel de Farnesio, en un papel tan sumamente denostado históricamente que esta ficción reivindica. Mujer intrigante, que logró finalmente entronizar a uno de sus hijos, Carlos III, logra mostrarse cómo el único miembro cuerdo de esta corte de lunáticos.

Pero aquí no sólo deslumbran Gutiérrez y Watling. El galardón al mejor reparto en el SISF tenía mucha lógica, pues Carlos Scholz y Alicia Armenteros consiguen crear muy buena química entre ellos y plasman muy bien la frustración del fallido matrimonio entre Luis I y Luisa de Orleans. Tremendamente frágil el primero, la segunda era un alma rebelde que añadía mayores dosis de locura en una corte llena de personajes impropios para la época que les tocó vivir.

Fotograma de 'La vida breve'.

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Con secundarios de lujo como Pepe Viyuela, Jorge Usón o Marta Hazas, Garrido y Valor mezclan estupendamente lo referente a diálogos de época con un estilo de palabra más moderno. Esa combinación no era sencilla, dado que podría provocar que el público no entrase en esa atmósfera histórica. Sin embargo, el resultado es una producción que sabe mantener los cánones con esa chispa moderna que da el humor.

Mención también para el espléndido diseño de producción, con arte de Jorge de Soto. El vestuario es delicioso y una demostración de que España tiene potencial para el ‘cine de tacitas’, con Helena Sanchís como figurinista. Aplauso también para la fotografía de María Codina y en cómo realza las localizaciones reales de la ficción, con La Granja de San Ildefonso luciendo tan majestuosa como en el siglo XVIII.

La ácida mirada del efímero reinado de Luis I de Garrido y Valor no sólo acercan La vida breve a The Great, sino a ese estilo sardónico y tan sui generis que ha tenido Yorgos Lanthimos en sus producciones de época, con mención concreta cómo retrató el particular reinado de Ana de Gran Bretaña en La favorita. Los creadores de Días mejores logran su serie más ambiciosa hasta el momento. Una producción atrevida, que vuelve a demostrar el buen estado que vive la industria española.