Viaja a la Roma de las películas
Existen diferentes motivos por los que hay que viajar a Roma. El motivo de la visita siempre depende de los gustos personales de cada uno: por la arquitectura, por el patrimonio artístico, histórico y cultural que supone haber sido la cuna del mundo occidental, por la música, etc. Como decimos, los motivos son infinitos y personales, pero es innegable que Roma es una de las ciudades más bellas de Europa.
Sin embargo, hay una razón de peso para los cinéfilos empedernidos: además de ser una urbe impresionante, Roma ha sido el escenario favorito para muchos cineastas. Sus enclaves míticos han sido inmortalizados por directores de la talla de Federico Fellini o Woody Allen. A continuación, sugerimos una visita a La Ciudad Eterna, bajo el pretexto de las películas allí rodadas. Ahora bien, ya sabemos las desventajas de una ciudad tan magna: el turismo masivo, el tráfico interminable si decidimos usar transporte público, miles de colas y palos de selfies volando si decidimos caminar, etc. Lo que a priori puede ser un viaje placentero puede convertirse en una auténtica pesadilla. ¿Cómo evitar que todos esos factores nos arruinen un viaje memorable? Optar por un transporte que nos permita libertad de movimiento. O dicho de otra manera: mediante el alquiler de scooter en Roma.
Ya tenemos arrendada nuestra moto y podemos olvidarnos de todo imprevisto. Nos dirigimos hacia las escaleras de Trinità dei Monti donde está la Boca de la Verdad para ser los protagonistas de una de las escenas más famosas de la Historia del Cine: cuando Audrey Hepburn y Gregory Peck se enamoran en Vacaciones en Roma, película del oscarizado William Wyler. El fenómeno Hepburn-Peck supuso el boom de Roma como destino turístico.
Arrancamos la motocicleta como los enamorados de la película anterior y nos dirigimos hacia el norte por la avenida Gabrielle D’Annunzio y en unos quince minutos aproximados llegamos a la Fuente de Trevi, emblemático sitio que nos remite a aquella escena del cine en estado puro: cuando Fellini inmortaliza a Anitta Ekberg y a Marcello Mastroiani en pleno éxtasis hedonista en el filme La Dolce Vita. “La fontana” es uno de los lugares preferidos por los turistas y es común lanzar una moneda al agua. Como dato curioso, cada año se extrae de la fuente en torno a un millón de euros que, desde el año 2007, se utiliza para fines benéficos.
Para culminar nuestro trayecto, seguimos por la avenida del Muro Torto hacia la Plaza Navona. Hay otra ruta más rápida, pero para evitar el tráfico se recomienda esta dirección: así, tardamos cinco minutos más pero disfrutaremos del paseo. Aparcamos cerca de la plaza siguiendo el rastro de Jep Gambardella, personaje protagonista de La gran belleza, que con su paseo decadente nos sumerge en la plaza barroca más icónica de toda la ciudad. Acabamos nuestro periplo con un bonito atardecer y un viaje sin agobios gracias a la libertad de viajar con Cooltra.