Béjar respira ciclismo. Qué duda cabe en una comarca con el cuatro veces ganador de la Vuelta Ciclista a España, Roberto Heras, además de ganadores de etapas como Lale Cubino y Santi Blanco. Y una vez más se ha vuelto a demostrar durante la etapa de 2018 con final en el alto de la estación de esquí Sierra de Béjar - La Covatilla.

No había llegado el mediodía y la expectación era ya notable en el parque de La Corredera de Béjar. Allí estaba instalada parte de la caravana con los patrocinadores y todas las actividades paralelas, sobre todo destinadas para el fomento del deporte entre niños y jóvenes. Arriba, en el puerto, la intendencia preparaba todo para que estuviera en orden. Por ejemplo, la colocación de 700 vallas en el último kilómetro y medio de la etapa y otras 500 en el perímetro de la organización. No lo tuvieron fácil con el viento junto a la línea de meta, que derribó unos diez metros de valla varias veces. Y es que la Vuelta a España mueve cada día a unas tres mil personas.

Mientras, cientos de ciclistas se dirigían pedaleando hacia La Covatilla. Los más osados, incluso a través de Candelario para simular la etapa que después realizarían los ciclistas. Al mismo tiempo, cientos de coches se dirigían hacia la ladera del puerto para disfrutar de una jornada de ciclismo al tiempo que pasaban un domingo campero. Quienes acompañan a la Vuelta pero también hacen otras carreras lo tenían claro: un ambiente de Tour de Francia. De hecho, un ganador de la ronda francesa como el abulense Carlos Sastre estaba a cinco kilómetros de meta y el mirobrigense Eladio Jiménez a tres. Y el gran Alberto Contador (tres veces ganador de la Vuelta, dos del Giro y dos del Tour, aunque muchos le suman otro Giro y Tour al considerar que se los arrebataron en los despachos injustamente) comentando para Eurosport.

El público se volcó en Guijuelo y Béjar al paso del pelotón, pero sobre todo en Candelario, con unas imágenes preciosas entre el suelo adoquinado y las piedras de un pueblo que es Conjunto Histórico Artístico. Y ya en La Covatilla fue indescriptible. Espectacular, increíbles, una subida para el recuerdo.

Llegados de Extremadura, de Ávila, hasta de Portugal, en familia, con amigos, en peñas (ahora que se acercan las fiestas de Béjar), e incluso una despedida de soltero desde Badajoz llegó hasta meta. Hasta allí subían los ciclistas para hacerse la foto de rigor en la cima y bajar en busca de un buen bocata, un hornazo salmantino y, sobre todo, un buen refrigerio. Porque fue un día de mucho calor, temperatura por el radiante sol y más sobre el asfalta con el aliento de la afición charra, siempre incombustible con el ciclismo de calidad. Y ahí el vencedor fue Ben King, haciendo honor a su apellido, el rey de esta Vuelta tras ganar su segunda etapa. Simon Yates es líder con el español Alejandro Valverde a un segundo.