
Emilio Ramos, presidente y portavoz de la ADSP, junto a José Manuel Fernández y Generoso Gómez, socio y secretario de la asociación respectivamente.
“No faltan médicos, faltan decisiones”: el plan salmantino para reordenar la sanidad desde la base
La Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública propone reorganizar el mapa sanitario para mejorar la atención y repartir mejor la carga asistencial.
Más información: "Desde el conocimiento de la actual situación, presagiamos un futuro poco halagüeño de la Atención Primaria en Salamanca"
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En Salamanca hay médicos. Lo que falta es orden. Mientras en algunos pueblos hay doctores que apenas atienden a 200 personas, en otros puntos de la provincia hay profesionales con más de 1.500 pacientes a su cargo.
Esa descompensación está afectando de lleno a la calidad de la atención sanitaria. Y eso es precisamente lo que quiere corregir la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Salamanca (ADSP), que ha presentado una propuesta técnica para repartir mejor los recursos humanos y garantizar que cualquier persona, viva donde viva, reciba una atención digna y eficiente.
Médicos mal repartidos: el origen del problema
Según los datos recogidos por la asociación, en Salamanca hay 322 médicos de familia para casi 300.000 personas. Sobre el papel, eso suena bien. La ratio es mejor que la media nacional. El problema es que no se distribuyen de forma equilibrada: hay profesionales sobrecargados en las ciudades y alrededores, y otros infrautilizados en zonas rurales con baja población.
“Tenemos un sistema que obliga a algunos médicos a atender a demasiadas personas, y a otros a atender a muy pocas. Ni unos ni otros pueden hacer bien su trabajo”, explican desde la asociación.
La situación, lejos de ser nueva, se arrastra desde hace décadas. Pero ahora está empezando a colapsar.
La solución: reorganizar, no recortar
La propuesta de la ADSP no pasa por despedir a nadie, ni por cerrar consultorios. Lo que plantean es una reestructuración sensata, basada en datos y necesidades reales. Quieren que el 80 % de los médicos atiendan a un número equilibrado de personas (entre 600 y 1.300), un rango que consideran ideal para ofrecer un buen servicio y no quemarse en el intento.
Para lograrlo, proponen trasladar médicos desde zonas rurales con pocos pacientes hacia zonas urbanas y periurbanas donde los profesionales están desbordados. A cambio, en los pueblos se reforzarían los consultorios principales, se mejoraría el transporte para acudir al médico cuando sea necesario y se reorganizarían los turnos para que los pacientes sigan teniendo un médico de referencia, al que vean de forma estable.
“No se trata de quitar médicos del medio rural, sino de hacer que todos trabajen donde más se les necesita, sin dejar a nadie atrás”, defienden.
Más médicos donde hace falta
Con esta reestructuración, Salamanca capital y su entorno cercano ganarían 30 médicos más, y se rebajaría la carga de trabajo de forma significativa.
También se incorporarían nuevos profesionales en zonas de rápido crecimiento como Santa Marta, Carbajosa o Villamayor. En los pueblos, donde algunos médicos apenas ven pacientes a diario, se reorganizarían los recursos, pero sin reducir la calidad de la atención.
“La clave está en que no haya ni médicos saturados ni médicos infrautilizados. Todos deben tener el volumen de trabajo adecuado para mantener sus habilidades, ofrecer un buen seguimiento a los pacientes y evitar errores”, explican.
La clave: seguimiento estable
Una de las grandes preocupaciones de la asociación es recuperar la continuidad en la atención. En muchas zonas, los pacientes no saben qué médico les va a atender ni cuándo. Esa falta de estabilidad rompe la confianza, retrasa diagnósticos y multiplica las pruebas innecesarias.
Los estudios demuestran que cuando una persona tiene el mismo médico durante años, se reducen los errores, las urgencias, los ingresos hospitalarios... incluso la mortalidad.
En Noruega, por ejemplo, se comprobó que ver al mismo médico durante tres años consecutivos reduce el riesgo de muerte en un 8 %. A los 15 años, esa cifra sube al 25 %.
“Queremos recuperar esa figura del médico que conocía tu historia, tu familia, tus problemas. Eso se ha perdido, y la sanidad lo está notando”, lamentan.
No faltan recursos, falta orden
Frente a quienes aseguran que el problema es la falta de recursos, la ADSP responde con datos: “Tenemos los recursos. Lo que no tenemos es una distribución lógica. Es como tener muchas piezas, pero colocadas en el sitio equivocado”.
Por eso piden a la Junta de Castilla y León que coja las riendas y lidere un proceso de reorganización sanitaria con participación de profesionales, sindicatos, ayuntamientos y ciudadanía.
La asociación recuerda que esta propuesta forma parte de un trabajo más amplio que comenzó en 2023. Ya han presentado un plan para mejorar las urgencias, y en las próximas semanas anunciarán otras dos iniciativas: una para reforzar los equipos de atención primaria y otra para mejorar la gestión desde las direcciones sanitarias.
“Esto no es un informe más. Es una llamada de atención. Sabemos lo que falla y tenemos propuestas realistas para corregirlo. Lo que falta es voluntad para actuar”, concluyen desde la ADSP.
No piden un milagro. Sólo un poco de sentido común y compromiso para que todos los salmantinos, sin importar su código postal, reciban la atención que merecen.