Eva trabajando

Eva trabajando Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

"De pequeña me encantaba hacer vestidos a mis muñecas": Eva, la vallisoletana que brilla con su negocio 31 años después

Elabora piezas únicas pintando sobre seda poniendo “todo el amor y cuidado” posible.

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“Aunque es un trabajo al que hay que dedicar muchas horas, después de tantos años, me sigue emocionando y eso, para mí, es lo más importante de todo en la vida”, asegura, en declaraciones a este periódico, Eva Gutiérrez García.

Ella es una vallisoletana, apasionada de la moda y de la artesanía, que consiguió hacer de estas dos pasiones su forma de vivir montando un negocio que lleva el nombre de Pozo Amarillo.

Confecciona auténticas obras de arte con la seda como protagonista desde hace más de 31 años y nos cuenta su historia.

La historia de Eva

Me defino como una mujer bastante normal. Amo mi trabajo, aunque, a veces, pienso que le dedico demasiadas horas. La artesanía es un proceso lento, pero lo disfruto y cuando me llaman Eva Pozo Amarillo me encanta porque eso es que conocen mi trabajo”, asegura Eva Gutiérrez García en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.

Nuestra entrevistada, de 52 años, nació en Valladolid. Es amante de los viajes, de disfrutar con sus amigos y familia y del arte. Le encanta visitar exposiciones, el cine y también salir al campo. Estudió Diseño de Moda y reconoce que tiene “buenos recuerdos de su infancia”.

“De pequeña me encantaba hacer vestidos a mis muñecas. Creo que siempre me ha gustado la moda, el diseño y pintar. También ponía un ojo en la filosofía y el arte”, explica nuestra protagonista.

Tras estudiar diseño de moda, la vallisoletana ha compaginado las dos facetas que más le interesan. Por un lado, y durante muchos años, hizo vestuario para grupos de teatro. De hecho, sigue trabajando en sastrería teatral.

Por otro, da clases de Decoración Textil en Cearcal, en algo que le apasiona como es ver la evolución de sus alumnos, aunque la mayor parte del tiempo está en su estudio pintando sedas.

Una idea y 31 años

La idea de El Pozo Amarillo Diseño Textil nació hace muchos años. No empecé sola. Al principio éramos tres personas. Durante mucho tiempo trabajé con una compañera que se llamaba Esther Martín y estos últimos 14 lo he hecho yo sola”, explica Eva.

Su negocio echa a rodar después de terminar los estudios. Ese verano ganaron un concurso de diseño de moda e invirtieron el dinero en alquilar el primer estudio para poner en marcha su negocio que sigue activo, y mucho, 31 años después.

Un precioso abanico elaborado por Eva

Un precioso abanico elaborado por Eva Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

También, ese mismo verano, empecé a pintar sobre seda. El primer curso al que asistí me fascinó y ya no pude parar. En la actualidad tengo el taller en casa por el nacimiento de mi hijo. Cerré el estudio que tenía en Doctor Cazalla”, explica.

No fue fácil, pero ha conseguido compaginar la crianza de su hijo con el trabajo.

Auténticas joyas

Lo que más me apasiona es pintar sobre seda. Solo hago piezas únicas. En cada una de ellas pongo todo mi amor y cuidado. Pinto pañuelos, fulares, abanicos… en general complementos de moda, pero también cuadros, cabeceros de cama, cortinas y cojines”, añade Eva.

La pintura sobre seda “tiene sus propias técnicas e infinitas posibilidades”, nos explica. Esa es la razón por la que “disfruta mucho el proceso”. Todo comienza con una pieza de seda natural en color blanco que es tensada en bastidor y, según lo que ella quiera pintar, elige la técnica más adecuada.

Uno de los fulares elaborados por Eva

Uno de los fulares elaborados por Eva Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Tras pintarla, la deja secar y se fija el vapor y se plancha para, posteriormente, venderla. Lo hace a tiendas, museos y universidades. “Siempre son piezas exclusivas para ellos”, añade nuestra protagonista.

También hace sus propias colecciones que comercializa en ferias y a nivel particular y encargos personalizados. “Me encanta cuando me cuentan una idea y miro la forma de realizarla”, confiesa.

Mirando al futuro afirma que le “encantaría seguir pintando y creando” igual que “aprendiendo y evolucionando” para comenzar con proyectos que le “ilusionen”.

Seguro que así será.