C. Tangana llegó, conquistó la Plaza Mayor y se fue (rápido)
No se corta un pelo, descarado y directo. Así les gusta a sus fans, entregados y alocados ante su mera presencia. Aparece solo en el escenario, sin nada ni nadie. No lo necesita y, además, acabaría estorbándole entre tanta carrera de un extremo a otro al ritmo desenfrenado de la música. C. Tangana hizo un desembarco exprés en las Fiestas de Valladolid, salió al escenario diez minutos antes de lo previsto y terminó rápico, apenas 50 minutos de un concierto fulgurante.
Con la botella de Johnnie Walker como único acompañante, tan pronto un trago 'a pelo' como tiraba un chorro reivindicativo. Aquí la polémica está de más. Cuando empezó a sonar la base de 'Bien duro' la locura ya era colectiva, es su último bombazo y no hizo esperar, a los 20 minutos ya estaba ocupando su espacio en el concierto. Acabaría siendo el ecuador del show. Sin grandes coreografías, el humo y las llamaradas al grito de 'duro' eran sus grandes aliados sobre las tablas.
Con 'Mala mujer' dejó el concierto resuelto. Reclamó al público entusiasta que alzara las luces de sus móviles y miles de pequeñas linternas convirtieron la Plaza Mayor en un manto de puntos luminosos. Una más, 'Bailando el limo', y a casa. Unos minutos de espera de cortesía ('saldrá a cantar otra, ¿no?') y con el subidón a otra parte.