El atún es considerado como un pescado azul por contener un 12% de grasas.

El atún es considerado como un pescado azul por contener un 12% de grasas. E.E.

Nutrición

Del omega-3 al mercurio: todo lo que necesitas saber sobre el pescado azul

Los principales elementos beneficiosos del pescado azul son sus grasas insaturadas y sus proteínas de alta calidad biológica.

13 agosto, 2019 02:25

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El pescado azul es un tipo de alimento muy beneficioso. Cuenta con grasas saludables y, además, muchos de estos pescados contienen más proteínas de alta calidad que algunas carnes. Sin embargo, hace unas décadas el pescado azul no tenía tan buena fama como ahora. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recuerda en su página web que, entre las décadas de 1960 y 1970, este tipo de pescado no se recomendaba a quienes querían adelgazar y a quienes tenían altos niveles de colesterol.

Por suerte, el pescado azul ha recuperado su buena fama. De hecho, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) recomienda que este tipo de pescado sea consumido dos veces por semana en la población sana. Respetar este tipo de recomendaciones y consumir también pescados blancos puede, además, ayudar a cumplir con las recomendaciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que la semana pasada pedía reducir el consumo de carnes rojas para ayudar a frenar la crisis climática.

La clasificación de pescado azul, o pescado graso, se otorga a aquellos ejemplares que "tienen en alguna etapa de su ciclo biológico al menos un 5% de grasa", explica la OCU. Por debajo de este porcentaje se encuentran los pescados blanco, o magros, y los semigrasos. Algunos pescados son difíciles de clasificar porque su porcentaje de grasas tiende a variar a lo largo de sus vidas. Es el caso, por ejemplo, del bonito y de la anguila.

Los buenos contenidos del pescado azul

Son pescados azules "la aguja, la anchoa o boquerón, el atún, el bonito, la caballa, la melva, el cazón, el chicharro, la lamprea, la palometa, el pez espada, el salmón y la sardina", enumera la OCU. Sus épocas de captura se distribuyen a lo largo de todo el año y, por tanto, es fácil encontrar pescado azul en el supermercado y en las pescaderías en cualquier mes. En general, son ricos en vitaminas como la A, algunas del grupo B (B1, B6 y B12) y la D, y en minerales, entre los que destacan el calcio y el fósforo.

Sin embargo, el contenido más conocido de los pescados azules es el omega-3. Se trata de un tipo de ácido graso poliinsaturado que, según la SEC, cuenta con evidencias suficientes de mejorar la salud cardiovascular. "Actúan disminuyendo el nivel de triglicéridos, mejorando la función endotelial, disminuyendo la inflamación y el riesgo de trombosis". Además, el organismo asegura que tiene efectos reguladores de la frecuencia cardíaca y previene de las arritmias

La SEC, además, destaca que el omega-3 se encuentra especialmente presente en el salmón, la anchoa, el arenque, la sardina y la caballa. De todas formas, este ácido graso no es exclusivo de los pescados azules y puede encontrarse, con algunas diferencias moleculares, en alimentos vegetales. Normalmente, se ha tomado el salmón como un referente en el aporte de omega-3. Sin embargo, cuenta con 1,64 gramos por cada 100. En este artículo de EL ESPAÑOL, se recogen otros alimentos con más proporción de omega-3.

Mercurio y pescado

A pesar de estos beneficios, los nutricionistas también establecen algunas pautas para consumir este tipo de alimento. Como ya se ha comentado anteriormente, el pescado azul debe consumirse dos veces a la semana. Pero, además, los expertos recomiendan escoger las especies más pequeñas de manera habitual y reservar los grandes pescados para un consumo más ocasional. Esto se debe a que los pescados de mayor tamaño acumulan en su carne más cantidad de mercurio.

El mercurio se puede encontrar de manera natural en el mar, por ejemplo, tras una erupción volcánica. Sin embargo, el aumento de la actividad industrial también ha provocado una mayor presencia de este metal en los océanos a través de los vertidos. Una vez en el agua, las bacterias presentes en el mar transforman el metal en metilmercurio, una sustancia que se adhiere con mayor facilidad a la carne de los pescados y de los moluscos cuando estos la ingieren.

Los peces grandes se alimentan de pescados pequeños y, por tanto, ingieren el mercurio que acumulan. Esta es la razón por la que el tiburón, el pez espada y el atún son algunos de los pescados con mayor acumulación de mercurio. Pero, además, se ha descubierto que el mercurio queda adherido con mayor facilidad a los tejidos que son más grasos. Por tanto, es más frecuente encontrar este metal en el pescado azul. 

De todas formas, la cantidad de mercurio en los pescados se encuentra regulada en la Unión Europea por una ley del año 2001. La cantidad máxima de mercurio que se puede encontrar en los pescados varía en torno a 1 y 0,5 miligramos por cada kilogramos, dependiendo de la especie. La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) explica en su página web que consumir pescado en España es completamente seguro e, incluso, recomendable.

[Más información: Estos son los 5 pescados del 'súper' que más mercurio acumular]