Lauren Patrick es neuróloga y trabaja en la Universidad de California.

Lauren Patrick es neuróloga y trabaja en la Universidad de California.

Nutrición

Soy neuróloga y estos son los dos alimentos saludables y baratos en España que recomiendo para evitar el ictus

Elegir ingredientes y formas de preparación saludables, junto con ejercicio físico, es lo que propone para reducir los accidentes cardiovasculares.

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La relación entre dieta, pobreza y salud cardiovascular está ampliamente documentada. La falta de acceso a alimentos saludables en entornos de bajos recursos no solo afecta la calidad de vida sino que también aumenta el riesgo de enfermedades del corazón.

Un estudio publicado en el British Medical Journal señala que las inequidades sociales causan 700.000 muertes anuales en Europa y suponen el 20% del gasto sanitario.

Estos son algunos de los factores sobre los que ha puesto el acento Lauren Patrick, profesora clínica adjunta de Neurología en el Instituto de Neurociencias Weill de la University of California San Francisco.

En su trayectoria profesional, ha estudiado el bloqueo de los vasos sanguíneos del cerebro que puede provocar accidentes cerebrovasculares y cómo clasificar los casos para obtener mejores resultados. Y, como mujer de color, es muy consciente de los riesgos, así como de las desigualdades en salud.

En una entrevista publicada en el sitio web de la UCSF, ha explicado su perspectiva, labrada no solo gracias a sus investigaciones, sino también en su experiencia personal y familiar. "Crecí en un 'desierto alimentario', donde predominaban los alimentos procesados y escaseaban las frutas y verduras frescas". Su perspectiva cambió al llegar a la Universidad de Columbia: "Me impactó ver cómo comía la gente, lo que transformó mi comprensión de la nutrición".

Esta preocupación le llevó a interesarse por la cocina con un objetivo claro: reducir su riesgo de sufrir un accidente cardiovascular, algo especialmente relevante debido a sus antecedentes familiares de hipertensión, colesterol alto, enfermedad renal y diabetes. "Tengo endometriosis, una condición que altera las hormonas y puede elevar la presión arterial y el colesterol. Eso me hizo más consciente de la importancia de gestionar lo que está en mis manos para reducir mi riesgo", explica.

Como parte de su rutina, dedica los domingos a preparar sus comidas para toda la semana, asegurando una alimentación equilibrada. Sus platos incluyen una variedad de ingredientes saludables como champiñones, brócoli, salchicha, tofu negro, pimientos y arroz, aunque hay una receta que destaca en su día a día: pollo con coliflor, su elección habitual para la cena.

A esta alimentación cuidada se suma un estilo de vida activo. Cada día comienza a las 5 de la mañana con ejercicio. "No es que no me guste dormir, pero sé que me sentiré mejor después. Nunca me arrepiento de un buen entrenamiento". Su actividad favorita es el levantamiento de pesas, complementado con ciclismo indoor y pilates, acciones que refuerzan su compromiso con su salud y bienestar.

Calidad nutricional a buen precio

Como hemos señalado, la relación entre pobreza y salud cardiovascular es evidente. Pero lo cierto es que hay alimentos con un precio razonable que pueden ayudar a cuidar nuestro corazón. Dos excelentes ejemplos son el pollo y la coliflor, que podemos encontrar en todo tipo de establecimientos. 

La coliflor es un alimento versátil y altamente nutritivo, con solo 27 calorias por cada 100 gramos y un 92% de agua, lo que la convierte en una excelente opción para mantener un peso saludable. Su alto contenido en fibra favorece el tránsito intestinal y genera sensación de saciedad, ayudando a reducir la ingesta calórica.

Según la Fundación Española de Nutrición (FEN), es una fuente importante de vitamina C, que protege las células del daño oxidativo, refuerza el sistema inmunológico y mejora la absorción del hierro.

Además, aporta potasio, fundamental para el funcionamiento del sistema nervioso, los músculos y el control de la presión arterial. También contiene calcio, magnesio y fósforo, minerales esenciales para la salud ósea y metabólica.

Por otro lado, la Asociación Española Contra el Cáncer destaca su riqueza en sulforafanos, compuestos con propiedades antioxidantes que pueden ayudar a inhibir el crecimiento de células cancerígenas, especialmente en el colon y la próstata. Gracias a sus múltiples beneficios, la coliflor es una aliada clave en la prevención de enfermedades y en la promoción de una alimentación equilibrada.

Por su parte, el pollo es una de las carnes más saludables y equilibradas dentro de una dieta cardiovascular. Con un 70% de agua, según la FEN, 100 gramos de pollo aportan 167 calorías, 20 gramos de proteína de alto valor biológico, 9,7 gramos de grasa y 248 mg de potasio, siendo una fuente excelente de energía y nutrientes esenciales.

En términos de micronutrientes, es rico en vitamina B3 (niacina), fundamental para el metabolismo energético y la salud del sistema nervioso. Además, proporciona minerales clave como fósforo, potasio y magnesio, que contribuyen al fortalecimiento óseo, la función muscular y el equilibrio de los líquidos en el organismo.

Para maximizar sus beneficios, se recomienda su consumo sin piel, ya que esta es la parte donde se concentra la mayor cantidad de grasa. Su perfil lipídico destaca por la presencia de ácidos grasos monoinsaturados, especialmente ácido oleico, que ayuda a mantener un corazón sano y a regular los niveles de colesterol en sangre.

Otro punto a favor del pollo es su versatilidad en la cocina, ya que puede prepararse de diversas formas sin perder sus propiedades nutritivas. Desde guisos hasta salteados, asados o a la plancha, su textura y sabor lo hacen un ingrediente fácil de incorporar en una alimentación equilibrada.