El colapso del alcantarillado en Valencia por la DANA pone en alerta a los médicos por posibles brotes infecciosos
- Ignacio Andrés Doménech, de la Politécnica de Valencia, cree que puede tardarse "semanas o meses" para volver a la normalidad.
- Más información: Para que no vuelva suceder: obras hidráulicas, un nuevo protocolo nacional de emergencias y pedagogía urbanística
Algunos de los riesgos que ha dejado la DANA tras su paso por Valencia aguardan bajo tierra dos semanas después. Según el Ministerio de Transición Ecológica (Miteco), 34 municipios de la provincia tienen sus alcantarillas colapsadas y esto puede suponer un grave peligro para la salud pública.
Las lluvias torrenciales anegaron las tuberías y los trabajos de limpieza de las calles no han contribuido a aliviar la situación: para poder despejar las calles se empujaba el lodo y los desperdicios hacia las alcantarillas.
Ese lodazal ha saturado los circuitos de saneamiento y amenaza con taponarlos a medida que se seque el barro. En consecuencia, los colectores no pueden absorber agua y próximas lluvias pueden agravar el problema con nuevas riadas e inundaciones.
También existe el riesgo de que rebosen aguas fecales, empeorando el problema. Las aguas residuales, las estancadas y el barro son un riesgo para la salud pública por ser un medio de transmisión de infecciones, por lo que se recomienda el uso de calzado apropiado (preferentemente, de goma), ropa larga y protegerse con mascarillas, guantes y protección ocular.
El Miteco estima que deben gestionarse entre 4 y 5 millones de metros cúbicos de lodo. Los ayuntamientos llevan días reclamando maquinaria pesada para llevar el barro a otro sitio. El Instituto Geológico y Minero de España ya ha identificado zonas donde se pueda descargar el lodo.
Con todo, es necesario depurar las aguas residuales antes de deshacerse de ellas para evitar daños ambientales. En total, el Miteco calcula que los daños en las infraestructuras del ciclo integral del agua en la provincia ascienden a 331 millones de euros, de los que 134 corresponderían al alcantarillado principal y 92 a los sistemas de depuración. Los 105 millones restantes se referirían al sistema de abastecimiento de agua.
"Llevamos tres días solicitando al Gobierno de España camiones de desatasco de alcantarillado para evitar problemas graves de salud pública", denunciaba el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, este lunes por la mañana.
La delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, respondía poco después: "Nos pidieron los camiones de alcantarillado el viernes a las 11:20 y, a la hora, todas las comunidades autónomas estaban movilizadas por el Gobierno de España".
Meses hasta alcanzar la normalidad
Ignacio Andrés Doménech, profesor del Departamento de Ingeniería Hidráulica y Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Valencia, explica que todavía se tardará mucho en solucionar los problemas del alcantarillado tras la DANA.
"Es una infraestructura más. Son muy visibles los daños en carreteras, ferrocarril o la agricultura, el alcantarillado no se ve tanto porque es subterráneo pero provee de un servicio básico a nuestros pueblos y debemos prestarle la misma atención".
La situación no es homogénea en todos los municipios pero, para este experto, es probable que no se alcance la normalidad "hasta dentro de semanas o incluso meses".
"Si ha habido una solidificación, pueden producirse problemas de salida de agua residual en sótanos, plantas bajas o arquetas domiciliarias. Los camiones cuba o con toberas pueden aliviar la sobrecarga y me consta que así se está haciendo".
En lo positivo, destaca que el barro es muy líquido y es más difícil que solidifique. Si vienen nuevas lluvias pueden contribuir a desatacar la situación pero hay que tener cuidado, pues dependiendo de la intensidad podrían multiplicar el problema.
Las deficiencias en el alcantarillado son un grave problema de salud pública, según la Organización Mundial de la Salud. Aunque se refiere a problemas estructurales más que a los efectos temporales de lluvias torrenciales, advierte de que un saneamiento deficiente va asociado a "la transmisión de enfermedades diarreicas como el cólera y la disentería, así como la fiebre tifoidea, las helmintiasis intestinales y la poliomielitis".
La guía de enfermedades infecciosas tras catástrofes naturales recuerda que estas "no es posible que las enfermedades que no son endémicas o importadas en zonas afectadas por el desastre se produzcan de forma natural. Las principales causas son la mala higiene, el hacinamiento, la falta de agua, potable, el saneamiento ineficaz y alcantarillado deficientes preexistentes".
María del Mar Tomás, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) y microbióloga del Hospital de A Coruña, explica a EL ESPAÑOL que "cuanto más tiempo se den las condiciones actuales, más probabilidad hay de que se desarrollen brotes infecciosos epidémicos en estas zonas. Lo que hay que hacer es evitar el agua [sospechosa de estar contaminada] en la medida de lo posible, aunque sé que las condiciones ahora son complicadas para hacerlo".
La especialista recuerda que enfermedades como cólera o tifus "son poco probables en España porque están erradicadas, pero no hay que descartarlas, ya hubo un brote en Reino Unido el año pasado".
Las infecciones más frecuentemente asociadas a la presencia de aguas fecales y estancadas son las gastrointestinales. "Las aguas residuales contienen bacterias como la E. coli, H. pylori o Salmonella, que pueden contaminar el agua y los alimentos".
En personas sanas, los cuadros producidos por estos patógenos se centran en malestar, diarreas, etc. durante un periodo de cinco días. En cambio, en individuos inmunocomprometidos "pueden tornarse graves, por eso hay que evitar el consumo de agua sospechosa".
La doctora explica que es importante evitar el contacto con el agua estancada, por lo que es importante "usar guantes, protección de ojos y lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón".
Otras bacterias presentes en las aguas sucias son Staphylococcus y Clostridium tetani, que pueden infectar heridas, por lo que recomienda usar botas impermeables o guantes de látex, "y lavarse las heridas con agua y jabón".
Tomás recuerda que hay que tener mucha precaución con el tétanos y el personal sanitario "tiene que hacer revisión del número de vacunas que puede tener el paciente. Con menos de tres dosis, es probable que sea necesario una de recuerdo".
Si bien son menos frecuentes, no hay que dejar de tener en cuenta la hepatitis A y la leptospirosis. Sobre todo la segunda, infección bacteriana que se transmite a través de roedores. "Y, si tenemos aguas residuales, es posible que aparezcan. La Leptospira entra en contacto con la piel lesionada o las mucosas y puede provocar una afectación, normalmente con síntomas de tipo gripal pero que puede tornarse grave.
Una vez haya sido despejado el lodo de las alcantarillas y alcanzada la normalidad en el saneamiento de los municipios, la amenaza de infecciones disminuye "claramente, pero hay que hace una monitorización de posibles vectores como mosquitos y roedores, para que no proliferen".