Una tortilla lista para comer (Imagen de archivo)

Una tortilla lista para comer (Imagen de archivo) marcomayer iStock

Saludables

Proteica y ligera: la deliciosa cena con solo dos ingredientes y buena para el hígado que se hace en 15 minutos

Un producto de temporada que cocinamos de una forma muy sencilla.

Más información: En 10 minutos y sin ensuciar: la cena proteica, deliciosa y rica en fibra que preparo todas las semanas

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Empieza la temporada de uno de mis alimentos favoritos, así que, a partir de ahora esta receta se va a cenar muchas noches en casa de quien escribe estas líneas. Una receta sencilla, rápida, con solo dos ingredientes y usando solo una sartén para ensuciar lo mínimo.

En unos 15 minutos podemos tener lista esta tortilla que es perfecta para cenar, una receta que recomiendo probar a todo el mundo ahora que empieza a haber alcachofas frescas. Es una hortaliza que cambia mucho de consumirla en conserva a consumirla fresca, pues estas últimas tienen un sabor mucho más delicado y están mucho más ricas.

Un alimento que cuida del hígado

Las alcachofas, según explica la web Pharmasalud, son un alimento muy beneficioso para la salud hepática debido a su contenido en cinarina, un compuesto que estimula la producción de bilis en el hígado, una sustancia que es clave para la digestión de las grasas. Gracias a esta acción, las alcachofas contribuyen a mejorar la función hepática, favoreciendo la depuración natural del organismo, y a prevenir la sobrecarga del hígado. Además, ayudan a reducir la acumulación de grasas en este órgano, lo que puede ser especialmente útil para prevenir patologías como el hígado graso no alcohólico.

Otro de los beneficios clave de las alcachofas es su contenido en antioxidantes, como esteroles, flavonoides y polifenoles, que protegen las células hepáticas del daño oxidativo y el estrés inflamatorio. Además, su aporte de fibra favorece la eliminación de los desechos a través del sistema digestivo, evitando que el hígado tenga que hacer un esfuerzo extra en su eliminación. 

Una cena saludable y sencilla

Nutricionalmente, la tortilla de alcachofas es una excelente opción para cenar, ya que utiliza ingredientes de temporada, fáciles de conseguir y saludables que permiten preparar un plato equilibrado y fácil de digerir. Los huevos son una fuente de proteínas de alto valor biológico, que ayudan a la reparación y el mantenimiento de los tejidos del cuerpo y son imprescindibles para la conservación de la masa muscular. Además, aportan vitaminas del grupo B, esenciales para el metabolismo energético, así como vitamina D, fundamental para la salud ósea.

Las alcachofas, como hemos visto en el apartado anterior, son ricas en fibra, algo que favorece la digestión y contribuye a una sensación de saciedad prolongada sin añadir un exceso de calorías. Cabe destacar que contienen inulina, un tipo de fibra prebiótica que sirve de alimento a la microbiota intestinal, mejorando la salud digestiva y fortaleciendo el sistema inmunológico. 

El uso de aceite de oliva virgen extra en la receta aporta grasas saludables, especialmente ácidos grasos monoinsaturados, que favorecen la salud cardiovascular. También es rico en polifenoles, compuestos antioxidantes que ayudan a reducir la inflamación y protegen las células del daño oxidativo. A diferencia de otras grasas menos saludables, el aceite de oliva virgen extra aporta también un sabor delicioso sin comprometer la calidad nutricional del plato y, como se usa en una cantidad muy pequeña, apenas suma calorías.

Por su contenido en proteínas, fibra y grasas saludables, esta tortilla es una opción perfecta para una cena ligera y equilibrada. Es un plato que proporciona los nutrientes necesarios para la recuperación nocturna de nuestro cuerpo, pero también evita los temidos picos de glucosa que podrían interferir con un buen descanso nocturno. Además, al no incluir ingredientes pesados o de difícil digestión, es una cena nutritiva que hace que no nos sintamos pesados antes de dormir y nos levantemos sin esa molesta sensación de hinchazón que se experimenta al día siguiente después de haber hecho una cena muy copiosa.

Ingredientes para hacer una tortilla de alcachofas

  • Alcachofas frescas, 3 o 4
  • Huevos, 4 ud
  • Aceite de oliva virgen extra, 2 cucharadas
  • Sal, al gusto
  • Pimienta molida, al gusto (opcional)

Paso 1

Preparamos las alcachofas retirando las hojas exteriores más duras hasta llegar a la parte más tierna. Cortamos las puntas y pelamos el tallo. A continuación, las cortamos en láminas finas y las salamos ligeramente. Si somos rápidos, no hará falta sumergirlas en agua con limón o perejil para que no se oxiden. Las hojas exteriores, aunque son muy fibrosas y no se pueden comer, sí pueden utilizarse para preparar caldos que sirven para cocinar arroces muy sabrosos.

Paso 2

Calentamos dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra en una sartén a fuego medio. Incorporamos las alcachofas y las cocinamos, removiendo de vez en cuando, hasta que estén tiernas y ligeramente doradas. Si no están muy amontonadas, en unos 10 minutos estarán listas.

Paso 3

Mientras se van cocinando las alcachofas, batimos los huevos en un bol con una pizca de sal y pimienta al gusto. Cuando las alcachofas estén listas, las incorporamos a los huevos batidos y mezclamos bien para que se empapen con el huevo.

Paso 4

Retiramos el exceso de aceite de la sartén si fuera necesario y vertemos la mezcla de huevos y alcachofas en la misma sartén. Cocinamos a fuego medio-bajo durante unos minutos, moviendo la sartén suavemente para asegurarnos de que la tortilla no se nos pegue.

Paso 5

Cuando veamos que los bordes empiezan a cuajar y a despegarse de las paredes de la sartén y el centro sigue ligeramente húmedo, colocamos un plato grande sobre la sartén y con un movimiento rápido damos la vuelta a la tortilla. La deslizamos de nuevo en la sartén para cocinarla por el otro lado durante un par de minutos más, según el punto de cocción deseado. Truco: si mojamos el plato antes, la tortilla deslizará mucho mejor al devolverla a la sartén.

Paso 6

Retiramos la tortilla del fuego y la dejamos reposar un minuto antes de servir. La podemos disfrutar caliente o a temperatura ambiente, pues está rica de las dos formas.