Fracaso en la primera reunión entre Euroliga y FIBA
La organizadora de la máxima competición europea de clubes lanzó una propuesta de colaboración en una reunión celebrada este martes en Múnich, pero no hubo acuerdo en cuanto al número de equipos que deben disputar las competiciones de la Euroliga.
3 mayo, 2016 20:04Noticias relacionadas
El conflicto entre la Euroliga y la FIBA que mantiene en vilo a 14 federaciones nacionales de baloncesto sigue en pie, aunque empieza a haber movimientos en busca de un acuerdo. La organizadora de la principal competición europea de clubes puso sobre la mesa algunas posibles concesiones en una reunión celebrada este martes en la ciudad alemana de Múnich. Sin embargo, éstas no convencieron del todo al máximo organismo del deporte de la canasta a nivel mundial.
El ente presidido por Jordi Bertomeu (asistente a la reunión junto a otros representantes de la Euroliga, dos del Maccabi Tel Aviv, uno del Olympiacos, otro del Fenerbahçe y Juan Carlos Sánchez, director de la sección de baloncesto del Real Madrid, entre otros) lanzó un comunicado en el que expone los principales puntos de su propuesta de colaboración con la FIBA. Empezando por “la definición de un acuerdo de colaboración que establezca un entorno de trabajo estable y a largo plazo”, donde la “confianza mutua” entre ambos organismos “juegue un papel central”.
La Euroliga también aboga con rotundidad por “la eliminación de cualquier sanción a los clubes y a los equipos nacionales”, respetando “la libertad” de los primeros “para decidir su futuro”. A la par que “la participación de las selecciones en las competiciones para las que se han clasificado” y “la modificación de aquellas reglas y regulaciones que ahora permiten que se impongan las sanciones”.
Otra propuesta lanzada este martes ha sido “la integración entre FIBA y Euroliga” en cuanto a “las nuevas estructuras de gobierno y competición” que se pondrán en marcha en las competiciones europeas de clubes. La FIBA pasaría a tener presencia en la organización de la Euroliga, que seguiría contando con la competición europea más importante (40 equipos). Por su parte, la Champions League puesta en marcha por la FIBA a partir de la próxima temporada sería considerada la segunda competición continental de clubes a efectos de importancia.
Habría un sistema de promoción claro para el campeón de cada competición. Además, se estudiaría un incremento de los equipos que pasasen de una competición europea a otra en función de las circunstancias. La forma de acceder a las distintas competiciones europeas iría en función de la clasificación en las ligas domésticas, “desde abajo hasta arriba”.
La Euroliga también ha presentado entre sus propuestas la aceptación de la nueva dinámica de las competiciones de selecciones, que pasan a celebrarse cada cuatro años. No obstante, todavía está estudiando la inclusión de las ventanas (partidos de selecciones durante distintos momentos de la temporada) a partir de 2017, como desea la FIBA. Además, dejaría a cargo de la Federación Internacional la gestión del reglamento, los transfers internacionales y la regulación y ejecución de los controles antidopaje.
Por último, ECA (empresa organizadora de la Euroliga) ha propuesto a la FIBA definir unos nuevos estándares comunes sobre la participación de los jugadores en las competiciones de selecciones. En ellos, cobrarían un papel fundamental los seguros, ya que deberían existir políticas comunes a aplicar consistentemente por todos los clubes a este respecto. También las compensaciones a acordar con los clubes por sus contribuciones para con las competiciones de selecciones, “siguiendo el modelo de otros deportes profesionales”.
Sin acuerdo
Los distintos puntos presentados por la Euroliga cuentan con el acuerdo de “los principales clubes profesionales de baloncesto”. Sobre todo, por “la importancia de crear una colaboración estable y profunda con la Federación Internacional”, que afecte a “todas las organizaciones internacionales del baloncesto”.
Aun así, por mucho que ECA se amolde a las peticiones de la FIBA y que siga organizando las competiciones europeas de primer nivel, como sí ha acordado la Federación Internacional, sigue habiendo un importante punto de fricción: el número de clubes que deben disputar las competiciones de Euroliga, sobre todo la Eurocup. Por lo tanto, de momento no hay acuerdo entre ambos organismos y la FIBA ha rechazado retirar las sanciones y las amenazas de posibles sanciones.
No obstante, la Euroliga finaliza su comunicado dejando la puerta abierta “al diálogo, el consenso y el respeto a la libertad de decisión de todos los clubes”. El organismo intentará impedir que haya espacio “para sanciones o castigos contra cualquier club u otras instituciones como resultado de sus decisiones”. Además, espera que haya reuniones “en un futuro cercano” para “discutir el único punto pendiente” del conflicto.