Tras la sonrojante derrota en San Sebastián, el domingo en Valencia sirvió de reflexión para aquellos a los que la situación les urge de unas toma de decisiones si es que no quieren que un histórico del fútbol español se vea en Segunda División. El calentón se había pasado tras los vergonzosos incidentes en la que los ultras llegaron a acorralar a los futbolistas en la ciudad deportiva, con golpes al autobús y obligando a la intervención de la policía para que los jugadores pudieran irse a sus casas.
¿Y ahora qué?, se preguntan muchos. El Valencia ya no jugará más en este 2016 en Liga, ya que su próximo partido está aplazado por la participación del Real Madrid en el Mundial de Clubes. Si el Sporting saca un punto ante el Villarreal la próxima semana, el Valencia acabará el año en descenso. Al equipo che solo le queda un partido de Copa, la vuelta de los dieciseisavos ante el Leganés, eliminatoria que tiene encarrilada con el 1-3 de la ida en Butarque. Sería una hecatombe, un incendio, la mascletá más sonora de todos los tiempos si el Valencia cae ese día.
Y claro, si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma. ¿Que Peter Lim no aparece por Valencia? Pues a Singapur se fueron la presidenta Lay Hoon Chan, mano derecha del magnate, 'Suso' García Pitarch, director deportivo, y Prandelli, entrenador. El técnico italiano ya había avisado en la rueda de prensa en Anoeta que se iba a reunir con el propietario del club para "reflexionar sobre el futuro del equipo". Lo único que puede llevar a esta reunión es una revolución en un club que agoniza con un estilo que dio frutos al corto plazo pero que está demostrando su fragilidad más allá del ilusionante inicio que trajo el dinero de Lim.
"Fuori, fuori"
Está claro que el nuevo proyecto en el que se embarcó el Valencia en 2014 ha saltado por los aires dos años después. Cuatro entrenadores (sin contar las etapas interinas de 'Voro'), 230 millones de euros gastados y 17 jugadores fichados en los últimos tres años no han servido para un equipo que después de todo eso lucha por el descenso y en este año solo ha ganado tres de 15 partidos, acumulando ya siete partidos en Liga sin ganar. Para revertir la situación, la solución pasará, como siempre, por el dinero. Prandelli pidió que los dueños no dudaran y que, dentro de los límites del Fair Play Financiero (que no es otra cosa que no gastar más de lo que se ingresa y no tener deudas con otros clubes, jugadores o autoridades tributarias), se gastara el dinero necesario para reforzar la plantilla. Lim, según el italiano, se habría comprometido con él para hacerlo posible.
Es por ello que la revolución en el Valencia pasará, como tantas otras veces, por la plantilla. La rueda de prensa previa al encuentro ante la Real Sociedad dejó clara la idea de Prandelli. Su contundente y seco "fuori" está siendo ya una palabra que simboliza la situación del Valencia. "Llevo dos meses trabajando duro para que el equipo crezca. Lo que quiero ver son las ganas de los jugadores, las ganas de sufrir por la camiseta", comentaba un Prandelli cabreado. La respuesta de sus futbolistas fue ínfima. En el minuto 2 ya perdían en Anoeta. Por eso, tras la imagen en San Sebastián, vienen ahora más que nunca a cuenta. "Los que quieren quedarse tienen que demostrarlo, quiero ver quién tiene la actitud y quién no, los que no tengan carácter que se vayan".
Prandelli tiene ganas de cargarse a según que jugadores y también necesita nuevos perfiles para, como mínimo, salvar al Valencia del descenso. El italiano reconocía que lo que le pasa al equipo che no es "un problema de táctica" sino de "personalidad". Más claro, horchata.
Entre los señalados está Gayà, uno de esos talentos que hace no mucho se rifaban otros clubes pero que decidió renovar por el Valencia hasta 2020. Jugó con la sub-21 pero no con el Valencia. Lateral zurdo, se ha visto superado por Siqueira, que tampoco convence a Prandelli. En Anoeta jugó en la banda izquierda Montoya, que es lateral derecho. La confianza en Gayà es mínima. Otro al que el técnico ha puesto la cruz es a Fede Cartabia, al que quisieron buscar destino tras dos cesiones en Córdoba y Deportivo y que acabó quedándose a pesar de su bajo perfil. En San Sebastián Prandelli le fulminó a los 35 minutos, quien sabe si los últimos que juegue. También está decepcionando Parejo, con un inicio de temporada a la altura del equipo, desastroso. Santi Mina, Mario Suárez o Aderlan Santos son otros nombres que se comentan que podrían pasar a un segundo plano si al final a Prandelli le traen aquello que pide.
¿Y qué puede buscar Cesare? Un defensa central, seguro. El Valencia lleva 29 goles en contra, solo superado por Granada y Osasuna. Y no se puede culpar al portero, Diego Alves, que hace lo que puede con lo que tiene. Excepto Garay, que es de los pocos que se salva pero se lesiona cada mes, Santos, Abdennour y Mangala hacen aguas cada jornada. Suenan Bigas de Las Palmas o Niklas Süle del Hoffenheim. También buscaría Prandelli más gente en el centro del campo, tanto de enlace con la defensa como en el ataque: Felipe Melo, Thiago Motta, Miguel Veloso, Obi Mikel, Roque Mesa, Halilovic... Por último, quedaría la figura de delantero centro, de la que lleva careciendo el Valencia todo el año y que podría ayudar a mejorar el papel de Munir, uno de los jugadores en los que sí confía Prandelli. Urge un 9 que marque goles y ahí ya aparecen Borja Bastón, 'Chicharito' Hernández, Gabriel Barbosa 'Gabigol' o ¡hasta David Villa! El fichaje del delantero asturiano traería más ilusión y nostalgia que quizá necesidades del equipo. También aparecen delanteros italianos como Gilardino o el extravagante Balotelli, al que Prandelli ya amasó en la selección italiana.
Pero el problema no solo está en los nombres. Podrá fichar el Valencia a otros 20 jugadores, hacer un cambio de plantilla, pero seguirá teniendo problemas que arrastra desde hace años. Desde la etapa Lim, hay cada vez una creciente falta de actitud, teniendo a jugadores poco comprometidos con la causa. Sin compromiso no hay futuro posible, como tampoco lo hay entre la separación entre dueños y club. Si al Valencia le controlan desde Singapur, donde es imposible entender la idiosincrasia del club y lo que pasa en el día a día, la salida a flote del Valencia se hace más difícil. Una cosa buena tiene, eso sí. Prandelli ha demostrado predisposición a salvar a este equipo. Quizá también le haga falta algún rezo para conseguirlo.
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