Antes de la llegada de la lluvia, que obligó a posponer la mayoría de los partidos de la fase previa, Rafael Nadal pegó mil reveses cortados en la pista número uno de Aorangi Park, donde están las canchas de entrenamiento de Wimbledon. Durante casi tres horas, el campeón de 15 grandes siguió “apuntalando” su juego (muchos saques, muchas voleas) para llegar listo al tercer grande de la temporada, que arranca el próximo 3 de julio.
“Es un poco la misma sensación que en Roland Garros”, explicó Toni Nadal, tío y entrenador del campeón de 15 grandes. “Llevaba tres años sin ganar un torneo del Grand Slam y tenía hambre y muchas ganas de que volviese a pasar”, añadió el técnico balear. “Por distintas razones, Rafael no ha sido capaz de jugar bien en hierba en los últimos cinco años y está con la máxima ilusión por hacerlo bien de nuevo. Cuando las condiciones físicas le respondían era un muy buen jugador de hierba. Hizo cinco finales consecutivas en Wimbledon, no hay mucha gente que haya conseguido eso”, recordó el preparador mallorquín. “En más o menos medida, él cree que tiene opciones de victoria, piensa que puede ganar”.
Las palabras de Toni Nadal son una llamada de atención para que nadie se equivoque: hablar de Nadal en hierba es hablar de un jugador que ha jugado cinco finales seguidas en Wimbledon (2006-2011), que ha ganado dos títulos (2008 y 2010) y que además se ha coronado en Queen’s (2008) y Stuttgart (2015). El mallorquín no es Roger Federer (siete coronas en Wimbledon, 16 en total), pero tampoco es un jugador cualquiera sobre césped, y ahí está el currículo para confirmarlo.
“Rafael tiene una cosa superior a los demás, que es la intensidad de juego”, apuntó el entrenador del número dos. “Es verdad que algunos cuentan con un saque mejor o con un golpe definitivo más poderoso, pero si está sano tiene la opción de jugar a una intensidad muy alta con pocos errores”, prosiguió. “Al final, no debe hacer muchos cambios porque tiene un tipo de juego que le ha funcionado bien. Obviamente tiene que ser más agresivo en Wimbledon que en tierra batida, necesita apoyarse bien hacia delante y jugar con velocidad, sin pensar más de la cuenta, pero poco más”.
Tras llegar el lunes a mediodía a Londres, Nadal se entrenó por segundo día en las pistas de Wimbledon. El miércoles, y buscando algo similar a la competición, jugará en Hurlingham un partido de exhibición contra Tomas Berdych, que repetirá el viernes repetirá ante Tommy Haas. Mientras tanto seguirá a lo suyo: practicar en largas lesiones para estar listo antes de debutar el lunes o martes de la próxima semana.
“Está claro que tiene la tranquilidad de haber ganado un torneo del Grand Slam”, dijo Toni Nadal. “Si la temporada terminara ahora no sería un mal año para nosotros, sería muy bueno. Ha ganado un 500, dos Masters 1000 y Roland Garros. Cuando ganas tienes una sensación de tranquilidad importante”, insistió. “Hemos entrenado una semana en Mallorca y ha ido bien. Está claro que llegamos con las victorias de Montecarlo, Barcelona, Madrid y sobre todo París. Eso da confianza, sin olvidar que en Wimbledon todo puede pasar”, avisó. “Si te toca un cañonero en primera ronda sabes que te vas a jugar el pase a la siguiente fase en cuatro o cinco puntos, pero antes de empezar el torneo las sensaciones son muy buenas”.
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