A la una del mediodía del viernes, cuando su entrenamiento con Grigor Dimitrov había terminado, Rafael Nadal analizó por encima el sorteo del cuadro del Abierto de los Estados Unidos en una conversación con Toni Nadal y Carlos Moyà (dos de sus entrenadores) y Rafael Maymò (su fisioterapeuta). En la pista Arthur Ashe, sentado en una silla azul con el logo del torneo en el reverso, el mallorquín se enteró de que debutará con Dusan Lajovic (1-0 en el cara a cara) que su primer encuentro con un cabeza de serie podría llegar en tercera ronda ante Richard Gasquet (15-0) y que Roger Federer (23-14) le esperaría en semifinales, siempre que la lógica del ránking se cumpla. En consecuencia, el campeón de 15 grandes se fue al vestuario con la sensación de estar ante un camino hacia el título de dificultad ascendente que le va a obligar a subir la exigencia según vayan pasando las rondas.
A las 11 de la mañana, Nadal y Dimitrov empezaron a tomar temperatura en una de la pistas de fuera para pasarse una hora más tarde a la central, coincidiendo con el inicio de la ceremonia del cuadro. Mientras el español y el búlgaro intercambiaban golpes en un set que ganó el primero (6-4), rodeados desde la grada por todo el equipo del número uno (Francis Roig, Benito Pérez-Barbadillo, Carlos Costa, Jordi Robert Tuts…), Marin Cilic y Angelique Kerber participaban en Manhattan el sorteo que colocó las piezas sobre el tablero antes de que arranque la competición el próximo lunes, y que precisamente podría ver un potencial cruce entre Nadal y Dimitrov (en cuartos de final), aunque ya en la parte decisiva del torneo.
Antes de debutar en el último grande del año, las certezas del español son bastantes. Hasta los octavos de final, Nadal tiene tres buenas rondas (Lajovic en primera, Taro Daniel o Tommy Paul en segunda y Gasquet en tercera) para ganar los partidos que necesita buscando volverse competitivo. Ni rastro de un jugador del perfil que suele incordiar al mallorquín en el arranque de un grande (sacadores, pegadores…) o de algún otro rival complicado que en el pasado se le haya atragantado. La segunda semana es donde la suerte se termina porque en octavos podría jugar con Tomas Berdych, en cuartos con Dimitrov y en semifinales con Federer, que tiene un cuadro bien duro desde el arranque.
Al suizo, que decidió no jugar en Cincinnati la semana pasada para recuperarse de la lesión en la espalda que se provocó en Montreal, le espera de inicio el prometedor Frances Tiafoe, en tercera ronda Feliciano López, en octavos de final Nick Kyrgios y en cuartos Dominic Thiem, un panorama completamente distinto al de Andy Murray, que en su primer torneo desde Wimbledon (de baja por problemas en la cadera) se encontrará con un cuadro amable (debut ante el estadounidense Sandgren y rivales como Diego Schwartzman Lucas Pouille o Carreño) para soñar con un trofeo que a día de hoy parece tener muy lejos.
Por otra parte, Garbiñe Muguruza abrirá su participación en el torneo contra la estadounidense Lepchenko y podría chocar por su camino con Petra Kvitova, Caroline Wozniacki o Venus Williams.
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